Capítulo 3

6.2K 349 48
                                    

Todos nos sentamos en ronda y pusimos una botella en el piso.

—Bien, empieza tu Ruby —dice Miguel y lo fulmino con la mirada, hago girar la botella y cuando se detiene. Lo hace en Bruno.

—Bien Bruno ¿Qué elegís? —pregunta Miguel.

—Elijo beso.

— ¿Con quién?

—Con Ruby —dice y sonrío.

Me acerqué a él y lo besé. Él me toma de la cintura y profundiza más el beso para demostrar que era de su propiedad, nos separamos y se escuchan muchos insultos de parte de los chicos ya sea "casado" "pollerudo" "solta a la novia" y muchos más. Mientras que las mujeres rodaban los ojos por al inmadurez de los chicos. Volvieron a girar la botella y esta vez le toco a Francisco, una sonrisa se dibujó en el rostro de Miguel.

— ¿Qué elijes? —pregunta Miguel.

—Siete minutos en el paraíso.

— ¿Con quién?

«Por favor que no me elija, por favor que no me elija»

—Ruby.

«Noooooo, matenme»

Suspiro y me paro, no se va a salir con la suya. Si llega a hacer algo se arrepentira luego, eso lo aseguro. Antes de poder irme Bruno toma mi mano.

—Tranquilo —digo con una sonrisa sincera y él me suelta la mano.

Francisco y yo caminamos al armario y entramos. Él cierra la puerta y me toma de la cintura mientras que yo con el ceño fruncido le doy una cachetada y él se aparta con la mano en la mejilla.

—Ni creas que va a pasar algo.

—Pero son siete minutos en el paraíso.

—Lo sé y mi paraíso sería que no hablemos y me dejes en paz o ¿Prefieres que te pegue diez mil cachetadas en siete minutos?

—Mejor nos quedamos callados.

—Buena elección.

Pasaron los siete minutos y los dos salimos, me volvi a sentar al lado de Bruno y me acurruque en su hombro.

— ¿Qué pasó ahí adentro?

—Nada, literalmente.

— ¿Enserio?

—Sí, no dejé que me haga nada. Bruno entiende yo jamás te sería infiel —digo y él sonríe para después besarme.

Pasaron las horas y se estaban haciendo las seis de la madrugada, yo de verdad que no daba más, necesitaba dormir. Bruno me llevó a casa y me despedí de él. Camine hasta la puerta y ya estaba amaneciendo. Toqué para que Azazel me abriera y nada, así que decidí llamarlo. Luego de tres bips contesta.

— ¿Hola? —dice medió dormido.

—Lamento levantarte de tu sueño bello durmiente, pero estoy esperando que me abras. Dile a tu estupida "amiguita" que se apure si no quiere que le parta la cabeza.

—A-Ahh, ella ya se h-había ido hace rato —dice parece que algo nervioso —y-ya te abro —dice y corto.

Esperé unos cinco minutos y abre, obviamente estaba sin camiseta.

—Por fin, ya era hora.

—Tampoco esperaste tanto —dice y ruedo los ojos. Si tan solo entendiera a las mujeres, pero no.

—Oye, tengo que decirte algo.

— ¿Qué pasó? —pregunta.

—Mamá, esta saliendo con alguien.

La Hija de LuciferUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum