14

5.4K 175 51
                                    

Freddie Mercury
Body Language

Las señoritas salían de una puerta negra, convencidas de que iban a obtener el papel, pero al parecer ninguna convencía del todo al jurado desconocido que se ubicaba tras aquella puerta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las señoritas salían de una puerta negra, convencidas de que iban a obtener el papel, pero al parecer ninguna convencía del todo al jurado desconocido que se ubicaba tras aquella puerta.

Observando como cada muchacha triste abandonaba los pasillos, acomodaste tu pantalón de licra, ataste tus zapatillas y con firmeza esperaste a que el joven de seguridad abriera la puerta de donde salían tantos sueños rotos. Segura de ti misma entraste a la habitación cuyo piso era un parqué color crema y paredes blancas. En frente había solo una mesa cubierta con un mantel negro y en la silla tras de ella, un hombre agachado se encontraba quizá, atando sus zapatos o recogiendo algo que dejó caer (no se podía distinguir bien debido a la mesa que lo tapaba, así que pasaste a estirarte). Este mismo volvió a acomodarse en su asiento y su mirada se detuvo al verte.

Dejaste de estirar tus brazos hacia el suelo y al levantarte lo viste asustada.

—Hola cariño —dijo el hombre de cabellos negros y ojos marrones.

—¿Freddie?

Él, que traía una casaca de cuero negra, se la acomodó mientras te seguía observando. Frotó su bigote y alejó la cajetilla de cigarros que iba a consumir.

—¿Sabías que esto era una audición para un video musical? —preguntó sonriendo. Aquellos grandes y gruesos dientes que él poseía, podían ser para algunos desagradables, pero para ti, aquella boca ya la habías conocido muy bien.

—No sabía que era uno para tu banda —fuiste sincera.

—Es difícil de creer —rió.

Tu solo rodaste los ojos.

—Esto es el colmo —dijiste.

Él apoyó ambos codos sobre la mesa, reposando su cabeza en sus manos. Aquello te incomodó un poco, no sabías a donde mirar.

—Mejor me voy —continuaste diciendo.

—No —dijo él.

—¿Disculpa? —preguntaste furiosa.

Él rió.

—Hace tiempo que no te veía y déjame decirte que los años te han bendecido.

—Tus cumplidos ya no funcionan conmigo Freddie —te cruzaste de brazos.

—¿Por qué? —reposó su espalda en la silla— Vamos, dilo.

Tú solo querías apartar la mirada.

—¿Ya no funcionan porque me gustan los hombres? —siguió hablando.

Tú solo callaste. Freddie dio un sorbo a una taza y sonrió.

—Cariño —dijo—. Si me gustaran solo los hombres, entonces ¿por qué ahí abajo se está alegrando tanto?—señaló sus piernas de manera burlona— Esa ropa sí que te queda bien.

Imaginas «classic rock»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora