Malec 3x05

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POV MAGNUS

La noche de Magnus había sido una noche de desvelo, una noche de sábanas frías, pensamientos alborotados y extrañar a Alec a su lado.

"Debería irme - le había dicho al brujo antes de que este pudiera preparar siquiera un trago- Necesito tiempo para pensar"

Hasta ese momento Magnus no había caído en cuenta de que Alec realmente lo había intentado, hablarle, expresarse. Obviamente con  sus errores, como el de revisar su caja, pero de todas formas se lo había contado y se había arrepentido.

Una vez más, había sido él el que había subido la guardia, gritándole, desviando el tema, ofreciéndole tragos.

No podía dejar de pensar en todo lo que habían hablado, sobre mudarse, sobre el futuro.
No podía dejar de ver el dolor en los ojos de Alec y en los suyos propios, porque no existe una mínima cosa, una infima acción que siendo dolorosa para Alec, no lo fuera para el.

"Alexander - cariño, quiso escribirle pero no lo hizo - ¿podemos vernos?"

POV ALEC

"Alexander, ¿podemos vernos?"

Alec se tomó su tiempo para contestar, no porque no quisiera ver a Magnus, sino porque tenía demasiadas cosas en su mente y no se podía concentrar.

Por un lado estaba la culpa. Culpa de revisar las pertenencias de Magnus, de echarle las cosas en cara, de sacar a relucir su inmortalidad, como si fuera algo que el pudiera cambiar. Culpa de dudar de Magnus, aunque sea un segundo.

Por otro lado estaba el miedo, miedo a ser olvidado, miedo a ser uno más de esos 17.000, miedo a volverse viejo y que lo confundan con el abuelo de Magnus. Miedo al futuro. Miedo a la muerte.

Y con el miedo venia la angustia. Una angustia que le oprimia el pecho y le cerraba el alma. Angustia por la situación.

"Estoy yendo"

POV MAGNUS

Cuando Alec entró por esa puerta, lo que más se sentía era la tensión en el ambiente.

- Perd- empezó a hablar Alec pero no pudo terminar la oración

- No, yo lo siento. No debí gritarte.

- Bueno, yo tampoco estuve muy bien - dijo el pelinegro en un tono nervioso.

Ante estas palabras una media sonrisa empezó a asomarse en los labios del brujo.
El aire de pronto era más liviano y sintió como se le relajaron músculos que ni siquiera sabía que tenía.

- ¿ Quieres tomar algo? ¿Un café quizás? - atinó a preguntar.

- Magnus, de verdad pienso que deberíamos hablar.

- Lo se - se apresuró a decir Magnus - No es eso a lo que me refería. Tan sólo pensé que como era temprano...

- Un café sería perfecto - lo cortó Alec con una sonrisa en los labios.

Una vez que estuvieron sentados sobre la mesa con dos tazas delante suyo Magnus empezó a hablar.

- Ayer no te di la oportunidad de hablar. Supongo que expresar mis sentimientos no es uno de mis puntos fuertes.

- Esta bien, lo entiendo. Quizás me apresure demasiado. La mudanza, tu pasado - Alec trato de sonar tranquilo, pero algo en el tono de su voz delató su sufrimiento.

- No esta bien, no estás bien y no estoy bien. Necesitamos hablar. - luego de una larga pausa siguió hablando - Sobre ti mudandote aqui, podríamos intentarlo.

- No Magnus, si me mudo aquí que sea porque quieres, no porque te sientes obligado.

Por primera vez en un largo rato Alec había levantado la vista para mirarlo a los ojos.

- No es que no quiera - dijo Magnus eligiendo sus palabras cuidadosamente - pero no creo que sea el momento adecuado. Mira lo que pasó ayer.

Hubo un largo silencio que ninguno de los dos se animaba a romper.

- Y para ser sincero no me siento listo.

-Oh - murmuró Alec, pero más que un murmuro parecía un lamento.

- Te amo Alexander, se lo que estás pensando, y no es eso. Al contrario, te amo tanto que no se que hacer cuando estoy contigo y eso me asusta.

Aunque Magnus sonara tan seguro por dentro era un manojo de nervios, necesitaba que Alec dijera algo.

Eran pocas las situaciones en las que se había dejado estar tan vulnerable. No estaba acostumbrado a esto.

- De todas formas, paso aquí casi todas las noches, no es necesario darle un nombre a esto ¿no? - Alec podía leer a Magnus como a un libro abierto y la incomodidad de Magnus no le había pasado inadvertida - Magnus, yo también te amo - le dijo lo más suavemente posible y tomando sus manos sobre la mesa.

- Sobre mi inmortalidad - continuó  Magnus.

- No hace falta que digas nada Magnus.

- ¿Estas diciendo que no tienes ningún conflicto con ese tema? - dijo soltando las manos de Alec. Al no obtener respuesta siguió  - Entonces si hay que hablarlo.

Alec se levantó y empezó a caminar hacia el sillón al tiempo que empezó a hablar.

- Es solo que me duele pensar que un día envejeceré y tu seguirás siendo  joven. Y luego moriré y de a poco te olvidadarás de mi.

- Alexander, los cuerpos no son más que un camuflaje de quienes realmente somos - Magnus se tomó un momento para respirar y siguio- Puedes tener por seguro que nunca me olvidaré de ti. Jamás.

- Seguro que has dicho eso unas 17.000 veces hasta ahora.

Magnus se acerco hacia Alec acortando la distancia y tomó su mejilla

- Alexander - dijo suavemente - Nunca nadie se ha preocupado de mi como tu lo has hecho, nunca he sentido algo tan fuerte como esto.

- ¿Ni siquiera con George?

- Ni con George, ni con nadie, cuando digo que nunca te olvidaré, lo digo enserio cariño.

No hicieron falta más palabras, tan sólo un beso bastó para decir todo aquello que les había faltado.
Un beso dulce que pronto se volvió más apasionado y que en algún punto Magnus decidió cortar.

- Sólo, prometeme que no te callarás las cosas, que me dirás que es lo que sientes - le dijo acariciando su espalda por debajo de su camisa y mirándolo a los ojos.

Alec, mirando también a esos ojos verde-dorado le dijo:

- Lo prometo ¿tu?

- Lo prometo - dijo ya sobre sus labios, antes de besarlo y conducir a ambos hacia su habitación, que a ese punto más que suya era de los dos.

Aku cinta kamu ~ MALECΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα