Capítulo 58; Te quiero pelirroja.

Start from the beginning
                                    

Escucho hablar a su madre por primera vez.

-Soy tu madre Izan y...

Mi novio la interrumpe.

-Voy a concederte el mérito de haberme traído al mundo. Pero tú no tienes ni puta idea de lo que significa ser madre. Al menos no conmigo. Si te duele o te molesta el hecho de que no quiera saber nada de ti aprende a lidiar con ello, pero respétalo. Si realmente siempre me has querido como dices, te bastará con saber que soy feliz. Que estoy rodeado de personas a las que quiero y que me corresponden. Que no voy a tirar mi vida por la borda y que haré todo lo que esté en mi mano por hacer que mi vida sea memorable. Pero no me pidas formar parte de esa vida porque tú hace tiempo que perdiste ese privilegio. Ya no tienes cabida en ella.

-Te lo he explicado todo.- Argumenta su madre con voz atormentada.

-Y yo te he escuchado, y eso es lo máximo que obtendrás de mí. Te he dado la oportunidad de justificarte, de lavar tu conciencia. Acepto tus disculpas, pero eso no borra el pasado, ni implica que lo perdone todo. Lo único que te garantizo es...

Retiro la oreja de la puerta cuando escucho unos pasos acercarse y siento cómo me ruborizo. Me siento como si hubiese estado a punto de ser descubierta cometiendo un delito.

Una enfermera pasa por delante de mí y me sonríe amablemente. Yo le devuelvo el gesto, rezando porque se marche pronto para poder volver a escuchar a hurtadillas. Pero no tengo oportunidad, la puerta se abre y Catherine aparece con los ojos hinchados y con claros signos de haber llorado bastante.

Me acerco a la puerta para volver con Izan. Me muero por verlo y cerciorarme de que realmente está bien. Su voz sonaba firme y segura, pero necesito verlo con mis propios ojos. Izan es un experto en ocultar sus emociones, y sé por experiencia propia que cuando más destrozado está es cuando más frío se muestra.

Estoy a punto de entrar en la habitación cuando una mano me sujeta el brazo.

El rostro de la que un día me refugió en su casa aparece en mi campo de visión.

-Siento mucho lo que sucedió antes. No era mi intención culparte de lo que tu padre hizo. Solo estaba nerviosa. Me alegro de que estés en su vida Megan. Cuídalo bien.- Dice con labios temblorosos.

La aún señora Logan me suelta del brazo, se gira y se aleja por el pasillo mientras yo la observo desaparecer no solo del lugar, sino también espero de la vida de Izan para siempre.

Entro en la habitación y veo a Izan con la cabeza apoyada en el cabecero de la cama, el rostro alzado, los ojos cerrados, respiración profunda. Parece agotado. Suelta una exhalación profunda, como sin con ella se deshiciera de los restos que aún quedan de los fantasmas que le han acechado a lo largo de los años.

No le hablo, me limito a sentarme en el borde de la cama y acariciarle el brazo. Temo que si abre los ojos vea en ello ese destello de tristeza y de rabia que le invade cada vez que algo relativo a su madre sale a colación.

Cuando siente mi roce abre los ojos lentamente. Mi corazón salta de gozo cuando en sus ojos distingo calma y paz. Media sonrisa comienza a hacerse presente en sus labios mientras yo me limito a observarlo y a corresponder a su sonrisa.

No me atrevo a preguntar, y tampoco lo necesito.

-Necesitaba hacer esto.- Declara.- No había forma de seguir adelante si seguía cargando con este lastre y por primera vez en muchos años... puedo respirar.

Alzo mi mano, le acaricio el rostro y él me sujeta la mano para depositar un beso en mi palma antes de continuar hablando.

- Me ha pedido perdón. Me ha dicho que se ha arrepentido cada segundo de su vida de la forma en la que se comportó conmigo, pero que fue la única solución que encontró a su problema. La he escuchado llorar y disculparse. ¿Y sabes una cosa?- No contesto, me limito a observarlo porque entiendo que es una pregunta retórica.- No he sentido nada. Ni rabia, ni enfado, ni frustración. Nada. Solo calma e indiferencia. Todos estos años temí encontrarme con ella y no ser capaz de controlarme. Sin embargo ahora me siento en calma.

Los secretos de IZAN © EDITANDOWhere stories live. Discover now