Capítulo 3

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Siento que me levantan agarrándome por mi espalda y piernas, me despierto con el corazón en la boca y casi hago caer a Christopher que me esta llevando escaleras arriba directo a la habitación principal de la casa.

-Tranquila cariño, nos quedamos dormidos abajo, pensé que no te ibas a despertar.

Y antes de que pueda responder me suelta en nuestra cama y caigo sumida en un pesado y dulce sueño.

El sonido de unas trompetas me taladra los tímpanos y seguido de eso un golpe seco, algo cayo al suelo, y efectivamente es el despertador-rueda que diseño mi marido ¿Se supone que eso se enseña en la carrera de Ingeniería? ¿Un despertador que cae al suelo y empieza a rodar por toda la habitación reventándote los tímpanos con cinco espantosas melodías a elección y luces que cambian de color a compás de la música?

-Christopher si no te levantas ya mismo y apagas esa porquería mañana mismo te dejo por una estrella de rock, lo digo en serio.

-¿Y despertarte todos los días con el ruido de su batería y olor a cerveza? Ya veremos como te va con el cariño.-Dice con tono de superioridad.

Luego de enseñarle mi dedo mayor y decirle un par de palabras muy poco educadas, me levanto de mala gana a cepillarme los dientes y predisponerme al sermón que voy a tener que soportar por no haber terminado mi informe en tiempo y forma.

-En lugar de andar haciendo chistes, ¿Por qué mejor no llamas a un plomero? La presión de agua es casi nula, a penas puedo cepillarme los dientes.-Digo molesta.

-Deja de quejarte y baja, seguro Mila ya llegó y nos esta preparando un desayuno decente y sin galletas de arroz.

Si tuviera que explicar mi relación con esta mujer tardaría días enteros, ella es mi segunda madre, cuando mis padres salían a trabajar para poder darnos de comer al final del día era Mila la que me ayudaba con las tareas de la escuela y me dejaba comer un sándwich arriba de la cama con la estricta condición de sacarme los zapatos antes e incluso fué uno de mis pilares cuando papá falleció, luego crecí mi mamá dejo de pagarle, ya no la necesitaba, pero seguí viéndola todas las semanas cuando le llevaba ropa y comida para sus hijos aún demasiado pequeños para valerse por si solos. Cuando entre en Brainphone mi primer sueldo fue dedicado exclusivamente a ella y su familia, la traje a mi casa y ella nos ayuda en todo lo que haga falta, pero tiene la capacidad de hacer todo desde el amor, poco le importa lo material. Mila es algo así como una amiga-mucama-madre que quiero hasta el infinito y mas allá.

Efectivamente, al bajar las escaleras siento el olor a café recién hecho y al llegar a la cocina veo un desayuno digno de un hotel cinco estrellas, tortas, tostadas, café, jugo, jamón y cereales.

-Mila si seguís cocinando así me van a empezar a ceder el asiento en los transportes públicos pensando que estoy embarazada- Digo mientras la abrazo.

-Buenos días Señorita Emma, disfrute el desayuno que esta muy flaca, ustedes no lo disfrute tanto Señor Christopher, que en cualquier momento nos arranca un ojo con el botón de su camisa. –Dice a modo de broma.

-¿Me esta diciendo gordo? Creo que no vamos a necesitar más de su servicio- Dice con una falsa cara de molestia.

-Bueno, todo muy lindo, muy alegre y muy rico, pero debo irme, seguro hoy tampoco va a funcionar el servicio de Airbus, voy a manejar mi auto, y ya saben lo que se tarda en automóvil últimamente.

Desde que el gobierno otorgo gratuitamente un automóvil por familia en toda la republica el transito es un caos, la contaminación ambiental va de mal en peor y el combustible esta por las nubes. Agarro un barbijo negro que combina a la perfección con mi blazer, mis jeans y mis zapatos altos y salgo de casa por la puerta trasera para entrar al garaje, hoy es un dia tan soleado, creo incluso que si no tuviésemos toda esta contaminación se podría ver el sol con una claridad que nos cegaría al minuto.

No hago ni 500 metros del trayecto cuando un mensaje aparece en mi Brainphone, efectivamente se trata de un mensaje en el grupo de la empresa, presiono el botón de ''abrir'' e instantáneamente el mensaje se reproduce en el parabrisas de mi auto en un color negro translucido:

Mark: A todos los trabajadores de la empresa. Se los convoca a una reunión urgente en la sala de conferencias, acudan lo antes posible por favor.

¿El cretino de mi jefe pidiendo por favor? Esto no ocurre muy a menudo, el motivo de la reunión debe ser importe. Respondo un tajante ''ok'' y acelero intentando esquivar los demás automóviles, pero el embotellamiento es cada vez peor, querido Mark, hoy vas a tener que esperarme.

E.C.O.Where stories live. Discover now