Capítulo 11: Preocupación

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—Liam —dijo al abrirle la puerta.

El chico entró al apartamento y no tardó en fijarse asustado en la mancha roja de la camiseta de la chica. Elizabeth se dio cuenta de lo que miraba y no supo qué decir.

—¿Qué ha pasado? —su voz sonaba preocupada.

—Louis... Ha intentado...

Ella no pudo terminar la frase pero Liam entendió perfectamente lo que quería decir. Sin poder evitarlo la rodeó con sus brazos y la abrazó queriendo que supiera que estaba a su lado. Elizabeth le correspondió el abrazo. Era más bajita por lo que su cara quedaba en el pecho de Liam y podía escuchar los latidos de su corazón. Prácticamente acababan de conocerse pero se sentía segura a su lado.

Cuando se separaron Elizabeth se secó unas pequeña lágrimas que estaban contenidas entre sus párpados y comenzó a caminar hacia la habitación de Louis. Liam la siguió de cerca sin saber muy bien lo que iba a encontrarse.

—Está dormido —dijo entrando a la habitación y acercándose a la cama de su hermano.

Sacó sus brazos de debajo de la manta y Liam pudo ver las vendas con algunas manchas de sangre que se estaba calando. No sabía que debía hacer ni por qué razón la chica le había llamado a él.

—¿Por qué no has llamado a una ambulancia? —preguntó acercándose a ella.

Elizabeth le miró unos segundos fijando sus ojos azules en los de él, pero en seguida apartó la mirada.

—N-no puedo —titubeó—. Nos harían muchas preguntas.

—¿Y tus padres?

—Ese tipo de preguntas son las que quiero evitar... —de nuevo miró a Liam—. Mi padre está en la cárcel y mi madre... Realmente no sé donde está. Seguramente emborrachándose o intentandó conseguir "polvo de hadas", como dice ella.

Liam tragó saliva entendiendo la situación. Elizabeth sabía que Louis se iba a enojar cuando se enterara de que le estaba contando aquellas cosas a alguien a quien apenas conocía, pero ya estaba harta de los secretos y de estar sola. Necesitaba ayuda.

—Y yo... ¿qué puedo hacer? —el chico seguía sin entender por qué le había llamado a él.

—Perdón por haberte molestado... —Elizabeth se sintió estúpida—. Es que... No sabía a quien llamar. Tengo miedo de que no se despierte.

Sin poder evitarlo volvió a romper a llorar y se cubrió la cara con las manos. Por alguna razón siempre quedaba como una tonta delante de él.

—Hey, no llores —Liam acarició su brazo—. Ya verás como se despierta y no va a pasar nada. ¿Quieres... que me quede contigo?

La rubia separó sus manos para mirar a Liam, no se esperaba que le preguntara eso.

—No hace falta, ya te he molestado demasiado.

—No me molesta estar contigo.

Tras esas palabras se hizo el silencio en la habitación. Y sí, era un silencio incómodo, algo a lo que ella no estaba acostumbrada. La única persona con la que estaba siempre era su hermano y con él no tenía esos momentos. Decidió ir con Liam a la sala mientras Louis dormía.

—Ejem... ¿Quieres beber algo? —preguntó tímida —Puedo hacer té o café si quieres.

—Sí, un poco de té no estaría mal —Liam enseñó todos sus dientes haciendo que la chica se mordiera el labio.

Mientras ella fue a la cocina para prepararlo, el chico se dedicó a inspeccionar la casa con la mirada. Era notablemente más pequeña que la suya y la decoración se notaba un poco anticuada. El papel pintado de las paredes tenía un estampado de flores que convinaban con el color veige de las cortinas y la televisión parecía sacada de una película del siglo XX. Por lo que le había contado Elizabeth entendía que no tendrían mucho dinero.

No entendía por qué la chica le había hablado sobre su vida o le había pedido ayuda a él precisamente, pero sentía una extraña necesidad de protegerla.

Elizabeth no tardó en regresar al salón con dos tazas de té en sus manos y se sentó en el sofá al lado de Liam. Las sonrisas que el chico la dedicaba le hacían sentir nerviosa y podía notar como sus mejillas ardían por el calor.

—Te ves adorable cuando te pones roja —dijo soltando una carcajada.

Elizabeth se sonrojó aún más y se tapó la cara con las manos mientras reía. Durante un buen rato Liam se dedicó a hablar con la chica sobre un millón de cosas, cualquier tema podía servir para que mantuviera su mente alejada de lo que había ocurrido con su hermano. Ella le escuchaba y de vez en cuando soltaba pequeñas carcajadas.

Casi se había olvidado de Louis hasta que oyó una voz en la habitación.

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¡Y hasta aquí el maratón! ¿Qué os ha parecido? Quiero que opineis en los comentarios :)

Este capítulo se lo dedicaré a @meliandre por darme la idea de la maratón, pero los próximos se los ire dedicando a quien deje el comentario más original en cada capítulo, asi que dejad volar vuestra imaginación jajaja

A partir de ahora retomaré mi costumbre de subir capítulo los viernes. Escribiré durante la semana y los viernes subiré todo lo que haya escrito, ¿Qué os parece?

Bueno, eso es todo. Votad los capítulos del maratón si os gustan y hasta el próximo viernes ^^ besoos

-Faty

El Secreto de Louis Tomlinson (M-PREG) Larry StylinsonWhere stories live. Discover now