Querida Chica

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P. O. V. Puppet:

Ahora en lo posible trato de no excederme tanto, procuro estar conservada para mi familia, tengo que dedicarle mas tiempo a mis hijos.
He estado llegando mas temprano, he tratado de demostrarle mi amor a Chica, quiero que ella sepa cuanto la amo... Que... Olvide aquello...
Yo no le puedo decir la verdad, si llegara a decirle sobre aquello era muy posible que ella enfermara de preocupación, la conozco perfectamente.

Hoy llegué temprano, mis hijos fueron los primeros que me recibieron, como siempre salen de la casa al oír mi auto y van a abrazarme, no puedo negarlo, los amo.

-Mis niños- dije con una gran sonrisa mientras los alzaba a ambos, a cada uno con un brazo.

-Papi, mira- mi amado hijo me mostró un dibujo que al parecer el hizo en clase, era un hermoso dibujo, estábamos los cinco. -Son tu y mami- señalo a los dos mas grandes. -y somos Cappet a yo y Pett- ¿Pett?.

-¿Pett?- pregunte mirándolo.

El asintió con la cabeza y mi pequeña me tomo de las mejillas.

-Mami dijo que le iban a poner Pett- ahora hablo mi pequeña apretándome las mejillas.

Me quede pensando por unos segundos, Chica había decidido ese nombre, mejor ni discuto sobre eso, ella se pone como fiera cuando esta en embarazo.

-Es un lindo nombre- dije entrando a la casa.

Al entrar la vi a ella haciendo aseo, no me gusta que lo haga y menos cuando ella esta embarazada, deje a los niños en el piso, al parecer no había notado que entramos, no cerré la puerta, la deje así para no hacer ruido, me acerqué a ella lentamente por la espalda y la abrace por la cintura dándole besitos en la nuca.

-... Ya llegue mi amor... - acaricie su vientre con suavidad. -Ya llegue, mi pequeño y hermoso Pett- susurre en un tono muy sutil, ella se estremecio un poco, lo pude notar, le encanta que le hable al oido.

-P-Puppet, bienvenida- En su voz se le notaba cierto nerviosismo.

-Dejame ayudo- me separé, me quite el saco. -Niños, cierren la puerta por favor- pedí para después agarrar la escoba y continuar con las labores de la casa.

Los niños como siempre, obedecieron y cerraron la puerta, yo continué barriendo, ella se quedo mirándome con una leve sonrisa.

-Gracias, Puppet- dijo mirándome fijamente.

-Mi deber es cuidarte, amor, ahora por favor ve a sentarte en el sillon- le dije mientras detenía mis acciones.

Ella sin dudar ni preguntar solo me obedeció y fue a sentarse en el sofá.
Yo continué con las labores de la casa, hice la cena, la cena fue muy tranquila, la pasamos como la bella familia que somos.

Después de cenar lleve a los niños a la habitación de ellos, ellos estaban por dormirse, les di las buenas noches a cada uno y me devolví hasta mi habitación (la cual comparto con mi amada esposa).

Al llegar noté que mi amada estaba de espaldas, ella estaba sentada con aquel "vestido" corto y delgado el cual era su pijama; se veía jodidamente hermosa.

Me recosté en la cama con delicadeza, yo estaba con la camisilla la cual siempre porto debajo de mi camisa de trabajo, me acerqué a ella abrazándola por la espalda, pasé mis manos por su vientre con suavidad formando así un abrazo.

-Hola bebé- Susurré cerca de su oído derecho, dí un besito en la unión entre su cuello y hombro. -Te estamos esperando, nuestro pequeño y adorado hijo...- esbocé una leve sonrisa. 

-...Puppet...- Oí como susurró mi nombre con suavidad, dí otro besito pero esta vez en su cuello.

-Dime, mi vida- Comencé a soltarla de a poco.

-...- Ella mantuvo mis manos unidas y solo se apego mas a mí. -...Te amo...- Sin esperarlo, ella se dio la vuelta y comenzó a besarme de aquella forma que tanto me encantaba.

La posicioné encima mio (la senté en mis piernas) mientras comenzaba a desvestirle.

Esa noche la lujuria se apodero de nosotras, sus gemidos me encendían, me encantaba oír como me pedía más, me encantaba sin duda.
Amaba el ver los gestos de placer que hacía mientras la tocaba o cambiábamos de posición, mientras le hacía el amor de una forma apasionada y casi salvaje.

Como quisiera que aquellos momentos duraran para siempre, como quisiera volver a esos tiempos en los que eramos una pareja con familia común y corriente.