Cap 6 Buenas noticias

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 -Buenos días señorita _____- nos saludo el doctor con una cordial sonrisa- ¿Cuál es el problema?-

-Creo que tiene alguna costilla rota- dijo Samuel algo serio mientras se sentaba frente al doctor

-¿Y por qué cree eso, señor de Luque?- pregunto el doctor mientras sacaba un blog de notas y una pluma

-Cuando...me caí por las escaleras sentí un gran dolor en el pecho- baje la mirada apenada, no estoy diciendo la verdad por completo, pero aun no debo de confiar en alguien- y cuando Samuel me ayudo a recuperarme de la caída, me empiezo a costar el comer y un poco respirar-

-Necesito hacer un chequeo para ver que tan grave fue la caída- se levanto de su silla y camino hacia una especie de camilla-¿Se podría sentar aquí?-

Asentí con la cabeza, me levante de la silla con esfuerzo y me senté en esa camilla, el doctor empezó a revisar mis reflejos por un rato hasta llegar a la parte más dolorosa, escuchar los latidos de mi corazón y el flujo de aire, me pedía que respirara lo más profundo posible, sin lastimarme, mientras que movía el estetoscopio por mi espalda.

-Comenzare a palpar su espalda para encontrar si tiene algo fuera de lugar-el médico empezó a anotar algo en su blog de notas - ¿Podría levantar su blusa?-

Miro de reojo a Samuel, éste me sonríe, como si me quisiera dar algo de confianza, suspiro lentamente y me levanto la blusa con algo de dificultad, el médico empezó a palpar con delicadeza mis costillas, sentía un ligero dolor, después de un minuto, se alejo de mí y agarro el teléfono.

-Enfermera Mariana, ¿Puede venir para acá?- pregunto con suavidad el doctor, me voltea a ver, creo que noto que estaba algo nerviosa- descuide señorita _______, la enfermera Mary le sacara algunas radiografías para saber si trae alguna costilla rota-

En cuestión de segundos escuchamos unos pequeños golpes en la puerta, al instante salió la enfermera que me hizo los exámenes.

-¿Qué necesita doctor Hernández?- pregunto con una sonrisa

-Necesito que le saque una radiografía a la señorita ______- empezó a escribir algo rápidamente en teclado- que sea en el aérea del tronco-

-Como guste doctor- respondió, me miro con una tierna sonrisa- acompáñeme señorita-

Mire por última vez a Samuel y salí del cuarto, seguí a la enfermera por una serie de largos pasillos hasta entrar a una gran sala con una cama en el medio y un aparato que cuelga del techo, siento que mis latidos del corazón empiezan a ir mucho más rápido.

-Disculpe señorita, necesito que se quito toda la ropa, excepto la interior- dijo la enfermera poniendo una placa de un color negro en la cama- se pone la bata que tenemos en esa aérea y, cuando este lista, se acueste-

-Claro- dije nerviosa

Me fui al rincón, donde hay una especie de cortina, me quite la ropa con lentitud, incluso la enfermera me tuvo que ayudar a quitarme los pantalones, me puse la bata y me acosté en la camilla, la enfermera reacomodo la placa.

-Todo está listo, voy a estar contando en voz alta- dijo algo seria mientras entraba a un pequeño cuarto con ventanas negras- y cuando llegué al tres, cierra los ojos y deja de respirar, ¿Esta claro?-

-Como el agua- trate de que mi voz sonara lo más relaja posible

-Bien- se puso uno lentes especiales- uno...dos... ¡TRES!-

Cerré los ojos con fuerza, lo único que pude ver fue una brillante luz blanca, sentí una leve presión en el pecho.

-Ya puede abrir los ojos señorita ______- dijo la enfermera quitándose los lentes- ¿Necesita ayuda para ponerse la ropa?-

Le dije que si, ¿Para qué mentir?, lo único bueno es que no me tarde casi nada en ponerme la ropa, aunque los vendajes fueran un pequeño estorbo, regresamos juntas con el doctor Hernández, al verme entrar, sonrió.

-Todo está en orden señorita- dijo señalando mis radiografías- lo único que usted tiene es una gran inflamación en el aérea del pecho, ahí la dificultad para respirar, pero eso se puede quitar con estos medicamentos- sacó del cajón dos pequeños botes de color blanco- uno es para el dolor y otro para que le desinflame las heridas que tiene, debe de tomar una -

-Gracias doctor- dije con una enorme sonrisa

Salimos del hospital, ya hay mucha más gente en las calles, nos subimos al carro.

-Oye _____, ¿No se te antoja comer algo dulce?- pregunto Samuel, rompiendo el silencio

-Desde hace mucho que tengo antojo- lo mire curiosa- ¿Por qué preguntas?-

-Pensé que sería una buena idea ir a comprar una rebanada de pastel- me miro con una sonrisa- claro, si no te parece raro comer pastel a las 8 de la mañana-

-Vamos por esa rebanada- dije riendo

En unos pocos segundos llegamos a una pastelería y pedimos nuestras rebanadas, por suerte, en frente del lugar hay un pequeño parque medio vacío aparte que el clima esta agradable para salir, nos sentamos en una de las bancas del parque.

-¿Desde cuándo llevas haciendo videos?- pregunte mientras empezaba a comerme el pastel

-Más o menos llevo 2 años y medio- dijo sonriéndome con ternura mientras se comía con lentitud su rebanada de pastel de coco

-Se oye divertido - exclame sorprendida- ¿No te cansas de hacer lo mismo?-

-Claro que no, me encanta hacer videos- me miro con un brillo en los ojos- pero créeme, es un trabajo que de repente si agota demasiado-

-¿Por qué te agota?- pregunte confundida-¿Acaso no eres tu propio jefe?

-En teoría sí, pero yo subo entre uno a dos videos diarios- suspiró cansado - entre grabar, editar y subir los videos, más o menos, me lleva 16 a18 horas-

-Se escucha muy pesado-

-Pero no lo siento tanto- se encogió de hombros – me apasiona lo que hago-

-¿A valido la pena?- pregunte mirándolo con curiosidad

-Claro que sí, tengo más de 5 millones de suscriptores- se me quedo mirando fijamente con una sonrisa burlona- tienes una mancha cerca de tu mentón-

-¿En serio?- pregunte mientras trataba de limpiarme con la servilleta

-En el otro lado- dijo riéndose

-¿Ya me lo quite?- creo que me estoy embarrando más la mancha

-Déjame ayudarte- saco su servilleta

Samuel se acerco a mí y me empezó a limpiar la mancha con suavidad, por alguna extraña razón no podía dejar de mirar sus ojos, son de un color café a miel, el me mira directamente a los ojos y sonríe, me empieza a acariciar el cachete con su pulgar, siento que me sonrojo un poco.

-¡Vegetta!- alguien grito con una voz grave- hombre, ¿Qué estáis haciendo?-

Samuel quita rápidamente la mano de mi cara y se voltea a ver, con una cara de pocos amigos, a ese hombre, no me lo creo es...

(Está historia está basada en el año 2014)
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Holaaa a todos mis seguidores, les quiero decir que tengo una nueva novela, se llama Esvastica, me gustaría que la leyeran y comentaran si les a gustado o no, espero que les haya gustado este capitulo y chau chau

Golpe de Suerte(Vegetta y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora