Cap. 10 Recuerdos y relatos en una noche

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Aquel día fue muy extraño para el alien y el humano, lucharon contra una extraña criatura de muchos ojos, brazos que quién sabe de dónde salieron, con un fuerte cuerpo, con escasa luz y aún más sorprendente, sin morir.
Después, intentaron volar en pedazos una antigua guarida de los ex compañeros y amigos de Tak (y volar en pedazos a esta), lo cual lograron a medias, pues Tak seguía por ahí, en algún lado de la ancha selva, antes de llegar a la playa donde se encontraban.

No habían tenido un descanso desde hace tiempo como ahora lo tienen, ambos lo sabían, y sin decirse nada, disfrutaban del ambiente extraño, las olas del mar de aquel planeta, los insectos y su peculiar sonido, del viento, un sin fin de sonidos y de contrastes de luces que provocaba la tenue luz del satélite natural de ese lugar.
Esto a Dib le provocó mucha nostalgia, recordaba a su familia, a la luna de su natal planeta y todo lo que se refería a la Tierra, en consecuencia, recordó la bitácora de Zim. Él sabía que para ese pedante alien significó algo la Tierra, pero de repente ,tomó la decisión de aniquilarlo, y hablaba de lo cruel que era la vida para una gran mayoría ahí, pero, ¿Y si tenía otro motivo? Debía de saberlo, al parecer, Zim tiene un problema con deshacerse de las cosas, por alguna razón, si no, ¿Por qué destruir la antigua base de operaciones de los rebeldes?
El chico tomó la decisión de entablar una conversación, esperando, que Zim le respondiera muchas cosas.

Dib: Es muy bonita la noche aquí, creo que en el día, el planeta es aterrador, pero en la noche es muy tranquilo, ¿Raro no? Suele ser al revés.

Zim: Ajajaja, te hace falta conocer más sobre los mundos y planetas del universo, cabezón, hay cosas fuera de la imaginación, aquí, las bestias salen con el día, el sol es su motor, muy contrario a la noche.

Dib: si, lo noté, nada que ver con lo que yo conocía, en la Tierra era al contrario. -prepara su garganta para decir algo más, mientras voltea para ver a Zim- Oye, hay un par de cosas que necesito saber, y espero, seas capaz de decirme con honestidad.

Zim- volteó su rostro hacia Dib, con una expresión de confusión e intriga.- ¿De que se trata? Me pones nervioso humano.

Dib: está duda la tengo desde hace mucho tiempo, algo que no me puedo explicar cómo pasó o que te llevó a tomar las decisiones que tomaste, por favor, Zim ¿Por qué destruiste mi planeta?

Zim- desviando la mirada por un segundo y devolviéndola al chico pelinegro- bueno, es momento de que lo sepas, en cualquier momento me lo preguntarias. -se levanta de la arena, y se sienta enfrente de Dib, y después de acomodar sus piernas, le empieza a contar sus razones-
Quizá no sea una sopresa para ti, saber que yo le tengo un, ehh (¿Como se decía? Ah sí), aprecio a la Tierra, aunque llegué siendo un individuo que buscaba dominarla y doblegarla para mis líderes, con el tiempo, eso cambió mucho, ví el lado más "humano", más artístico de esta, y de la gente que existía ahí, de ese modo, me empecé a cuestionar mis propios principios, noté que el imperio irken está lejos de ser admirable, como yo creí toda mi vida.
Fue peor cuando me cuestioné a qué realmente me habían enviado, entendí que no fui exactamente, el irken superdotado e inteligente que alardeaba ser y que crei que era, creo que todos me odiaban, y que buscaban siempre la manera de alejarme, y no es para menos, humano, debo admitir que hice muchas cosas mal, que empeoraron siempre mi rendimiento, y el de los demás, seguro fui culpable de muchos incidentes, y nunca me detuve, así como nadie me decía nada.
Llevé años sin comunicarme con los altos, y me di cuenta que no era un elemento indispensable como creía.
Ese mundo me abrió los ojos, y aunque todavía no sé muchas cosas, definitivamente, ese planeta fue mi inicio.
Cuando me volví a comunicar con mis altos, con todo mi nuevo conocimiento, me di cuenta que yo no les interesaba en absoluto, y por medios externos, supe que iban a destruir la Tierra, y con esta, a mi, pues ya no querían que interfiriera siempre en los planes de conquista y dominación.
Quienes me lo dijeron fueron el grupo de Tak, junto a otros contactos que tengo por ahí.
Obviamente yo me enojé demasiado y pensé que la última parte la habían inventado, pero negaban que fuera así, y yo caí en una gran desesperación ¿Quién mentía y quién decía la verdad? Por desgracia, no sabía identificar la verdad o la mentira, porque todos tienen motivos para odiarme.
Comencé a ser muy paranoico, y me encerré en mi base, junto con Gir, me sentía seguro así.

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