Capítulo 32; Tenemos que hablar. (Editado)

9K 519 88
                                    


¿Cómo he podido ser tan gilipollas de no haberme borrado el beso que Alison me dio anoche en el cuello antes de que estos capullos lo viesen? Es lógico que no me crean, teniendo en cuenta mi trayectoria quien se va a creer que anoche no me acosté ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo he podido ser tan gilipollas de no haberme borrado el beso que Alison me dio anoche en el cuello antes de que estos capullos lo viesen? Es lógico que no me crean, teniendo en cuenta mi trayectoria quien se va a creer que anoche no me acosté con nadie cuando aparezco manchado de pintalabios.

El pulso se me acelera en cuanto la veo bajar por las escaleras con el mismo espantoso pijama que llevaba anoche.

Qué bonita es ¿Cómo puede estar tan guapa recién levantada?

Hago un esfuerzo sobrehumano por no mirarla a los ojos mientras baja. Aún sigo estando enfadado con ella por besar a Mike después de nuestro momento de intimidad.

Escucho el estruendo en la cocina y veo que a Megan se le ha caído una taza de las manos y que no tiene color en el rostro. Corro a su vera para ver si está bien, pero cuando se retira de mi roce y me mira compruebo horrorizado que ha vuelto a levantar su muro y una vez más me ha dejado fuera.

Cuando intento ayudarla me observa unos segundos con la misma expresión de asco con la que solía mirarme hace unos meses y al igual que hace unos meses siento que mi corazón se resquebraja.

Me giro y veo cómo el puto Mike sonríe como el cabrón que es, y recuerdo que Megan solo significa para él el objeto de tortura de Izan. Cierro los puños, siento la rabia apoderarse de cada célula de mi cuerpo y me dispongo a acercarme y borrarle la sonrisa de una hostia cuando escucho a Megan gritar.

Vuelvo a mirarla y observo cómo se sujeta la mano mientras se marcha corriendo al baño.

Se hace el silencio en el salón y mi hermana muestra una sonrisa falsa.

— Se ha cortado.

Yo hago el amago de seguir a mi topi, pero mi peque me sujeta por el brazo con fuerza y me atraviesa con la mirada.

— No tengo ni idea de qué ha cambiado de ayer a hoy, pero por la mirada que te ha dedicado será mejor que vaya yo. — Susurra.

Impotente, la observo alejarse, y en vez de sentarme en el salón de nuevo o liarme a hostias con Mike, me marcho al exterior. Necesito respirar y aquí me estoy asfixiando.

Me importa una mierda no ir abrigado, quizás si el frío me azota, pueda sentir algo.

En cuanto estoy en el exterior comienzo a andar en círculos como un puto animal enjaulado.

Lo que ha cambiado de ayer a hoy...lo que ha cambiado de ayer a hoy... ¡Todo joder! ¡Todo ha cambiado de ayer a hoy! Nada ha vuelto ni volverá a ser lo mismo desde que nos besamos. ¡Absolutamente nada volverá a ser ni remotamente parecido a como era antes!

— O te calmas, o te doy una hostia. — Dice Naim a mis espaldas.

Un bufido sale de mis labios.

Los secretos de IZAN © EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora