Sweet boy ||L. S.||

3.

Empezaron a besarse, Harry sin la camisa exponiendo sus tatuajes.

—son hermosos— se notaba un gran brillo en sus ojos. —acuéstese profesor—, Styles le hizo caso, Louis rápidamente se subió al profesor, restregándose contra el, frotándose en círculos, disfrutando el momento. Luego comenzó bajando sus besos a los tatuajes de el hombre que estaba bajo su delicado cuerpo, recorriendo cada tatuaje.

—arrodíllate Tomlinson— demandó con voz ronca, el castaño obedeció al mayor. —te vez tan precioso—.

Desabrocho el pantalón, quedando maravillado por la vista que tenía —e- es tan...—. No termino la frase por qué la gran mano de Harry tomó su cabello para restregar su cara contra el. Louis no desperdició el momento.
Comenzó besando el glande, seguido metió solo la mitad del pene que tenía a su merced.

—Vamos cariño, mételo todo— jadeando, demandaba más hacia Louis. —a-ah mierda— gimió alto cuando sintió toda su hombría cubierta por la cavidad bucal de aquel fantástico chico.

Louis por su parte succionaba y apretaba suavemente las bolas de ese hombre. Harry tomaba con puños cerrados el cabello castaño para que llegara más profundo.

—M-mierda así cariño— hacia su cabeza para atrás, cerrando los ojos y gimiendo por lo maravilloso que era ese chico.
Hasta que se siento egoísta porque solo el recibía el placer.
—párate precioso, es mi turno de hacerte sentir bien—. Obedeció con un pequeño puchero en sus hermosos labios.

El mayor lo tomo de las caderas para acercarlo y frotarse mutuamente mientras sus manos bajan lentas hasta llegar con su trasero.

—H-Harry... ¡ah!— gimió de dolor cuando sintió la fría pared en su cara, lo había empujado bruscamente.

—no me llames así si no te lo pido ¿entiendes?— le dio una fuerte nalgada que hizo sacarle una pequeña lagrima de dolor, pero se agachó a la altura de su culo y le dio un beso húmedo en aquella abofeteada zona.

—oh s-si— sintió como el mayor le quito sus bragas para seguir con el tal fantástico beso negro que quería desde hace tiempo. Se sintió realmente en el paraíso, la lengua de Styles era magnífica. —M-más por favor— pero gimió desesperado cuando ya no sintió la exquisita lengua del mayor así que se volteó y lo vio en aquella silla giratoria apenas tocándose, casi se ahoga con su propia saliva.
Decidió caminar lenta y provocadora este hacia el rizado.

—no Tomlinson detente— se detuvo un poco confundido. —quiero que te desnudes frente a mi, quiero ver ese precioso y delicado cuerpo—.

El menor asintió, cerró los ojos disfrutando cada toque que se hacía, pensando que eran las grandes manos del hombre frente a él. Cuando solo quedó en aquella falda, sin bragas porque el profesor se las había quitado anteriormente, abrió los ojos y vio a Styles masturbandose, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados.
Louis decidió quitarse rápidamente la falda para sentarse y frotarse con su tutor.

—s-si profesor— gemía mientras el contrario devoraba su cuello. Puso un dedo frente a su pequeño alumno, este lo chupo gustoso así que lo guío a su entrada para meterlo y sacarlo lentamente.

—¿Quieres más precioso?— asintió desesperadamente. Metió otro dedo, solo que más profundo y fuerte, ansioso por oír cómo podía gemir con su pene dentro, pero tendría que esperar un poco mas no quería lastimarlo dos dedos no son nada a comparación de su hombría.

—f-folleme por-por favor— si apenas se veía el verde de los ojos del profesor, esas palabras junto a gemidos hicieron que el negro predominara el Esmeralda.
Metió bruscamente su pene a la pequeña entrada del castaño.

-¡ah s-si! ¡M-más!— el pequeño prefirió darse unas estocadas profundas y lentas, saltaba con tanta fuerza quería sentir todo de Harry.

El rizado lo cargo y lo recargo contra la pared. —quiero tus piernas arriba de mis hombros— ahora el mandaba y le estaba dando todo el placer posible, tocaba ese punto donde Louis gemía más agudo, donde rasguñaba sus hombros.

—quiero m-más— el mayor tomo el culo del ojiazul con más firmeza, haciendo todo lo que le pedía el castaño. Se sentía en el paraíso, le encantaba como lo tomaba y acataba lo que le pedía.
Era un desastre en gemidos, quería decirle que es correría en cualquier momento pero no podía articular ninguna palabra, solo estaba consciente de que quería más.
Con tan solo diez embestidas llegó al mejor orgasmo de su vida, con pequeñas lágrimas de placer.

—¡Tomlinson M-mierda— gruño y sentía como su polla era apretada por la ahora más estrecha entrada del menor. —oh s-si joder— lleno completamente a Louis, incluso una que otra gota escurría de su redondo trasero.

Los gemidos ya no era lo único que sonaba en la academia, sino también el timbre para terminar el primer día de clases para ese pequeño chico.

—Mmm h-Harry— beso y mordió sus hombros, incluso le hizo un chupetón en el cuello expuesto para que cualquiera lo vea. —que le p-parece... Ah— no se podía recuperar del orgasmo así que el mayor lo dejo en el escritorio. —¿seguimos en su casa?—.

Y quería decir que si, pero recordó que su familia lo visitaría. No podía cancelar. —será otro día, ¿te parece precioso?— tomaba sus ruborizadas mejillas.

—está bien, pero prométamelo— alzó su dedo meñique.

—¿qué mariconada es esa?— empezó a carcajearse, no reía así en tanto tiempo, no podía dejar de reírse salían lágrimas, su estruendosa risa resonaba por todo.

—¿quiere follarme si o no?—

Dejó de reír y alzó su meñique enlazándolo con Louis.

Ahora Louis empezó a reír, Harry le tendió su ropa con unos pañuelos que encontró en su pantalón para limpiarse. —dame tu teléfono— el menor se lo dio, solo veía como Styles escribía algo para luego sacar el suyo e imitar la acción. —toma, si necesitas algo o quieres enseñarme háblame, cualquier cosa—

—uhm, no lo sé— miro su teléfono. —gracias por la amable y pervertida oferta pero no quiero que gaste dinero en mi—

—el dinero es lo de menos— le sonrió mostrando sus hóyelos. —¿pero si quieres enseñarme?— rieron al unísono —enserio Louis, si necesitas algo pídemelo—.

Ya vestidos y limpios, llegaron al vacío estacionamiento.

—Hasta luego Profesor Styles, que pase linda tarde— se despido sonriendo alegre.

—le deseo lo mismo alumno Tomlinson— y cada quien entró a sus respectivos autos para partir a casa.