Capítulo 01

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La ciudad de Townsville, solitaria y oscura, sucumbía ante una fuerte tormenta de invierno con descendidas temperaturas que helaban la piel. A pesar de las alegres fechas que se aproximaban, la ciudad era azotada por una gran soledad que se había asentado meses atrás, y prevalecido hasta la fecha, prolongada por el miedo de los habitantes al exterior y a las sombras que se ocultaban ahí.

A pesar de eso, Brick se mantenía firme contra la tormenta frente a una pequeña tienda, observando atento los periódicos que se asomaban a través de los cristales del oscuro local. Estaban expuestos visiblemente para llamar la atención del público exterior, y apenas la tenue luz de la calle lograba iluminar para permitirle leer. En el encabezado de la noticia aparecía el nombre y de él y de sus hermanos, manchando su reputación con falsas acusaciones. "¿Realmente son héroes?", era el título. Y conforme leía el contenido su ceño se fruncía pronunciando el enojo interiorizado.

Era indigno que, después de tanto amor y empeño que habían dedicado a limpiar sus nombres, todo se invalidara tan fácil.

Motivado por la ira interna, un fuerte brillo resplandeció en sus ojos, y al instante la hoja se encendió en llamas consumiendo poco a poco el papel, hasta caer en el suelo hecho cenizas.

Por un momento se tentó a incendiar todo el complejo, pero la moral que había forjado por años, ya no era tan frágil. Quizá de niño lo había hecho, él habría quemado la tienda para sentir el calor de la venganza ardiendo. Pero ya no era ese niño.

Aunque no negaba que a veces extrañaba ese fuego interior, la sensación excitante de la adrenalina recorrer su sangre... Y aunque hacer el bien y hacer el mal eran cosas muy similares, ambos eran fuegos ardientes que calentaban de diferente forma: uno era cálido y sanaba el frío invernal, mientras el otro quemaba todo alrededor y consumía el dolor.

Sanar y consumir eran cosas muy diferentes.

Debía admitir que ver su fuego consumir con ira aquello que le hacía daño era satisfactorio, pero nunca lo sería tanto como el calor de una hoguera en invierno, o el calor de un abrazo de Bloss, pensó al instante.

Un vacío interior empezó a consumir con frialdad. No importaba cuánto fuego ardiera y quemara a su alrededor, ningún calor era comparable.

Sin más fuego de por medio, y con sus manos heladas, continuó su camino a casa.

Todo era silencioso, ni siquiera los carros transitaban a esa hora. Meses antes había sucedido un incidente donde las sombras habían quemado varios autos de un establecimiento nocturno. A partir de ahí, la gente prefería dejar sus carros en casa y no salir por la noche.

Debido a eso, momentos antes tuvo que incluso rogar al dueño de una cafetería para que no cerrase y le permitiera comprar sus bebidas. Era el único lugar que al menos seguía abierto.

Afortunadamente no tardó en llegar a su edificio. El complejo era hogareño, desde el exterior se podía percibir la calidez que poseían los apartamentos iluminados de amor familiar, perceptible incluso desde el exterior, pues todos los balcones estaban iluminados y llenos de plantas verdes y hermosas, a excepción de uno: el suyo propio, oscuro y con los restos de macetas viejas cargando plantas muertas que, aunque se esforzó, fue incapaz de mantener vivas; pero se había negado a retirar los restos sin vida que, incluso así, significaban algo.

—Buenas noches, joven Jojo —saludó el anciano portero del edificio abriendo la puerta.

—Buenas noches, George —respondió cortés, secando sus pies en la alfombra.

El hombre le respondió con una leve inclinación y cálida sonrisa.

Brick sonrió de vuelta por cortesía, aunque pronto volvió a aquella mueca inexpresiva que comúnmente tenía.

Shadows | PPG & RRB | NUEVA VESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora