Epílogo

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"Damon" caminaba de un lado a otro por el lugar, viendo los rostros de todas las personas paralizadas.

—Eres la reina, ¿Que no puedes hacer algo? —Preguntó Lessa en tono bajo. También estaban inmovilizadas, pero eran las únicas que estaban tiradas en el suelo boca abajo.

—Tú eres Satanás, ¿No puedes hacer algo? —Preguntó Anya de vuelta.

—¡Calladas las dos! —Damon levantó la mano y Lessa terminó estampada contra las escaleras y Anya contra la pared que estaba tras el altar, los golpes fueron tan fuertes que tanto escaleras como pared se agrietaron. Klaus y Chris de nuevo trataron de moverse, pero era imposible. —Lucifer, Lucifer, la niña de mis ojos... —Comenzó a cantar y Elena no sé lo creía, su esposo estaba poseído por el más grande de todos. —Lucifer, mi Satanás, mi niña bonita... Cuánto daño me hiciste.

—Me mimaste demasiado... —Lucifer estaba obligada a ver al techo, seguía sin poder moverse. —Me hiciste querer más de lo que me dabas.

—Ah, ahora resulta que es mi culpa. —Damon se llevó las manos al pecho, ofendido. Levantó su mano hacia Anya y ella creyó que la golpearía de nuevo, pero en su lugar, la dejó caer al suelo y recuperar el control de su cuerpo. —¿Y cuál es tu excusa, Anya? ¿Yo te arranqué la ropa y te dije que te revolcaras con uno de los demonios de la tierra?

Anya seguía aturdida por el golpe, además de que sentía ganas de vomitar. Como pudo se arrodilló y vio a Klaus, él seguía tratando de moverse para alcanzarla.

—Simplemente me enamoré. —Era algo de lo más simple. —Me enamoré como los humanos... Hiciste a los humanos a nuestra imagen y semejanza, lo que significa que podemos sentir como ellos.

—No eres humana, Anya, eres un ángel ¡Mi favorita! Por eso te di esa corona ¡Creí que serías diferente! —Los ojos azules de Damon Salvatore se veían apagados y eso asustaba. —Pero no solo pecaste, rompiste las reglas ¡Hiciste un trato con tu hermana la traicionera!

—Si, pequé. —Anya abrió los ojos, molesta con todos, menos con Klaus. —Cometí el pecado de la carne muchas veces y en ningún momento me cansé. —«Anya, deja de hablar» suplicó Klaus por el único medio de conversación que les quedaba: el vínculo. Pero ella siguió. —Forniqué con el hombre al que amo y lo he gozado todas y cada una de una de las veces... —Tuvo que callar cuando la mano de Damon se estampó con su mejilla tan fuerte que el sonido resonó por todo el lugar y Anya tuvo que escupir en el suelo toda la sangre que llenó su boca.

Klaus gruñó y sus ojos se volvieron dorados al ver a su Dulce Ángel lastimado y a pesar de sus intentos seguía sin lograr moverse.

Damon lo notó y sonrió.

—Pero qué lindo... Mira cómo te ama. —Dijo con tanta ternura que Anya hizo una mueca de horror. —¿Como te enamoraste de él? Tanta sangre inocente en sus manos... Es incluso poético.

—Solo me enamoré. —Anya vio como el cuerpo de Damon se acercó a Klaus y él terror la invadió, más aún al pensar que podría lastimarlo. Levantó las manos y concentró todo el poder que tenía para arrojar a su padre lejos de Klaus y funcionó.

El cuerpo de Damon se levantó, pero no chocó con nada, solo flotó en forma graciosa hasta volver a ponerse sobre el suelo.

—¡Y ahora lo defiendes a capa y espada! —Gritó y de nuevo levantó a Anya y la arrojó contra el cuerpo aún inmóvil de Klaus, el golpe fue tan fuerte que los dos rodaron un par de metros. Cuando finalmente dejaron de rodar, Anya estaba sobre el cuerpo de Klaus, abrazándolo con fuerza de forma protectora. —Anya, eres mi nueva favorita... Pensé que si lo ocultaba no te volverías tan mimada como tu hermana. —Se arrodilló y acarició la mejilla de Anya en forma delicada, como un padre que consuela a su hija triste. —Pero me equivoqué.

Sweet  Angel {Klaus Mikaelson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora