17.Friends Irl

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— Claudia tampoco se conectó hoy... — Le decía Lyn-z al resto del gremio el sábado en la noche.

— Seguramente bebió tanto ayer que pasó todo el día con resaca y se durmió temprano hoy. — Dijo Alioth.

Todos sacaban sus propias conclusiones con respecto a la ausencia de Claudia, pero sólo Kyran sabía por qué la pelirroja no estaba, qué frustrante era para él no poder decírselo a nadie.

— ¡Qué genial es ser universitario! — Dijo Lyn-z. — Extraño esos días...

— Querrás decir "qué genial es tener la vida universitaria de Claudia". — Dijo Edén. — Orpheus y yo siempre nos preguntamos cómo es que tiene tanto tiempo para jugar y tener vida social, es decir, no es que nosotros no podamos hacerlo, pero sin duda, Claudia tiene más tiempo que nosotros.

— Sabe administrar el tiempo, supongo. — Dijo Kyran.

«Me pregunto si ayer pude darle el apoyo que necesitaba para sentirse bien con la idea de ir a una cita con Bert». Se preguntaba Frank mientras estaba frente al ordenador.

En esos momentos, estaba recorriendo una cueva oscura con los del gremio, en busca de un tesoro custodiado por múltiples monstruos míticos, pero él no estaba siendo de mucha ayuda en la misión porque estaba distraído; no podía dejar de pensar en Gerard.

A eso de las seis de la tarde, Way le había enviado unos inesperados mensajes por WhatsApp, en los cuales le daba las gracias por esa agradable noche, aunque, más bien, era Frank quien estaba agradecido.


Frank me recuerda tanto a Fun Ghoul...

Me aportó tanta seguridad y fue tan lindo conmigo.

Ahora mismo, no estoy tan nervioso por salir con Bert como lo estaba anteriormente, porque gracias a Frank, sé que es una buena persona y será sencillo hablar con él.


Y allí estaba de nuevo, esperando por Bert, por suerte, esta vez sólo pasaron dos minutos de haber llegado al lugar pautado cuando recibió una llamada suya.

— ¿Bert?

— Hola, Gee... Perdón por haber cambiado la hora de la cita y eso. — El sábado, habían quedado de verse a las siete.

Gerard pasó toda la mañana durmiendo tranquilo, sabiendo que tenía tiempo de sobra para levantarse y arreglarse para encontrarse con Bert en la noche, pero el sonido de su celular había frustrado sus planes. Recibió una llamada telefónica que bien sirvió como alarma.

— ¿Gee? ¿Estabas dormido? — Le dijo Bert en cuanto contestó el celular diciendo "¿Hola?" con su voz patosa de recién levantado. El pobre Gerard ni siquiera podía abrir los ojos. — Lo siento, pero es que... Ya son las dos de la tarde, no creo que sean horas de estar durmiendo.

Bert lo había llamado para decirle que la cita sería un poco más temprano de lo pautado anteriormente, también le dijo que quería encontrarse con él unas calles antes del restaurante porque tenía ganas de caminar con él hasta allá.

— No te preocupes por eso. — Contestó Gerard mientras lo esperaba. — ¿Pasó algo?

— Nada sólo que... — Aún con el celular en mano, sin descolgar la llamada, Bert se apareció de la nada, logrando asustar al pelirrojo. — Quería verte antes...

— ¡No te aparezcas así de la nada! — Exclamó Gerard comenzando a sentirse nervioso.

— Woah, Frank tenía razón. — Suspiró al verlo, mientras colgaba la llamada. — Te ves muy bien, casi no te reconocí con el cabello rojo, pero me encanta cómo te queda.

Life Online; FrerardWhere stories live. Discover now