Estimada Alice 4.

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10 de marzo, 2012

Estimada Alice:

Los días han transcurrido tan horribles como siempre. Padre perdió una gran suma de dinero en un negocio que resultó ser un fraude, o eso escuché puesto que no le interesa hablar conmigo más de lo estrictamente necesario, él se ha estado desquitando conmigo.

Me ha pegado cada día sin falta con cosas cada vez más diferentes y destructivas, pero todas tienen una sola cosa en común, todas me producen el mismo dolor insoportable.

Me pregunto si algún día mi cuerpo se dará por vencido de una vez y dejará de recuperarse.

Cualquiera en mi lugar ya hubiese decidido acabar con el sufrimiento de una forma u otra, tengo en mi habitación un hermoso balcón a tres pisos  de distancia con el suelo que sin duda me serviría para esa causa. Pero yo no pienso en esa opción, no considero eso como una posible salida, yo quiero vivir.

El suicidio jamás debe ser una opción.

Casi olvido mencionarlo. Es el aniversario de muerte de mamá, eso tiene a Padre mucho más enfadado de lo habitual. No voy a decir que él la amaba, porque ese hombre jamás ha amado nada en su vida, mucho menos a mamá, uno no golpea, engaña y quiere poseer a la persona que ama. De eso no se trata el amor.

Los libros me han dado un punto de vista sobre el amor totalmente diferente.

El amor es confianza. El amor es dar sin esperar recibir nada a cambio. El amor es compartir tus sueños y anhelos con una persona para toda la vida. El Amor es algo hermoso. El amor te hace querer ser mejor. Y eso que él le juraba a ella, no era amor.

Yo quería ir a verla. Te juro que quería ver a mamá. Jared me llamó para que lo acompañara al cementerio, pero tuve que decirle cosas horribles sobre como no me importaba Ella, tuve que decirle, con un agudo dolor en mi corazón, que esta fecha no significaba nada para mí.
Mi hermano está muy decepcionado de mí, él está decepcionado y eso me mata. Espero que algún día me perdone porque alguien más puso palabras en mi boca.

Dios sabe que quería visitarte, mamá. Lo lamento tanto. Te amo.

Padre me ordenó que rechazara la oferta de Jared y me amenazó, sus palabras exactas las recuerdo con claridad y aún mientras las rememoro siguen causándome escalofríos en la columna y erizandome los vellos del cuerpo.

"Si te atreves a siquiera decirle algo sobre esto a mis hijos, voy a hacer algo más que simplemente golpearte pequeña perra, no olvides lo sencillo que es organizar todo para que parezca un suicidio. No me pruebes porque no sabes de lo que soy capaz, no esperes que me tiemble el pulso. Vas a decirle a Jared que no te importa esa mierda, no vas a ir y punto"

Él amenazó mi vida.

Mi padre dijo que iba a matarme si lo desobedecía. Es algo duro para asimilar, pero ya estoy acostumbrada a sus malos tratos y sus amenazas constantes. Parecerá estúpido, pero si hay algo que Padre jamás hace es romper una promesa.
Por sus manos corre tanta sangre que la mía no haría ninguna diferencia.

Las lágrimas no han dejado de caer desde que subí a mi habitación a refugiarme, aunque sé muy bien que no estoy ni cerca de estar segura.

Lloro mientras pienso en lo que mi vida se ha convertido.
Lloro porque siento que mi alma muere un poco cada día.
Lloro porque he defraudado a mi mamá y a mis hermanos.
Lloro porque la vida que me tocó no se la deseo a nadie.
Lloro porque sin importar cuánto me duele querer y no poder, todos los días trato de mantener mis sueños. Lloro porque todo lo que toco se deshace en mis manos.
Lloro porque soy como una alma en pena, no tengo amigos, no salgo de esta casa, nunca me he enamorado, no sabría como valerme por mi misma en la calle, no tengo amor propio, no tengo esperanzas de una vida mejor.

Y ahora estoy sucia.

Me he dado cuenta de que nada de esto es mi culpa, de que no es justo, pero también aprendí que la vida no es justa.

¿Alice si pudieras ser alguien más, quién serías?

Desde un tiempo para acá tengo esa duda, la he desarrollado y deshecho en mi cabeza muchas veces. Pero llegué a la conclusión de que sí yo tuviera que intercambiar mi vida con la de alguien más, yo simplemente me negaría de inmediato, no porque no quiera salir de este infierno personal, sino porque jamás me perdonaría que por mi culpa otra persona pasara por esto. No soy tan egoísta como para desear algo como eso.

En tu libro Chrystal y Axel atraviesan una serie infinita de obstáculos, y en una ocasión Axel le pregunta eso mismo a ella, pero Chrystal nunca contestó, quisiera saber ¿Por qué calló? ¿Acaso consideró cambiar su vida? Tal vez algún día vas a responderme eso.

Le encenderé tres velitas a mamá, le rezaré algunas plegarias, y leeré de nuevo "El reflejo de tu alma" antes de que él venga a aturdir mi orden mental. Aún no ha llegado, pero sé que cuando lo haga vendrá directamente a usar su saco de boxeo para desestresarse. Créeme que no estoy ansiosa por saber cuál será el objeto de mi tortura esta vez. Tengo miedo pero seré fuerte, intentaré serlo. Prometo seguir escribiendo.

Tu mayor Lectora,

Nevaeh Pignatelli

Las Memorias de Nevaeh Where stories live. Discover now