Decepción

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Tras lo que para mí fue la mejor tarde de mi vida regresamos a la residencia. Todos estaban en el lago dándose un chapuzón así que fui directa hacia allí. Apenas llegué una mano me agarró del brazo.

-¿Se puede saber donde estabas?-dijo una molesta voz. Me giré, encarándome con esos ojos celestes.

-Obviamente disfrutando de mi premio... ¿Por?-dije, extrañada. Él soltó mi brazo y se pasó la mano por su brillante pelo, frustrado.

-Es solo que... no quiero que pases tiempo con el idiota de James-

- Eso lo decidiré yo, soy mayorcita y sabes que me las puedo valer por mi sola-dije, rodando los ojos.- Ni que fueras mi padre.

-No lo soy pero lo conozco y...

-Mira, sé lo que pasó entre vosotros vale? Sé que sois hermanos y todo lo que ocurrió en la elección...-me paré, porque sus ojos se abrieron tanto que me asustó. En un gesto me cargó en su hombro, llevandome más apartados de la multitud.

-Mira, mi hermano puede parecer que hizo un acto honrado, no lo discuto, pero ĺe ha cambiado mucho. Utiliza a las mujeres para su propia voluntad y el hecho de que tú seas una esmeraldina solo hace que quiera conseguirte como trofeo...-no pudo terminar porque mi mano golpeó su pómulo izquierdo, mientras mis ojos se aguaban. Tragué hondo, evitando las lágrimas.

-Oyeme... tu no me dirás lo que tengo que hacer... y sé que él no quiere utilizarme vale? Así que cállate. Me voy.-dije, en dirección al lago.

Tras llegar mis amigas se abalanzaron sobre mí y entre risas y juegos les conté mi fabulosa tarde. No había vuelto a ver a los dos hermanos, pero me importaba una mierda. Cuando salí del agua dispuesta a secarme un dolor agudo cruzó mi cabeza, haciendome jadear. Una imagen apareció en mi campo de visión. Una bella mujer con pelo ondulado color caoba que le llegaba por la cintura acunaba entre sollozos a una hermosa bebé con el mismo color de pelo y ojos azules que me resultaban muy familiares. Junto con un hombre de igual color de ojos iban a caballo huyendo de lo que parecía una ciudad en llamas. Tras lo que parecían horas cabalgando se pararon en una cabaña, donde una señora mayor los esperaba. Ambos descabalgaron con el pequeño bebé en sus brazos, internándose en la muy familiar cabaña. Tras esta imagen todo se fue tornando negro, mientras un silencio llenaba mi mente.

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NARRA MAX:

¿Es que ella no entendía todo lo que mi hermano estaba dispuesto ha hacer? Yo sabía la verdadera intención que él tenía. Y solo era una.

-Vaya vaya... ¿Qué pasa Max? ¿Nash te dió calabazas no es cierto?-dijo, con su voz socarrona.

-No... Pero sé las intenciones que tienes con ella pedazo de cerdo. Te conozco demasiado bien.-dije, empujándolo contra un árbol. Él se incorporó de inmediato.

-¿Ah si? Tu no tienes ni idea...

-Claro que sí la tengo. Sé que la profecía dice que aquel que consiga convertir y reclamar a la elegida se convertirá en el nuevo rey de los vampiros. Solo la utilizas para llegar a conseguir ese puesto.

-¿Y tu que? La verdad es que esas son tus verdaderas intenciones. Yo no busco eso. No tienes ni idea. La verdad por la que estoy con ella....-ambos fuimos interrumpidos por un crujido a nuestro lado.

-¿otra vez discutiendo? Pues os interesará saber que Nash a sufrido una visión. Está en la cabaña de mi abuela. Pero queda prohibido que os  acerquéis para molestaro o...

Antes de que ella terminara James corrió en dirección a la cabaña. ¿Por qué había reaccionado así? Su rostro tenía preocupación pero... No.. era imposible... ¿James preocupado? Sacudí la cabeza, mientras mi cuerpo me guiaba hacia la morena de ojos ámbar.

Bailar... Amar....Where stories live. Discover now