Capítulo 6

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El domingo en la tarde me dieron el alta y al parecer ya estaba bien. Era miércoles y en estos días me puse a pensar en que Lucifer "es mi padre", pero no puede ser el diablo es imposible, esas cosas no existen. Bueno sí, es cuestión de fe, pero yo no creo que existan esas cosas ya que por algo hay estudios científicos sobre el origen del universo y la humanidad. Y sí puedo llegar a decir cosas como "Oh por Dios" o "Gracias a Dios", pero no significa nada, lo digo porque tengo la costumbre de decirlo y no por otra cosa. En fin, una voz me saca de mis pensamientos.

—Señorita O'Connell ¿Puede decirme el resultado de la siguiente operación? —pregunta la profesora de Matemática.

—Amm... —veo la cuenta en el pizarrón y luego veo mi cuaderno —amm... ¿Cinco más cuatro i? —pregunté y ella sonríe.

—Excelente, es correcto —dice volviendo a su lugar y yo largo un suspiro de alivio. Por suerte soy buena en Matemática.

Toca el timbre de salida para volver a casa y guardo mis cosas, me levanto para irme con Cami ya que Sam no se sentía bien para venir a la escuela. Estaba muy cansada ya quería volver a casa, una vez en el patio de entrada vi al cielo y estaba muy feo el día, parece que iba a llover. La madre de Cami se estaciona en frente de nosotras para llevarla a casa.

— ¿Iras a ver a Sam en la tarde? —me pregunta Camila.

—Sí, quiero saber cómo está. Me preocupa, ella no es de faltar aunque este enferma ¿Tu iras a verla?

—Veré si puedo porque hoy el cumpleaños de mi hermanita.

—Esta bien, cualquier cosa avisame.

—Sí, yo te aviso. Nos vemos —dice subiendo al auto.

—Adios —dice y se va saludando por la ventana del copiloto.

Suspiro y estaba por encaminarme a casa hasta que un auto se estaciona en frente de mi, se baja la ventana y veo a Lucifer al volante ¿Y ahora que quiere?

—Hola Ruby, vine a llevarte a casa —dice sonriendo, pero yo no le veo la gracia. Voy a parecer una nena de cinco años que "su padre" viene por ella a la guardería y ya es muy tarde para que quiera cumplir ese rol.

—Lo siento, Lucifer, pero prefiero volver caminando ya es algo tarde para que tomes el rol paternal —digo y él larga un suspiro.

—Por favor, sube esta por llover.

—Prefiero mojarme que subir al auto —digo comenzando a caminar mientras el me sigue despacio con el auto, hasta que en ese preciso momento empieza a llover. Suspiro y sigo caminado con la frente en alto.

— ¿Estas segura? —dice y me quedó en silencio —se van a mojar todos tus cuadernos y libros —continúa insistiendo y era verdad, no quería volver a pasar todo lo de estos meses de clases, suspire y subí al auto.

—Esta bien, llevame a casa, pero eso no quiere decir que te perdone ni nada por el estilo, solo no quiero mojar mis libros, ni cuadernos.

—Estoy bien con eso, por lo menos es un avance que hayas aceptado subir —no digo nada y Lucifer empieza a conducir.

El viaje transcurrio en silencio y la verdad quería que siga así, pero con mi mala suerte Lucifer decidió romper el silencio.

— ¿Y cómo te fue en la escuela?

— ¿Puedes ser más específico? Es que no sé si me estas diciendo hoy o en todos mis otros años que estuve llendo al colegio —digo y él suspira.

—Entiendo, sé que no queres hablar, pero por favor, si es por mi ausencia en los últimos años yo enserio...

—Sí es por eso y no me importa lo que digas, jamás te voy a perdonar —digo para volver a mirar por la ventana la lluvia.

Desde ahí el camino transcurrió en silencio, ninguno dijo una palabra. Cuando por fin llegamos a casa yo bajé rápidamente del auto para entar, tuve que ir con mi bolso sobre la cabeza para no mojarme.

—Esto es fantastico —me quejo buscando las llaves en mi mochila que al parecer no podía encontrar.

—Ehh... si me permites —me habla Lucifer, pero yo lo detengo.

—No, no necesito tu ayuda, pude arreglarmelas bastante bien sin ti estos años —lo escucho suspirar y no hago caso a lo que hace después mientras yo sigo buscando las llaves.

—Ruby, ya puedes entrar —dice y levanto la cabeza viendo la puerta abierta y en ellas unas llaves colgando.

—Espera ¿Desde cuando tienes llaves de mi casa?

—Tu madre me las dio —constesta.

¿Enserio? ¿Y ni siquiera pensaba preguntarme? Desde que él llegó a esta casa solo trae problemas.

—Tu madre mes las dio para abrirte la puerta porque se dio cuenta que no te las olvidaste —dice, busco en mi mochila y efectivamente no estaban.

—Oh... —digo y me quedo en silencio —de cualquier forma no te las tuvo que haber dado —digo sacandole las llaves de la mano y antes de que pudiera cerrarle la puerta en la cara él la detiene.

—Mira Ruby, sé que no te caigo bien, eso no es novedad, pero por favor intentemos llevarnos bien —dice y no tengo que ni pensarlo, estaba por contestar, pero me interrumpe —y antes de que digas algo no pienses en hacerlo por mi, piensa en hacerlo por tu mamá y en lo feliz que estuvo estos últimos meses.

La verdad que tiene un poco de razón, mamá estuvo feliz los últimos seis meses y enserio me gustaba verla así, con una sonrisa en el rostro, pero él fue el causante de que se sintiera mal en un principio aunque ahora quiere arreglarlo y si estoy enojada porque me haya mentido los últimos meses, pero sigue siendo mi mamá y su felicidad sigue estando antes que la mia. Suspire.

—De acuerdo lo hare por mamá, pero no creas que te llamare papá, ni tu me llamarás hija, ni nada por el estilo.

—Con que nos llevemos bien me basta, aunque si me llegas a decir papá no me molestaría.

—Ni en sueños.

—Ya decía yo que era demasiado bueno para ser verdad —dice y sonrio dandome vuelta para que no me vea.

—Buenos, nos vemos Lucifer, gracias por traerme a casa.

—De nada Ruby, fue un placer —cierro la puerta y llevo mis ojos al cielo apoyandome contra el marco.

Este hombre me va a sacar canas verdes.

La Hija de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora