yoonkook | Donde YoonGi no se puede dar cuenta de la hermosa rosa que posee entre sus manos, porque prefiere un diente de león que pronto se irá como el viento.
"¿Estás seguro de que no estás loco?
¿Por qué estás dejando al hombre hermoso aquí?"
| H...
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Sigo viendo la foto que tengo en mis manos y la ensucio con mis lágrimas. Suspiro un poco y mi cara se destroza en una mueca de dolor. En aquella foto estamos JungKook y yo abrazados; ese día fue nuestro primer año de novios. Lloro con más fuerza porque ahora sé que nosotros nunca volveremos a estar juntos.
Me duele aceptarlo, pero la verdad y la realidad es esa. JungKook y yo ya no somos, ni seremos algo.
Lo destroce y, ahora, me destrozo yo.
Tiro mi cabeza hacia atrás, miro mi techo e intento suspirar. Las lágrimas resbalan por mis mejillas, las siento como ácido congelado, rasgando mis sentimientos.
Recuerdo el pasado y me enojo, aunque me tranquilizo y ya no me hago preguntas. ¿Para que lo haría? El daño ya lo hice y lo sigo pagando.
Pienso en todas esas veces en las que dejé plantado a JungKook por estar con esa perra; en todas esas veces que le hablé de forma grosera y cortante cuando quería mi atención, además de ser un hijo de puta descarado presentándole a es puta como una amiga.
Pero lo que me enoja más, es que yo sabía cómo era esa chica, lo sabía perfectamente; estaba en boca de todos, ¿Cómo no saberlo? Ella estaba detrás de mí, pero nunca le hice caso, hasta en esa fiesta, donde el alcohol no fue un buen acompañante para mí.
Gruño con enojo y dejo caer mi espalda contra mi cama. Cierro los ojos y siento como la foto cae de mi mano y termina en el suelo. Empuño mis manos e intento gritar, pero duele y no lo hago. Suspiro entre sollozos, sintiendo mis ojos arder.
Han pasado tres días desde la última vez que vi a JungKook; siempre trataba de evitarlo cuando lo encontraba en los pasillos de la escuela. Soy un maldito cobarde.
Pero...
Me volveré valiente por él y terminaré con toda esta mierda. Comprendo todos y cada unos de los errores que cometí. Comprendo todo el daño que le causé y le sigo causando. Y comprendo que lo nuestro se acabó y jamás volverá a hacer algo. Él ya no me ama, pero si lo sigue haciendo, no merezco su perdón. Solo él merece mis disculpas.
Abro los ojos y salen más sentimientos; recuerdo la carta que me dio mi pequeño. Decía:
Te dejo hoy. Mañana te extrañaré. En tres días leeré nuestras conversaciones. Lloraré, y gritaré a mis adentros. Por eso te dejo hoy, porque mañana no podré hacerlo.
Bien, Kookie, ahora es mi turno:
Te dejaré ser feliz. Te extrañaré. Todos los días veré nuestros recuerdos. Lloraré y gritaré a mis adentros. Por eso te dejaré ser feliz, porque comprendí que lo único que te causaba era dolor. No me arrepentiré, pero si lloraré y te extrañaré.
