Siempre quise tener un hermano...el era como uno.

La chica de la tienda que desde que llegamos le ha tenido puesto el ojo a Derek encima, se acerca a nosotros con una atrolondrada sonrisa intacta en su rostro. La tentación de buscar un lápiz y borrarsela me abruma.

Se ve tan falsa.

—¿Van a llevar eso? —nos pregunta. En realidad, se lo pregunta a Derek.

El asiente, y se levanta sacando la billetera del bolsillo trasero de su pantalón. El la sigue hasta la caja registradora tomando el traje entre sus brazos para ir a cancelar.

Me pongo de pie, y decido salir de la tienda. Observo a través del cristal de la tienda, las personas caminan de un lugar a otro en busca de ropa para gastar su dinero en trivialidades. Mi padre jamás me había dejado venir a los bazares que se organizaban en la ciudad, pues según el, toda la mercancía que vendían eran replicas.

Muevo mis pies a través de las pequeñas tiendas que me rodean en cada costado, veo ropa por aquí, ropa por allá, pero nada me llama la atención lo suficiente. El lugar está atestado de personas, comprando en cada tienda, niños corriendo, mascotas e inclusive, ancianos. Una orquídea se planta en mi camino, y busco a la persona que la sostiene frente a mí.

—Creo que tiene un admirador secreto —murmura el jóven, mirándome con picardía destellante en sus ojos.

Frunzo el ceño, mirando a ambos lados para asegurarme que está refiriéndose a mí. Las orquídeas son mis flores preferidas, pero solo una persona sabía eso: mi papá.

El solía regalarme orquídeas, sembrar orquídeas, fabricar orquídeas, pues de niña tenía una insana obsesión por las orquídeas.

—¿Disculpe?

El chico eleva ambas cejas, insistiendo en que acepte la flor.

—Su admirador la ha comprado para usted, acéptalo —me insiste.

—¿Mi admirador? ¿cuál administrador?

El chico hace una leve mueca señalando a mis espaldas, me giro disimuladamente antes de aceptar la flor, mi vista se pierde en la aglomeración de personas en los pasillos del bazar. Pero de pronto, una figura borrosa se me hace repentinamente conocida. Estrecho mis ojos para acentuar la visión, pero la persona se ha dado la vuelta para comenzar a caminar hacia fuera del lugar.

Mi corazón palpita con fuerza a medida que empiezo a acercarme, intentando no perder su espalda de vista a causa de las personas que se cruzan en mi camino, aprieto la flor en una de mis manos, y sigo caminando.

Es él.

Estoy segura de que se trata del hombre que me observa desde las sombras, no es la primera vez que sucede, su camiseta marrón se pierde a medida que entramos en una tienda con muy poca iluminación, una melodía comienza a resonar en los pasillos del lugar y parece tratarse de una tienda de cultura indú.

El hombre se desplaza con velocidad, está huyendo. Maldita sea, ¿por qué huye?

Una chica con un bebé se cruzan en mi camino, impidiendome continuar, y hacérmelo perder de vista. Suspiro, soltando el aire por la boca de manera exagerada. Estuve tan cerca pero a la vez tan lejos de encararlo.

Me sobresalto cuando alguna persona toca mi hombro. Llevo ambas manos hasta mi boca, e intento calmar el acelerado ritmo de mi corazón.

—Te estaba buscando, Amber.

Solo es Derek. Me tranqulizo.

—¿Todo en orden? ¿y esa flor?

—Es una orquídea —le respondo, llevando la flor a mi campo de visión, la he dañado un poco en algunos pétalos—. Es una orquídea...

DOMINIK© [2]✔Where stories live. Discover now