Eclipse

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Los días pasaron y la dama había hecho lo posible para no encontrarse con el caballero no quería volver a ver su mirada llena de rencor, sabía que no hacía nada malo pero aún así el saber que él la despreciaba le dolía. Su único consuelo era que al parecer él había aceptado su regalo, tal vez no era algo extravagante pero era algo que al menos le brindaría un poco de felicidad... O eso pensaba.

Ahora intentaba superar todo eso y seguir con su misión pero no estaba resultando como ella quería, por más que trataba de concentrarse él rostro del erizo se hacía presente en sus pensamientos, parecía escuchar su voz en cada rincón oscuro haciéndola sentir escalofríos, la presencia del caballero le había afectado demasiado. Comenzaba a tener ciertas sensaciones cada vez que pensaba en él, su corazón se aceleraba mientras una oleada de emociones la invadía, parecía que un extraño mal había caído sobre ella, un mal que disfrutaba y se negaba a aceptar. Quería verlo, quería saber de él.

La eriza se armó de valor y caminó en dirección al cementerio. Una pareja pasó junto a ella sin notar su presencia, amy los miró curiosa ya que ambos se tomaban de la mano.

- Entonces... Verás conmigo el eclipse de esta tarde?- comentó el joven.

-No me lo perdería por nada- él sonrió y abrazó su cintura para después besar sus labios.

La eriza contempló la escena en silencio. La joven se separó un poco y sin apartar la mirada pronunció una oración que quedó grabada en la mente de la eriza.

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Ella lo evitaba, aunque no había hecho nada por buscarla sabía que huía de él. Miró la a los pies de la lápida de María, pensó en todos aquellos momentos que creía perdidos y que ahora podría verlos en aquel objeto, nunca imagino que la Rosada haría algo así por él la curiosidad comenzaba a molestarlo pero aún que quisiera verla ella no lo permitiría y tal vez tenía razón después de la forma en que la trato. Tal vez debía hacer algo que nunca había hecho..esfera. Pedir disculpas. El caballero frunció el seño, jamás pensó llegar a ese extremo. Fijó su vista en el nombre grabado la piedra.

-Que hubieras hecho tu María?- el viento sopló agitando las púas del azabache, las hojas de las flores que yacían en el suelo planearon con la brisa hasta caer cerca de la esfera. Un pequeño pétalo jugueteó con el viento hasta posarse delicadamente sobre el esférico. El caballero suspiró derrotado comprendiendo el mensaje.

Una nueva presencia había llegado al camposanto, las orejas del erizo se crisparon al percibir los pasos de aquella dama de luz. La vió acercarse con timidez mientras este retiraba la capucha de su cabeza, podía ver el nerviosismo reflejado en su rostro y eso lo divertía en cierta forma, una pequeña sonrisa apareció en sus labios mientas se preguntaba que causaba que estuviera tan nerviosa?

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Ahí estaba él, contemplando la tumba de su querida amiga, notó que la esfera que le había obsequiado hacia a los pies de esta, lo miró y deseó poder leer los pensamientos de aquel erizo oscuro quien ahora estaba a escasos metros de ella. Dio un suspiro y comenzó a caminar hacía en su dirección, sus pasos eran firmes pero su mente pedía a gritos salir de aquel lugar. Se sintió avergonzada cuando él la miró fijamente, los nervios comenzaron a apoderarse de ella, la invadieron con más fuerza al notas que el caballero sonreía sin apartar sus ojos de ella.
Se detuvo quedando frente a frente. Ambos se miraron en silencio por unos minutos hasta que ella apartó la mirada sintiéndose indefensa ante él.

- Lo que me diste...- dijo el erizo llamando su atención- este objeto tiene todo lo que viví con ella, crei que jamás volvería a verla de esa forma.

- Me alegra que te haya gustado y bueno... Yo quería disculparme si de algún modo te hice sentir mal- sus ojos se humedecieron levemente y sintió un nudo en la garganta- lamento que ella se haya ido de esa manera.

