Parte 5

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Asier se encontraba dentro de la cueva que, más que cueva, era similar al nido de la Muerte Roja, pues ocupaba todo el espacio interno y había dragones de toda clase revoloteando por todos lados.

Su familia tenía un lugar un poco más... privado en el enorme nido, que se asemejaba más a una casa humana que a un nido de un humano, un enorme dragón y un pequeño semi-humano. 

Él tenía su propia habitación, con una cómoda roca hecha a su medida y una cama de paja, hojas, algodón (Que abundaba en la isla) y muchas cálidas pieles para el invierno que se aproximaba, pues, a pesar de ser una enorme isla tropical, los inviernos eran en extremo fríos.

Pero ese no era el caso.

Se encontraba sentado en medio de la cocina, más aburrido que cuando su padre enfermó y no salieron a jugar por varios días. Si, la comparación se quedaba corta a como estaba en ese momento.

Sus padres habían salido a "Pasar su rato de pareja" como cada semana, y normalmente no le importaría porque podía salir a jugar con Fresa a recolectar moras (Irónico, ¿no?), con Coco a las carreras, con Diente a las luchitas o con los gemelos a asustar ovejas. El problema era que Fresa estaba empachada, Coco lastimada de un ala, Diente castigado por tirarle un colmillo a su padre en las luchitas (A las que Colmillo no recordaba haber accedido, por cierto) y los gemelos de excursión.

Sí, era horrible.

Con un suspiro frustrado comenzó a caminar en círculos (Como había visto hacer a su mami) tratando de pensar en algo qué hacer.

Por un momento cruzó por su cabecita ir a ver al abuelo Gobber... pero desistió al recordar que ni él ni su familia eran muy bien vistos entre tanta grasa apestosa, así que prefirió transformarse, darse la vuelta con la pancita al aire y mover la cola, esperando que, como por arte de magia, su aburrimiento acabara. Tal vez esperar a sus papás no estaría tan mal...

Como invocados, dragón y humano entraron por la enorme puerta muy acaramelados, a lo que el cachorro hizo una pequeña mueca de asco, pero los ignoró, regresando su vista al techo y pensando qué hacer. En definitiva sus padres no eran una buena opción para divertirse.

-¡Mi cielo!-gritó Hipo al verlo en tan tierna posición, corriendo a abrazarlo y darle besitos en la pancita y la cabeza, haciéndole gorgorear feliz. 

Chimuelo veía la tierna escena contento. Ya había tenido su "momento de pareja" semanal, era hora de hacer feliz a su familia.

Con sigilo se acercó a las dos figuras, una más grande que la otra, que jugaban en el piso.

Sin previo aviso, jaló a su tesorito de la cola con el hocico y comenzó a hacerle trompetas en la pancita, lamiendo ocasionalmente la cabeza ajena. Su hijo (Para él) era tan pequeño e indefenso que producía ternura y ganas de protegerlo con su vida.

Hipo los miró mordiéndose el labio, conteniendo las ganas de reír al ver a su hijo sin saber cómo escapar del "ataque" que estaba sufriendo. 

Sin pensarlo mucho se abalanzó sobre su marido y le dio un sonoro beso en el cuelo, haciendo que este se detuviera de golpe ante la eléctrica sensación recorrerlo entero, situación que el mini dragón aprovechó para escapar de las poderosas patas de su padre para abalanzarse a su mami y lamerle la cara a modo de agradecimiento por salvarlo del temible Furia Nocturna que era su padre.

Se levantó con el dragoncito en brazos y pegó su frente a la del pequeñito, como hacía a veces con cu pareja, para demostrarle de forma silenciosa todo el amor que le tenía.

El chiquito se refregó el la cara y pecho del mayor, sintiendo el aroma a lavanda propio de su mami que tanto le gustaba, relajándose en extremo al punto de casi caer dormido, pero luchó ferozmente contra Morfeo para sentir los suaves murmullos que sus padres dedicaban en sus orejitas, ¿Cuándo se habían sentado frente a la Chimenea?

No, no iba a dormirse por más rico que se sintiera hacerlo en los brazos de su mami, sintiendo el calorcito que el joven desprendía... hasta ese momento notó el frío propio del otoño apoderarse de su cuerpecito, pegándose más a la suave fuente de calor que pronto se intensificó al tiempo que eliminaba toda luz...

Un bostezo escapó de él sin querer.

Hipo rió suavecito y el sonido arrulló al cachorrito que se negaba fervientemente a dormirse, ¡No podía dormir ahora! Sus papás tenían tiempo para jugar con él, pero...

¡No!

Trató de moverse pero parecía que él mismo se lo impedía, llegando apenas a removerse suavemente, haciendo que esta vez su padre acompañara a su mami en la risilla, incitándole con más fervor a dormirse.

-"Mami... papi... ¿mañana podemos jugar también?"-llamó, utilizando su último recurso. El castaño sonrió tiernamente al tiempo que se pegaba al fuerte pecho de su marido que los había envuelto con sus poderosas alas.

-Claro que si, mi vida...-le susurró, dejando un besito en la cabeza del pequeño dragón que, poco a poco, perdía en su lucha contra los sueños, cayendo inconsciente a los brazos de Morfeo.

Chimuelo se tumbó con delicadeza en el piso y encendió la chimenea, abrazando a sus dos amores a sí. 

Hipo llevaba ropa ligera a pesar del frío, no su típica armadura, por lo que ya estaba listo para dormir. Había sido un día largo y cansado para los tres, pero eso no les quitaría sus rutinarios momentos familiares.

-"Se ve hermoso mientras duerme..."-oyó murmurar al dragón a sus espaldas. Sonrió.

-Lo vi hermoso desde que me enteré de su existencia...-respondió de igual forma, evitando despertar al cachorro que traía el sueño pesado.

-"Mañana quiero llevarlos al lado Este, es temporada de salmón y sabes cómo le encanta a tu hijo"- Hipo rió.

-Nada más no lo consientas tanto, acuérdate de su empachó por comerse su peso en salmón...-ambos rieron al recordar el suceso. El nene, de entonces dos años, juró que no volvería a comer salmón... nada más se curó se comió tres kilos él solo... Gracias a eso supo que sus reservas no estaban muy bien protegidas que digamos.

El calor de Chimuelo solo bastaba para mantenerlos calientes durante la noche, a él y a su bebé (Como le gustaba llamarle). Pero la chimenea le daba cierto aire cálido y nostálgico que tanto le gustaba, como sus primeras noches solo al lado de su pareja, viendo las estrellas.

Sintió como el enorme dragón, tan imponente y demandante, se relajaba al punto de volver su respiración acompasada y suave. Rió cariñosamente y apretó al niño a sí, dejándole un dulce besito en la cabeza y oyendo como ronroneaba en el acto. 

Se pegó al gran cuerpo a sus espaldas y cerró los ojos.


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Hola... n.nU

Lo sientoooo!!!!!!!!   Sé que dije "Ya casi actualizo" ...

...Y también sé que ahora estoy catalogada como mentirosa :'v

De verdad lo lamentooooooo! T-T Prometo no volver a ilusionar :'3

Los/as amo <3 

PD: Si eres lector ninja y no dejas tu sensual comentario... Sasuki muere  :3 Y no queremos dejar a Naru-chan sin su hermoso Suke, ¿Verdad? :3 :3

PD2: Lamento el capítulo tan corto :'v


Con eso me bastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora