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—¿Crees que Caroline cuide bien de Dizzy? —Preguntó Anya, pasando sus dedos sobre el pecho de Klaus.

—Seguramente le enseñará a limpiar sus propias necesidades y a ser independiente, pero estoy seguro de que sí. —Bromeó el híbrido y Anya rodó los ojos, pero sonrió acomodándose de nuevo contra su cuerpo. Entonces su teléfono sonó y leyó el mensaje que había recibido. —Mi hermana Rebekah acaba de llegar a New Orleans. —Dijo acariciando la espalda de Anya, en el punto donde se desprendían las alas.

—Solo faltan Kol y Elijah. —Contestó Anya, cerrando los ojos un momento. —¿Listo para verlos?

—Si tú estás conmigo. —Klaus sujetó a Anya de otra forma, obligándola a acomodarse sobre su cuerpo con la cabeza sobre el pecho de él; ella no se movió, le gustaba estar así. —¿Nerviosa?

—Nop. —Contestó ella, sintiendo como las manos del híbrido se posicionaban sobre sus muslos, subiendo y bajando por ellos. —Voy a conocer a los vampiros originales, ¿Que puede salir mal? —Klaus rió ante esa broma.

Anya se levantó, quedando a horcajadas sobre el abdomen fuerte de él y se dedicó un momento para verlo a los ojos. Estaban de vuelta en el avión privado, ellos recostados de nuevo en el colchón mientras que Hayley, Rachel y Hope estaban en la otra habitación del avión hablando.

Fue Anya la que hizo el primer movimiento, usando sus delicadas manos para subirle la camisa a Klaus y quitársela por la cabeza, dejándola a un lado; él no se resistió e incluso olvidó que su hija estaba solo a unos pocos metros de distancia.

El ángel pasó sus dedos sobre el hombro del híbrido, más exactamente dónde estaba el tatuaje, y este cerró los ojos al sentir como ella le acariciaba, con cuidado, con delicadeza, con amor.

—Quiero uno así. —Confesó Anya sin dejar de acariciarle la tinta que adornaba su hombro.

—Tienes uno en la parte trasera del cuello. —Le recordó Klaus y Anya tembló al recordar la marca. —Se está borrando ¿Qué es?

—Solo una cresta de ángeles, se le pone a la reina. —Mintió y de qué manera, pero no pensó en que ahora debía explicarle lo de ser reina. —Soy una reina, creo que omití eso cuando nos conocimos. —Explicó al ver la expresión de sorpresa de su amado híbrido.

—¿Que hace una reina en la tierra? —«Oh, no» pensó Anya. —¿"Oh no" qué? —Preguntó Klaus, lo que le faltaba, haber enviado el pensamiento.

—Es que es algo largo de contar. —Un ángel mintiendo, se parecían más a los mortales de lo que hacían parecer. —Y solo quiero hablar de que quiero un tatuaje.

Klaus se le quedó viendo y ella supo que pensaba, se debatía en si dejar o no el tema de lado.

—¿Dónde lo quieres? —Preguntó en referencia al tatuaje y Anya suspiró internamente porque había dejado el tema, si seguía presionando habría terminado diciendo "Te voy a dejar, pero descuida que no me vas a recordar. Nadie lo hará".

—¿Aquí? —Preguntó señalando su muñeca, luego bajó hacía su abdomen y señaló el punto sobre la cadera. —O aquí... O más arriba. —Bromeó comenzado a subir su blusa y Klaus no dijo nada, solo sonrió disfrutando del espectáculo de verla desnudarse. —¿Más arriba para que solo tú lo veas? —Preguntó dejando la tela arrumada contra su cuello, dejando a la vista los pechos cubiertos por el sujetador de encaje color azul cielo.

Klaus estaba por contestar algo seductor, comentar lo bien que le quedaba el azul, todo lo que quería hacerle en ese momento, pero en lugar de eso tomó la blusa y la bajó de golpe, cubriéndola.

Sweet  Angel {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora