Segunda parte
Ella retrocedió y chocó estrepitosamente contra un asiento, provocando su caída. Quedó completamente acostada en los asientos. La falta del uniforme se le había subido un poco, dejando ver más de lo que nunca había visto. Sus piernas eran perfectas, un deseo de tocarlas creció en su interior. Como una máquina se acercó a ella y la miró con fuego en los ojos. Ella frunció el ceño, confusa.
— ¿Qué te ocurre?
— Levántate —ordenó, ella hizo una mueca y se sentó cruzando las piernas para demostrar su rebeldía.
— No quiero.
calum pudo ver que ahora la falda estaba más arriba. Su miembro tembló de placer, ahora no solo deseaba tocarla. Quería sentirla completamente. Ella sintió la mirada del chico e, instintivamente, bajó la falda. Se levantó y se dirigió a la puerta. Tratando de abrirla nuevamente, sin resultado alguno. calum sólo seguía sus pasos. Su erección ya era notable a través de la tela del pantalón. Quería que ella se girase y lo viera, quería que soltara un gemido con solo mirarlo.
— Ven aquí —la llamó desde los asientos del fondo. Ella giró, provocando que la falda hiciera un vuelo y dejara ver su ropa interior. Unas braguitas de encaje negro. ¿Quién lo iba a decir?
— ¿Por qué?
— No ganas nada haciendo eso, es mejor esperar. Ven —volvió a llamarla. Ella empezó a caminar a lo largo del pasillo y se sentó a su lado. calum desvió su mirada a sus pechos, la camisa blanca dejaba pasar el color negro de su sujetador.
Su miembro tembló de nuevo. Quería verla completamente desnuda. Quería enterrarse en ella, escucharla gemir. Estiró una mano y la posicionó en el muslo de la muchacha. Ella se sorprendió y giró la cabeza, al mismo tiempo él se acercaba. Sus labios hicieron un roce. calum sintió una descarga eléctrica a lo largo de su columna vertebral, y en otro sitio más. Ella no parecía resistirse en absoluto. Es más, estaba correspondiendo aquel beso, gustosa. Queriendo, quizá, un poco más.
calum empezó a elevar la mano, acercándola a su centro. Sentía las ondas de calor que emanaban de ella. Quería hundirse en su estrechez, quería escurrirse en su calidez. Antes de poder hacer nada, ella lo detuvo. Su respiración estaba ligeramente agitada. La de calum no era muy diferente. Respiró hondo y se levantó, él sólo la seguía con la mirada. Esperando su siguiente movimiento.