Silencio, el caballero escuchó cada palabra, la dama frente a él se había disculpado, dejó aún lado Su orgullo y pidió perdón por algo que no había hecho. El único error que ella había cometido fue pedir disculpas mientras él se quedó en silencio.

Amy levantó la mirada, acaso no la perdonaba? Lo que hizo por él fue inútil o como el decía sólo una pérdida de tiempo. Él suspiro y simplemente dejó salir las palabras.

- No tienes que disculparte, no fuiste tu quien provocó su muerte- recordó todas las veces que maldijo a aquella dama frente a él culpandola de algo que simplemente era inevitable- soy yo quien debe disculparse contigo por tratarte de una forma tan cruel.

La dama abrió los ojos sorprendida ante la acción del caballero frente a él. El erizo se hinco dejando una rodilla en el suelo.

- Me diste el mejor regalo al darme la oportunidad de conocer a María y ahora gracias a ti los recuerdos que tuve con ella jamás desaparecerán-

- Levantate por favor- el caballero obedeció y notó que ella lo miraba con una sonrisa- todo a quedado olvidado, si no te importa quisiera comenzar de nuevo. Mi nombre es Amy.

- Shadow...

El silencio volvíó, ella apartó un mechón de cabello de su rostro. Mientras un rubor aparecía en sus mejillas.

- Esa habilidad que tienes- comentó fastidiado de aquel silencio incómodo- es interesante, puedes hacerlo con cualquier mortal?

- Eh?, Ah si, no es difícil hacerlo.

- Sería interesante el saber como viven en este lugar.

El cielo comenzó a oscurecerse, amy había olvidado por completo el eclipse de sol, miró al cielo y recordó a aquellos jóvenes en el parque pensó en aquel acto de amor llamado beso y en las palabras que aquella chica confesó a su amado.

El caballero observó a la eriza, después de tanto tiempo la carga en sus hombros había desaparecido, el conocer a aquella dama podría darle un giro a su existencia y estaba seguro que esa no hiba a ser la última vez que la viera. Aún que no lo admitirá en verdad quería volver a verla, si la vida se trataba de los momentos que vivió con María entonces valdría la pena vivirla. Una vida... Como sería una vida con aquella eriza.

La estrella fue cubierta por su contraparte nocturna dando un aspecto lúgubre al lugar, amy sintió la mirada del caballero y no puedo evitar fijarme nuevamente en aquellos ojos color sangre. La tristeza había desaparecido dando lugar a una inmensa paz, ella se acercó acortando la distancia entre ambos. El caballero contempló sus ojos llenos de inocencia y bondad, sintió una extraña sensación en el pecho al ver que ella se acercó.

Las mejillas de la dama se enrojecieron al sentir la respiración del erizo, nuevamente el nerviosismo la invadió. Cerró los ojos y sin pensarlo dos veces unió sus labios con los de él en un pequeño y tímido beso.

La Rosada se apartó y retrocedió unos pasos. Sus labios se movieron confesando aquellas palabras que el erizo apenas pudo escuchar, sonrió y una estela de luz cubrió su cuerpo para luego desaparecer con ella. La estrella volvió a tomar su lugar en el cielo iluminando nuevamente aquel mundo lleno de vida.

El caballero quedó inmóvil en su lugar, parecía haber estado de un sueño. Contempló el cielo azul y recordó a la dama que tanto había odiado. Todo había sido real, sonrió y en su mente repitió las palabras que florecieron en aquellos dulces labios, un segundo bastó para sentirlo y ahora tendría toda una existencia para conocer aquello que todos llaman... Amor.

"Te amo Shadow"

Fin

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Y bueno así termina nuestra historia, espero que les haya gustado como a mi él escribirla. Lamentó todo el tiempo que tarde aún así les agradezco su tiempo y su paciencia así como los comentarios que bueno no suelo ser muy sociable pero intento contestar lo que me escriben. De verdad gracias y ya me salí del tema pero tengo una nueva historia en mente, será el debut de dos de mis personajes principales y bueno espero que salga tan bien como está. Cuidense mucho ya nos veremos otra ves, shiao nwn/

La Dama De La Vida Y El Caballero De La MuerteWhere stories live. Discover now