c a t o r c e | +18

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Tenía los ojos entrecerrados observándola mientras le mimaba los senos. Tallulah tomó una vez más las manos del chico para que le apretara los senos con más fuerza; el azabache, aludido, repitió el movimiento un par de veces, sacándole a la ojiazul un par de sonoros gemidos. Reiji sintió que podía quedarse así para siempre. Sintiéndola toda para siempre.

-¿Te gustan, Reiji-san? - le dijo melosa mientras sus brazos empezaban a desabrochar botón por botón de la camisa del nombrado.

-Sí. - contesto con la boca enronquecida.

Reiji la volvió a tomar de la cintura, abandonando sus senos para besarla. Para ese momento él ya no tenía camisa y Tallulah pasaba sus manos por su pecho y abdomen. Acariciándolo con devoción y placer, y él no podía estar más satisfecho ante la atención de Tallulah; las cuales se intensificaron cuando ella empezó a bajar sus mano hasta la hebilla de su cinturón. Y no sabe que le gusto más: el hecho de dejarse hacer por él todo, o el hecho que era bastante atenta con respecto a sus necesidades ¿Por qué? porque para ese preciso momento ya había logrado que una de sus finas se colase dentro de su pantalón y boxer ¿Para qué? para masturbarlo. Él solo podía gruñir dentro del beso.

-Puedo ponerlo en mi boca si Reiji-san quiere - le habló suave rompiendo el beso. Su mano seguía moviéndose sobre su polla, dentro de su pantalón. -¿Puedo?

-Que obscena eres, Tallulah - le reprochó Reiji mientras tomaba la mano de la chica para intensificar más el va y ven de sus manos sobre su polla.

-¿Eso es un no, Reiji-san? - le decía con fingida desilusión. Suspiró - Yo solo quería saber como sabía la polla de Reiji-san- hizo un puchero contra los labios de Reiji.

-Que boca tan sucia. No es de una dama hablar tan vulgar- no puede explicar porque le pone ver a la rubia tan dispuesta, o peor, porqué le esta siguiendo el juego - Es obvio que necesitas corrección.

-¿Vas a castigarme, Reiji-san? -le preguntó mientras él ponía una de sus manos sobre la cabeza de ella.

-Sí. - Le gruñó mientras sacaba su mano de su pantalón medio abierto. Colocó ambas de sus manos en los hombros de Tallulah para que se pusiera de rodillas - Como castigo vas a tragártelo todo.

Quiso gritar de regocijo cuando la vio tan obediente, poniéndose de rodillas. Sin preámbulos, le bajo el pantalón y con el su boxer; dejando a merced de la obscena boca de Tallulah, su zona sensible. Cabe mencionar que la rubia se metió entera su polla, que casi se atraganta, pero continuo su deber de lamer y chupar. Reiji se dio cuenta de que no era una experta en mamadas, sin embargo, lo hacía bastante bien. Su boca obscena con restos de labial rojo, sobre sus rodillas, desnudas; era algo maravilloso. Aun mejor era el hecho que no ponía queja ni obstrucción cuando la jaloneaba del cabello para que fuera más rápido, o para que fuera más lento dandole aun más placer.

No pudo mantener su pudor ni prudencia; ya se encontraba gimiendo en voz alta, jaloneando el cabello de Tallulah para que fuera más rápido. Tampoco puede fijar el momento exacto en que él también empezó a mover sus caderas al compas de la boca de la rubia; podía sentir el cosquilleo en su estomago. Sí, estaba a punto de venirse. Pocos segundos después había descargado todo su semen en la boca de la chica.

Y ella se lo tragó. No renegó. No boqueó. Solo se lo trago y lo miro, aún de rodillas, con una gran sonrisa de satisfacción. Él estaba estupefacto mirándola, probablemente serio, pero en su interior estaba explotando de adrenalina y de una emoción desconocida dentro de su remoto pecho. Tallulah Evans le había hecho la mejor mamada de su vida, la única en realidad; pero si así eran, quería que Tallulah se la mamara por todo lo que lo que durara su inmortalidad.

s u p e r f i c i a l | r.sWhere stories live. Discover now