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— ¿Crees que esté vivo?

— Claro que sí — su vista se fija en mí mientras apoya su cuerpo en el respaldar de la silla. — ¿Pero sabes quién morirá pronto? — niego lentamente, confundida y el sonríe. — Tú. Mamá te matará.

— ¡Qué dices, idiota! Si yo caigo tú también.

— ¡Claro que no! No me metas en tus problemas.

Quiero golpearlo, ahorcarlo y cachetearlo, sus ojos color avellana me miran amenazantes y por un momento me veo reflejada en él, pues aunque no seamos mellizos, el parecido que hay es grande y notable. El timbre de llamada antiguo y escandaloso que tiene el teléfono convencional del restaurante interrumpe la batalla de miradas y mis ganas de asesinar a mi hermano.

— Restaurante de la familia Choi ¿en qué puedo servirles? — la señora Chan atiende la llamada, con su típica amabilidad y una sonrisa (aunque las personas al otro lado de la linea no puedan verla) que se desvanece de poco. — Oh, señora Choi ¿desea hablar con Haseul o Hasuk?

Siento como la sangre se va hasta mis pies, una corriente fría se pasa por mi cuerpo y el corazón me ha dejado de latir, la señora Chan ha palidecido también mientras escucha con atención y nerviosismo lo que mamá le dice.
Mi hermano tiene los reflejos más avanzados y apenas escuchó que era mamá quien llamaba, salió corriendo para no tener que lidiar con el problema.

— ¿Q-qué dijo? — pregunto al ver que la llamada es colgada, la anciana frente a mí se pasa sus manos por su cabeza y suspira.

— Solo quería avisar que se encuentran bien, dijo que no nos quitaba más tiempo y que luego llama.

Suelto un exagerado suspiro, puedo respirar con tranquilidad y la sangre ya pasea por todo mi cuerpo sin problema. Estoy viva.

Pero SeokJin oppa...

— ¡Aiishh! ¡¿Por qué el plato más picante?! — agarro mi cabello con desespero mientras pataleo con fuerza. — Y justo lo pide cuando mamá no está ¡¿por qué?!

— Tranquila, hija, él estará bien. — la señora Chan me da unas cuantas palmaditas en la espalda, con su voz calmada me tranquiliza hasta que la campana arriba de la puerta de entrada suena, avisando que hay nuevos clientes y que aún tenemos todo un día entero de trabajo.

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Ya cuatro días han pasado desde el pequeño accidente con SeokJin oppa, mamá ha llamado día tras día para ver si tenemos algo noticia que darle pero la verdad es que no, pues todo ha marchado de maravilla, exceptuando el altercado que hubo días atrás pero SeokJin no ha regresado desde ese entonces, así que no hay noticias nuevas que dar.

No sé si Seokjin está bien o no, tengo ese cargo de conciencia en mí porque después de todo, la culpa es completamente mía por bocona y el no saber nada sobre él empeora las cosas, pues si fuese lo contrario, al menos podría llamar y preguntar "hey, es Haseul, la que casi te mata con comida picante ¿te encuentras bien?"

Suspiro con pesadez y revuelvo mi cabello con desespero. Dios, dame una señal de que SeokJin se encuentra bien, vivito y coleando, por favor.

— ¡Haseul! Trae tu trasero de vuelta al local, hay gente llegando y necesitamos mesas.

— Mira, si Dios no me envía la señal es por culpa tuya, entonces quiere decir que tú eres el asesino de SeokJin.

— ¿De qué demonios hablas? — pregunta confundido, con sus cejas fruncidas a más no poder.

— No te importa. Vamos, a trabajar.

Bufa, siguiendo mis pasos. La señora Chan cocina con rapidez y concentración y mi hermano se encarga de llevar la comida a las mesas mientras que yo camino hacia la puerta de entrada al ver dos hombres en traje llegar.

— Hola, bienvenidos ¿mesa para dos? — pregunto con amabilidad. Ellos con seriedad se inclinan levemente en forma saludo.

— Buscamos a Choi Haseul.

— S-sí, soy yo...

— Mucho gusto, señorita Choi, soy el abogado de la familia Kim y este es mi asistente.












Y esta rosa?:0

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⏰ Last updated: Jan 18, 2019 ⏰

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Beauty and the beast; ksj Where stories live. Discover now