— Perdón si no te gusta -susurró Luke en el oído del moreno, haciéndolo estremecer al instante.

Comenzó a repartir besos por toda su frente, luego fue a cada una de sus sienes y dió pequeños, cortos y tiernos besos. Bajó a sus mejillas y llevó sus manos al rostro de Calum, para así después acariciar sus mejillas con sus pulgares. Dejó un pequeño beso en la punta de su nariz y luego -sin tocar sus labios aún-, dejó muchos besos tiernos en su mandíbula. Su marcada mandíbula. A éste punto, ambos tenían los ojos cerrados; disfrutando.

Finalmente, unió sus labios en un beso. Ladeó su cabeza a la izquierda un poco y entreabrió sus labios con los de Calum para así concentrarse en el inferior.

Calum se sentía en el mismo cielo... Y ni hablar de Luke.

Iban a continuar con aquel dulce beso, pero Ashton golpeó el hombro de Luke fuertemente y él se vio obligado a separarse.

— ¡Ow! ¿Qué? -gruñó Luke.

— ¿Dejarías de comerle la boca a Cal así podemos seguir jugando? -se burló Ash.

— Déjame pensarlo... no -le lanzó una pequeña sonrisa y se volteó a Calum de nuevo.

Y con eso, Luke juntó sus labios con los de Calum nuevamente. Y, obviamente, Calum correspondió.

Devoraban los labios del otro con fiereza, y el beso era totalmente apasionado. El moreno ladeó su cabeza a un lado y relamió el labio inferior de Luke, pidiéndole permiso para introducir su lengua.

Pero Luke, como el pequeño diablo que es, le negó la entrada. Calum gruñó al no obtener lo que quería y Luke largó una risita. Aún así, el chico de ojos cafés no se rindió, succionó del labio de Luke; robándole un gemido que fue el pase directo de la lengua de Calum a la boca de Luke.

Fue una pequeña guerra, un baile sensual en busca de explorar la boca del otro. Y en ésa competencia, Luke ganó.

Cuando las cosas comenzaron a calentarse un poco, se vieron obligados a parar. Ya que, eso podía haber terminado en algo más.

— El mejor beso del universo -acotó Calum, en un susurro.

— Definitivamente -dijo Luke, en el mismo tono de voz.

— Uy sí, muy lindos, muy lindos. ¿Ya dejan de meterse sus lenguas hasta la garganta? Idiotas -con ésa última palabra de Ashton, se escuchó un gemido de George.

— ¡No seas grosero! Las groserías son malas -hizo un pequeño puchero y todos rieron; excepto Calum, haciendo sonrojar a George.

— Awe, George. Tan inocente -dijo Luke, volteando a verlo un poco.

Y así, Calum se dedicó a admirar el perfil del rubio.

Ojos de un color que brindaban una paz total, un azul claro. Una nariz pequeñita y adorable; perfecta para besos en la mañana. Sus mejillas, pálidas, contrastaban con el rubor que de repente se planteaba en sus mejillas; cuando estaba avergonzado o cuando tenía calor. Y sus labios... delgados, aún así suaves y de un color sandía hechizante, y ni hablar del sabor que otorgaban; adictivo.

Él era simplemente perfecto.

Pudo ver como los labios de Luke se curveaban y luego dejaban escapar una carcajada.

¿Por qué ríe? se preguntó Calum. Entonces decidió poner atención a la conversación, pero sin apartar la mirada de Luke.

— No deja de mirarte, Luke. ¿Seguro que no está dormido? -escuchó a Josh decir.

— No lo creo, con los ojos abiertos... -rió Luke de nuevo.

Y todos vieron como Calum se sonrojaba. Escondió su rostro en el cuello de Luke e hizo puchero.

— Dejen de burlarse de mí -murmuró el moreno, pero lo suficientemente alto para que todos escucharan y se echaran a reír.

— Bueno, ya basta -dijo Luke, calmando su risa.

— Chicos, por más que me gustaría quedarme y burlarme de todos... tengo que irme a casa -dijo Josh, torciendo los labios.

— Igual yo -recordó George.

Ashton revisó la hora en su celular y se dio cuenta que eran las 11:56 p.m.

— Son casi las doce... Ñah -se encogió de hombros mentalmente y les sonrió a los chicos británicos que ya iban saliendo por la habitación.

Fuera del hotel, donde Josh y George esperaban por un taxi, George decidió iniciar una conversación.

— Así que... ¿Tienes un pequeño crush en mí? -habló en un murmuro, con las mejillas sonrojadas.

— Así es -respondió Josh, sonriendo del lado, observándolo.

— ¿D-desde... desde cuándo? -preguntó, mirándolo de vuelta.

— ¿Recuerdas ése día en la tienda de café... que me tiraste el tuyo encima? -le recordó Josh.

— Mh-hm -asintió George, mientras abría la puerta del taxi que estaba parado frente a ellos. Mientras entraba, Josh digo:

— Bueno, después de eso comencé a ir a la tienda solo para verte... Entonces me di cuenta que... me gustas.

En la habitación de Ashton, cada uno estaba sumido en sus conversaciones.

Calum se sentía muy bien... Pero luego recordó una cosa.

Melanie. La novia de Luke.

—.

«Me persiguen, me persiguen», pensó Calum. Consiguió girar en una calle pero no había nada.

Sólo una inútil pared que no le ayudaría a escapar.

Desesperado, la golpeó con fuerza mientras sentía las lágrimas caer de sus ojos como una cascada. Sentía punzadas fuertes en sus piernas, debido a lo mucho que había corrido.

 ¡Ahí está! -gritó la demoniaca voz.

 ¡Calum, Calum! -escuchaba la voz de alguien a la distancia.

El piso comenzó a sacudirse un poco, moviéndolo y luego, finalmente, despertó.

Se sentó en la cama, sudando y con las mejillas húmedas debido a las lágrimas. Volteó a los lados y vio a Luke, mirándolo de vuelta con preocupación en sus ojos. Rápidamente lo abrazó y lloró contra su hombro.

— Shh, tranquilo, Cal. Estás bien. Aquí estás, conmigo. Mírame -lo tomó del rostro y quitó sus lágrimas-. ¿Me ves? Soy real, aquí estoy... fue sólo una pesadilla -intentó tranquilizarlo.

Y, después de unos minutos, Calum logró parar de llorar. Limpió las lágrimas que estaban en sus mejillas con las mangas de su suéter que cubría sus manos completas. Luke le dedicó una pequeña sonrisa y luego rodeó su delgada cintura con sus brazos.

— ¿Ya estás mejor? -susurró, buscando su mirada.

— S-sí -asintió un poco con la cabeza y se hizo pequeñito en la cama del hotel, con Luke recostándose a su lado.

— Perdón por despertarte -se disculpó Calum.

— No te preocupes, ya son las 9:00 así que tendríamos que despertar de todas maneras -se encogió de hombros.

— ¿Luke? -lo llamó el moreno, después de unos minutos de silencio y de sólo estar abrazados.

— ¿Sí?

— Sobre el beso de ayer...

¡Perdón por subirlo tan tarde! Pero aquí está. Y ésta sin editar, lo haré cuando llegue a casa... El domingo.

Deberían amarme por lo que hice en éste capítulo.

In troubles → cake hoodings.Where stories live. Discover now