—Es bueno saber que al menos uno de los dos tenía fe en mí.—Jordan llegó a mí con la mano derecha en el aire.

—Dame esos cinco, citadina —choqué mi mano con la de Jordan mientras nos sonreíamos, luego seguimos el paso de los demás que ya estaban saliendo del auditorio.

Caminé a la par de Ethan y Sam, Carter había desaparecido, Bennett se despidió de nosotros, ya que no iba para el mismo lugar al igual que Jordan.

—Sabes, me decepcionaste —dijo Sam mirando al frente. Fruncí el ceño pensando qué había hecho mal—. Pensé que te lanzarías al público, porque chica, parecías una estrella de rock mientras cantabas "Somebody To Love" —dijo esta vez mirándome con una sonrisa.

—Es cierto. Hubiera sido algo interesante de ver —concordó Ethan riendo. Yo también reí.

—Tal vez para la próxima —pensé por unos segundos, recordando a aquel chico—. Saben, hubo un momento en el que no podía dejar de mirar a alguien.

—¡Oh! Así que ya le echaste el ojo a alguien —dijo Sam codeándome. Yo solo me reí.

—No, no es eso. Es solo que... —no sabía cómo explicarme, pero al final dije—. Fue extraño.

—Y, ¿cómo era? —preguntó Sam. Ethan solo se mantenía callado.

Miré al piso recordando su aspecto, y de repente sentí un golpe en mi hombro.

—Lo siento —me disculpé levantando la vista. La persona con la que choqué era un chico que murmuró por lo bajo: "No importa", y se alejó.

No era necesario mirarlo dos veces para saber quién era.

—Él —le dije a Sam, quien me miró como si estuviera hablando en otro idioma, por lo que me expliqué—. El chico con el acabo de chocar es a quien no podía dejar de ver —Ethan y Sam miraron por sobre sus hombros, luego intercambiaron una mirada, para luego posar sus ojos en mí—. ¿Quién es? —pregunté curiosa.

—No quieres saberlo —respondió Sam.

—¿Por qué?

Ninguno de los dos me respondió.

—Solo te diré una cosa, Anna —dijo Ethan, mirándome seriamente—. Nunca te acerques a él, ¿de acuerdo?

—Está bien —respondí dudosa por la extraña actitud de Ethan y Sam.

Seguimos caminando a nuestra siguiente clases que era matemáticas, pero no seguimos hablando ya que el ambiente se había vuelto algo incómodo. Durante la clase no presté mucha atención, puesto que estaba pensando en la extraña actitud que tuvieron Ethan y Sam. Miré de reojo a Sam que estaba sentada a mi lado y luego miré un par de filas adelante donde se encontraba Ethan. Mi cabeza estuvo dando vueltas y haciendo teorías locas sobre el porqué actuaron así, que no me había dado cuenta de que ya había acabado la hora.

Recogí mis cosas y me despedí de Ethan y Sam, acordando que me guardarían un puesto en la cafetería.

Llegué a mi casillero y guardé los libros que ya no iba a usar. Luego cerré la puerta y al girarme tropecé con alguien.

—Lo siento —me disculpé por segunda vez en el día.

Una chica rubia, alta de ajos azules y tez clara me miró por el encima del hombro y siguió su camino. Cuando llegué a la cafetería busqué a Sam y fácilmente la encontré debido a su particular color de cabello. Me acerqué a la mesa donde estaba sentada y noté que también estaba Ethan y Bennett, además de cuatro personas más: Tres chicos y una chica. Sam me vio acercarme e hizo señas a un lugar vacío a su lado, vi que me había comprado el almuerzo, y al sentarme quedé al frente de la chica.

Sweet Peril. (The Sweet #1) [EDITANDO]Where stories live. Discover now