Noches, mentiras y demonios.

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El día no había salido como lo planeado. De eso estaba seguro.
Se suponía que por la mañana me encargaría de un tema fácil y por la tarde vendría Alec.
El tema fácil se había convertido en un tema para nada fácil y  la tarde con Alec se había convertido en un salir a cazar demonios por parte de él.

....

Magnus no lograba dormirse.  Y, digamos que tener a Presidente Miau dormido sobre su cabeza no mejoraba la situación.
Finalmente decidió levantarse y prepararse un café, si no podía dormir que, por lo menos, el tiempo le sirviera de algo.

Inevitablemente el café hacia que automáticamente pensara en Alec.
No habían acordado nada, no sabía si Alec volvería al Instituto o vendría a pasar la noche con él. Le había mandado varios mensajes para ver como estaba pero sin obtener respuesta.
No quería pensar en nada malo, de sólo hacerlo su corazón dolia. ¿Qué sería de el si algo le ocurriese a Alec?

El brujo estaba tan metido en sus pensamientos que no escuchó cuando la puerta se abrió.

POV Magnus

- Magnus - Escuché que Alec decía.

Me di la vuelta, un tanto asombrado de no haber escuchado la puerta y lo vi. Toda su ropa se encontraba manchada de icor y  sangre.
Automáticamente me tensé. El corazón se me estrujaba de verlo así.

- Me tenías preocupado. ¿Estás bien? - Dije acercándome para examinarlo más de cerca.

POV Alec.

- Tan sólo me hice un par de raspones. - Dije tratando de sonar lo más convincente posible

- Mhhm.

Magnus no me creía en lo más mínimo, pero es que no lo quería molestar por algo tan insignificante  cuando se lo veía tan cansado

- Iré a bañarme - Titubee.

Me bañe siendo lo más cuidadoso posible, tenía una herida en la pierna que no se había curado con el iratze y que se veía bastante fea. Cada vez que tocaba el agua sentía que iba desfallecer del dolor, sin embargo, me las arreglé para que Magnus no escuchara nada.

Al salir de la ducha, sin darme cuenta, apoye todo mi peso sobre la pierna lastimada y no pude reprimir un gemido.

- Alec, ¿estás bien? - Se escuchó enseguida.

- Si, no te preocupes - Conteste como pude.

Magnus había tratado de abrir la puerta, pero estaba trabada.

- Alexander, déjame entrar.

Mierda.

- De verdad, me encuentro bien.

- Alexander, ¿tu sabes que podría derribar esta puerta en menos de un segundo, no? - Dijo en un tono amenazante.

Resignado, me envolvi con una toalla y lo dejé entrar.

En cuanto entró Magnus me miró de arriba a abajo, como buscando la herida. No pude evitar sonrojarme, lo único que vestía era una toalla.

POV Magnus

A simple vista no se veía que tuviera nada, pero luego se me ocurrió que quizás se había lastimado la pierna, a la altura de la toalla.

Tome la toalla con mis manos, a la vez que lo miraba como pidiéndole permiso, la levante un poco, y ahí estaba, una gran herida que se extendía por varios centímetros, hasta la rodilla.

-Ven, vamos - Le dije tomándole la mano con suavidad y guiándonos hasta mi cama.

- ¿Por qué no me dijiste nada? - Le cuestioné un tanto adolorido por su actitud.

- No quería molestarte. Te veías cansado.

Lo dijo como si fuera lo más simple del mundo, ¿cuando iba a entenderlo?

- Alexander, tu nunca me molestarías - Dije mirándolo a los ojos - Además, ¿que ibas a hacer? ¿aguantarte  el dolor toda la noche? - Seguí hablando mientras me preparaba para curarlo.

La única respuesta que obtuve por su parte fue una cara de arrepentido y una mueca extraña.

...

Luego de curarlo preparé un té para cada uno, ya que el café nunca había llegado a probarlo, y los llevé a la habitación.

- Aquí tienes - Dije dándole una de las tazas.

- Gracias - Dijo suavemente antes de darme un beso.

Me separé tan sólo un segundo de el para decirle:

- De nada, Garbancito.

Después de todo no había sido un día tan malo.


Aku cinta kamu ~ MALECWhere stories live. Discover now