Dejo a su prometido con su hijo y se adentró en el despacho de este para atender la llamada.

Era para coordinar la cita del vestido, debido al poco tiempo, Hanna había seleccionado algunos vestidos de una serie de diseños de presentación y al día siguiente tenía su primera prueba, solo esperaba no arrepentirse de su elección al ser tan apresurada.

Se sentía un poco nerviosa, con cada arreglo, con cada detalle o decisión, su boda se acercaba más a la realidad. Faltaba poco tiempo para convertirse en la señora de Ehan Hilton.

Se sentó un momento sobre el sofá que Ehan tenía cerca de su escritorio para tomar un respiro de todo.

Su boda.

Su familia.

Su vida... todo.

En el último año habían sucedido tantas cosas que todavía le costaba asimilarlas. Su vida era muy diferente ahora, pero...

Si las cosas hubieran sido diferentes desde un principio ellos se hubieran casado hace años...se hubieran ahorrado tanto...dolor y sufrimiento.

Pero las cosas no debían de ser así.

Ella es fiel defensora de que todas las cosas pasan por algún motivo. Tal vez no era el momento adecuado para Ehan y ella. Hace cinco años...eran unos jóvenes enamorados que soñaban con pasar la vida juntos.

A ella nunca le había dado miedo el trabajo pero nunca había vivido una situación tan difícil como la muerte de su madre o el nacimiento de sus hijos. A pesar de haber sido circunstancias difíciles, fueron experiencias que le moldearon el carácter. Se demostró así misma que no necesita de un hombre para sacar adelante a sus hijos.

Con Sebas aprendió que no a todos los hombres los puede clasificar. Él le mostro que la felicidad depende de la valoración que cada uno le dé a los momentos en su vida, le mostro como ser feliz por el simple hecho de vivir un día más.

Fue un gran hombre, un gran esposo y un gran padre para sus pequeños.

El sonido de la puerta siendo abierta fue lo que la saco de sus pensamientos para que observara a Ehan entrar a la habitación.

— ¿Estas bien? Me preocupe al ver que tardabas mucho— se acercó a ella que seguía sentada en el sofá.

—Ven— palmeo Hanna el asiento a su lado— siéntate conmigo.

La observo con los ojos entrecerrados antes de sentarse y halarla a su regazo.

—Me gusta más de esta forma— dijo con una sonrisa de lado mientras ella le acariciaba el rostro— ¿En qué piensas?

—Pensaba en todo— dijo después de unos minutos— si no nos hubieran separado...estaríamos cumpliendo cinco años de casados— dijo Hanna acariciándole la mano donde próximamente tendría su alianza.

—Cinco de casados y seis como pareja— entrelazo sus dedos con los de ella con un suspiro— ¿Sabes? Posiblemente siempre me arrepienta de eso, siempre será mi error más grande— la observo a los ojos directamente— tal vez nunca me perdone a mí mismo por haberme perdido cuatro años de la vida de mis hijos.

Hanna observo la completa tristeza que lo embargaba en sus ojos y sintió un deseo irrefrenable de consolarlo. Extendió sus brazos y lo abrazo dándole consuelo.

Los dos habían cometido muchos errores, pero no era sano que vivieran recordándolos cada día.

—No es bueno que te culpes Ehan, los dos hemos cometido errores. Pero ahora estamos aquí— se separó y le tomo el rostro en sus manos— ahora estamos juntos. Somos más maduros y responsables de lo que éramos hace cinco años. Yo...—bajo la mirada— posiblemente siempre me arrepienta de haber engañado a Sebas cuando tú y yo nos reencontramos.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Where stories live. Discover now