«Vamos a tener un bebé» pensó Klaus.

«Íbamos a tener un bebé» corrigió Anya.

—¡¿Tienen idea de lo que engendraron ustedes dos?! —Gritó tan fuerte que de haber vidrios se habrían roto. —¡Una de ustedes tiene al anticristo en las entrañas!

Dos bebés, un niño y una niña. Un niño en su gran mayoría ángel con un toque de humano hijo del mismísimo diablo. Una niña parte ángel, hija de uno de los demonios que caminan por la tierra.

Entonces Damon levantó la mirada al cielo y ladró parecido a un perro al que le acaban de pegar. Luego bajó la mirada a Anya y Lessa que seguían en el suelo, haciéndose a la idea de lo que tenían en el vientre.

—Miguel abogó por ustedes. —Dijo con dulzura y vio hacia el vientre de Anya, luego al de Lessa. —No mataré a nadie hoy. —Volteó a ver a Chris y luego a Klaus. —Pórtense bien, porque lo importante es la madre, no el padre. —Vio de vuelta a sus hijas, una de ellas llevaba la carne del apocalipsis en el vientre y la alimentaba día tras día, así sería por meses hasta que naciera y solo ahí sabría que bebé debía matar. No solo eso, les daría su castigo cuando ya no fueran 2 vidas en un solo cuerpo. —¡Pero las dos pierden las alas!

No les dio tiempo de procesar la primera parte de sus castigos cuando sujetó las alas, estás se revelaron ante todos, hermosas... Pero condenadas.

Los gritos de Lessa y Anya se escucharon por todo el lugar mientras Papá en el cuerpo de Damon tiraba de las alas hacia atrás. Klaus y Chris lloraron por ver a las mujeres que tanto amaba así, llorando y gritando mientras la tela celestial se desprendía de sus cuerpos, dejando un charco de sangre cada vez más grande.

Cuando las alas se desprendieron los gritos pararon, ninguna de las dos tenía fuerza para seguir gritando, pero tanto ellas como Klaus y Chris sintieron como los vínculos se rompían, como ya no quedaba nada de ellos.

Anya cayó en un charco de su propia sangre, el vestido desgarrado mojándose del líquido rojo y por primera vez sintió aquella pequeña vida en su interior moverse, como diciéndole "mamá, no te rindas". Cayó en una posición en la que podía ver perfectamente a su gran amor, lo podía ver llorar, pero ella no sentía nada en ese momento.

Lessa sintió exactamente lo mismo y el ver los ojos azules de Chris sufriendo de esa forma por ella la hizo sentir culpable por todos esos años que hizo el mal. La pequeña vida en su interior también se movió por primera vez, haciéndose presente "si no lo haces por mí, hazlo por papá".

Para Chris y Klaus también fue horrible verlas prácticamente desmembradas y luego caer entre su propia sangre. El cabello de los dos se tornó rubio, el de Lessa rubio semi castaño y el de Anya de un rubio intenso.

—Bien... —Damon se limpió las manos en el traje, estaban cubiertas de la sangre de sus dos hijas favoritas. —Supongo que ahora solo queda esperar... —La lluvia de sangre finalmente se detuvo, pero para él no parecía algo bueno. Desde su lugar veía las luces caer a la tierra, como si las estrellas bajaran del cielo... Algo bajaba, pero no eran estrellas.

El cuerpo de Damon Salvatore cayó al suelo, había dejado de estar poseído y todos los presentes finalmente lograron moverse.

Klaus corrió hacia Anya y le dio la vuelta para examinar la herida, era terrible... Incluso peor que la de Mason de ser posible, tenía coágulos de sangre formándose, moratones también y parecía punzar, no había un solo lugar que pareciera sano, o por lo menos sin sangre.

Le enfermaba que la suave piel de Anya, esa piel que con tanto amor trató se viera así.

Pensó en quitarse el abrigo del traje para cubrirla, pero temía que eso la lastimara aún más de ser posible.

La gran multitud de arremolinó, algunos para ver a las dos mujeres desmembradas y ahogándose en su propia sangre, otros corrieron a consolar a Alaric y otros a ver si Damon estaba bien.

—Anya... —Dijo Klaus acariciándole la mejilla, tenía miedo a moverla y empeorar la situación. —Vas a estar bien...

—No siento nada... —Contestó Anya antes de que sus ojos se cerraran al igual que los de Lessa.

Asustados las sujetaron, pero ellas se veían tan... Tan muertas que Elijah y Cathy tuvieron que acercarse para que dejaran de sacudirlas. Hope se habría acercado, pero no se sentía capaz.

La puerta se abrió de golpe mientras Elijah colocó a Anya en los brazos de su hermano para que dejara de luchar, pero puso la condición de que dejara de moverla como si fuera una muñeca, eso solo hacía que más sangre brotara de las heridas.

—¡¿Alguien me explica por qué los ángeles están cayendo a la tierra?! —Gritó Mason, pero su ímpetu cayó al ver la escena.

Klaus acercó su rostro al de Anya, ella seguía con los ojos cerrados, pero no parecía dormida y la idea de que estuviera muerta le enfermaba y lo ponía tan mal que comenzó a llorar de nuevo.

—Te amo, Anya. —Dijo, aunque sabía que Anya no podía escucharlo. Bajó su mano a su vientre y quiso darse un golpe mental como todos los demás vampiros ¿Como nadie había escuchado ese rápido latido que había ahí? —A ti también te amo. —Murmuró para su segundo hijo no nacido.

Un hombre que se cree demonio diciéndole a un ángel caído que la ama a ella y al bebé que lleva en el vientre, ¿Quién lo hubiera pensado?

Sweet  Angel {Klaus Mikaelson}Where stories live. Discover now