En mi garganta hay un nudo asfixiante que no me deja respirar; se llama dolor.

Me muerdo el labio inferior y sale un poco de sangre. La quitó con mi lengua y en medio de sollozos.

Mi cuerpo tiembla, mi corazón se destroza y mis sentimientos se esconden bajo llave, ya no quieren volver a salir.

Mis ojos se vuelven a cerrar y mis pensamientos vuelan antes de que me quede dormido, dando un salto al pasado, recordando el último beso, el último abrazo y el último te amo que le di a Kookie. Una sonrisa rota se formó en mis labios y con eso me quedé dormido.

[☪]

Desperté  con los ojos rojos e hinchados, sentimientos rotos en mis mejillas y un asqueroso sabor en mi boca. Me levanto y me dirijo al baño, me veo en el espejo y observo que me veo como la mierda. Ojeras hay bajo mis ojos, estoy más pálido, mis ojos son un asco y hay un poco de sangre en la comisura de mi labio.

Suspiro un poco, me quito mi ropa y entro a la ducha.

Cuando salgo del baño me pongo lo primero que veo y salgo de casa. No le tomo importancia que sea un lindo día, al menos no para mí.

Suspiro un par de veces antes de ponerme en marcha y reviso que tenga la carta en mi bolsillo. Asiento para mí mismo y empiezo a caminar.

Tengo un poco de miedo, no entiendo por qué, pero lo tengo. Camino con paso lento pero firme, repasando en mi mente que le diré a JungKook. Mi cuerpo tiembla cada vez más cuando me acerco a la entrada de la escuela. Al estar al frente, me quedo ahí por unos segundos y escucho una risa en la parte de arriba. Mi mirada se dirige ahí cuando la reconozco.

Suspiro unas cuantas veces más, para darme valor y camino hacia dentro. Paso por el pasillo, que solo se encuentran dos personas, no les miro y sigo caminando hacia las escaleras. Mientras subo los escalones, siento mis piernas debilitarse y mi respiración hacerse lenta. Pero empuño mis manos y recuerdo que lo tengo que hacer.

Cuando estoy en la puerta de la azotea, veo como JungKook y Jin están abrazados. Mi quijada se tensa y mis ojos se vuelven a cristalizar. Suspiro e intento tranquilizarme. Cuando lo logro, abro la puerta y camino hacia ellos.

Ambos voltearon a verme y fruncieron el ceño. Jin actuó rápido y puso a JungKook detrás de él.

—¿Qué es lo que quieres? —escupió con rabia Jin, sin apartar su mirada de mí.

JungKook se escondió un poco más y solo podía ver su mirada arriba del hombro derecho de Kim. Yo lo miré a él, pero apartó la mirada. Y voltee a ver a SeokJin.

—Tranquilo, solo viene para hablar —de nuevo mis ojos viajaron hasta JungKook—, con los dos.

—No quiero hablar contigo.

Escucho la voz de mi pequeño, que con sus manos se aferraba a la camisa de Jin.

—Ya lo escuchaste, no hablaremos contigo.

—Por favor, no es nada malo —mi voz salió lo más tranquila que pude, aunque en mi garganta de nuevo se estaba formando el nudo—, solo venía para pedirles... Dis-disculpas.

Mi voz se rompió un poco y mis ojos ardieron aún más. Apreté los puños y cerré por un momentos mis ojos, los abrí y les miré; observé cómo me miraban con un poco de incredulidad y sorpresa.

—No me vengas con tus juegos, Min —habló Jin, sin dejar de lado lo afilado de sus palabras.

—No es un juego, de verdad les quiero pedir perdón —mi mirada cayó al piso—. Ya comprendí que cometí muchos errores, por eso vengo a darles la cara y pedirles perdón por el daño que les causé, en especial a ti, JungKook.

Lo miré y él hizo lo mismo, cuando nuestros ojos conectaron pude ver como se le cristalizaban, al igual que los míos.

—JungKook, perdón por todo el daño que te provoqué y por lo que tuviste que haber pasado por mi culpa —trague un poco de mi saliva al sentir mi garganta seca—. Sé perfectamente que no merezco tu perdón, pero aún así te lo pido. Soy un imbécil, lo sé —y mis sentimientos comenzaron a caer—. La verdad es que lo que te tengo que decir está es esta carta —saco el sobre de mi chaqueta y la muestro—. Lamento que no te lo pueda decir en este momento, pero espero entiendas que esto es difícil para mí.

Camino un poco hacia él y le extiendo el sobre. JungKook dudó un poco, pero tomó la carta entre temblores y la penetrante mirada de Jin.

Me separé de ellos y caminé hacia la puerta, me detuve y voltee a ver a Kim.

—También te pido perdón Jin; lamento haberme entrometido en tu relación con JungKook; yo en ese momento no quería asimilar que ustedes estaban juntos. Cometí el error de pensar que JungKook aún podía perdonarme y que regresaría conmigo, ¿Sabes?... Pero... —me muerdo el labio, miro hacia el suelo, mis lágrimas se resbalan y pongo una sonrisa en mi rostro antes de volver a verlos— ahora, quiero que él sea feliz junto a ti, que sé que no le harás daño. Por eso, espero que sean felices juntos.

Me doy la media vuelta y suspiro con pesadez.

—YoonGi... —escucho la voz de JungKook, pero antes de que él dijera algo, yo hablé.

—No es necesario que digan algo.

Siento como el nudo de mi garganta es más fuerte, pero aún así me dispongo a caminar, dejando atrás la llave de mis sentimientos.

La sonrisa aún no se va de mi rostro, demostrando que estoy roto, destrozado. Mis lágrimas se deslizan una tras otra. Pero ahora sé que hice lo correcto; ahora JungKook será feliz.

Tal vez ya no esté a mi lado, tal vez ya no será mi novio, tal vez ahora será feliz con Jin.

Pero éste es el pago de mis errores.

Cuando lo tuve no comprendí la hermosa rosa que tenía en mis manos. Que después quise tomarlo cuando lo perdí. Pero sus espinas ahora me pincharon, comprendiendo que fue un error perderlo y una locura el querer recuperarlo.

Adiós, JungKook, mi hermosa rosa con espinas filosas.


Gashina | YoonKookWhere stories live. Discover now