— ¿Porqué decidiste mudarte aquí?

— Siempre he vivido en una pequeña aldea de Inglaterra por lo que decidí venir a la gran ciudad de Seattle y conocer un nuevo ambiente - dice perfectamente, como si hubiese planificado la conversación en su casa - ¿Qué hay de vosotras? - pregunta fijando su verde mirada en la mía.

Me quedo inmersa en el gélido verde de sus ojos, en el gélido bosque que contiene en su interior, intentando ver un poco más de el a través de ellos. Si dicen que los ojos son las ventanas del alma desde luego que la suya es oscura, carece de cualquier rastro de luz y eso lo delata la opacidad de sus ojos.

— Somos de Austria, vinimos hace cuatro años - digo apartando mi mirada de la suya.

— ¿Qué viniste a hacer aquí? - pregunta mi madre uniéndose a la conversación bruscamente.

— Como dije, me cansé del mal tiempo de Inglaterra.- contesta algo seco e irritado.

Éstos dos desde luego que se conocen. Hay algo en el tono de su voz que no marchaba bien como si estuviesen acabando de escupirse las venenosas palabras que no soltaron en su día, me siento ajena y apartada, como si fuese una espectadora de esta batalla. Mantienen durante unos segundos sus miradas fijas el uno en el otro por lo que toso para aclarar mi garganta y más que nada para romper su contacto visuale. 

Al acabar de cenar y tomar el postre, ayudé a recoger la mesa. Mi madre se queda en la cocina, cosa que agradezco ya que tal vez así sea todo un poco más fácil. Yo me siento en el sofá junto a Harry el cual pone su mirada sobre mí cuando siente mi presencia. No me intimida ni me pone nerviosa, bueno, tal vez un poco sí, hhay algo en su verde mirada que me transmite frialdad. Es como si estuviese intentando decirme algo, como si esperase que fuese capaz de descifrar el enigma de sus ojos. 

— Es increíble - dice él.

Dirijo mi mirada a su rostro el cual se encuentra iluminado por la débil luz de la televisión que transmite al estar encendida. Visualiza simple documental de la sabana Africana por lo que una parte de mi se extraña, entre todos los canales que hay, ¿un documental? Tal vez Harry le apasionen los animales, ese es un posible motivo. En cuanto da inicio la publicidad posiciona su mirada de nuevo en mí.

— Es increíble cómo solo un león mantiene a su víctima vigilada sin que ésta se de cuenta y en el momento preciso y menos esperado el depredador salta sobre su presa sin que nadie se de cuenta.

Su mirada es venenosa y cada una de las palabras fueron pronunciadas lentamente manteniendo su vista fija en mis ojos como si lo hubiese hecho intencionadamente, sabiendo el efocto que podría causar en mí. Había causado que un fuerte escalofrío recorriese toda mi anatomía dejándo a su paso mi piel erizada. Me revuelvo en el sofá incomodada y me alejo un poco de él. No se cómo reaccionar ante eso, no lo sé.  Al parecer se dio cuenta de mi incomodidad por lo que las fracciones de su rostro se suavizan y adopta una sonrisa, esta vez cálida, y por un momento sus ojos esmeralda dejaron de lado la frialdad que habitan en ellos. Ese cambio me tranquilizó e hizo que mi cuerpo se relajase y dejase la tensión que había en él. Es la primera vez que veo una sonrisa sincera por parte suya.

— Me apasiona la fauna salvaje - contesta aún con la sonrisa en su rostro.

Asiento ante sus palabras. Sabía que era eso, o sino, ¿qué más iba a ser? 

(...)

Estallo en una carcajada. Una hora había transcurrido, una hora en la que me la pasé hablando de diversos temas con Harry. Toda la incomodidad sentida antes había desaparecido. Dónde antes había total frialdad ahora se estaba empezando a encender una llama cálida. Si mi madre hubiese estado presente en lo que llevábamos de hora seguramente Harry le acabaría agradando. Él tenía 20 años casi dos más que yo y era de nacionalidad inglesa tal y como su acento indicaba. Habíamos hablado sobre hobbies y aficiones, gustos musicales y culinários. Se podría decir que habíamos pasado una buena hora. Me fascinaba la delicadeza con la que él movía sus finos y rosados labios al hablar. La forma en la que sonríe haciendo que se marquen sus hipnotizantes hoyuelos. Harry es guapo, jodidamente guapo.

Se levanta del sofá aún con una sonrisa en el rostro. Los hoyuelos que se marcan a cada lado de sus mejillas siguen atrayendo mi atención. Me pongo de pie al igual que él.

— Ya es hora de que me vaya - dice mientras nos dirijimos a la puerta.

Cojo mis llaves por si acaso salgo. No aviso a mi madre ya que probablemente esté ya acostada. Salgo después de Harry y me quedo en mi porche abrazándome a mí misma por la fresca brisa. Él alza su mirada al cielo con alguna que otra estrella y la posiciona en la brillante luna lo sé por el reflejo de ésta en sus ojos.

— Falta poco para luna llena.

— Es a final de mes y a penas lo empezamos - contesto con una pequeña risa.

— Vale la pena esperar, esta vez será especial.

Vuelve su mirada en mí, con la llama de calidez ya apagada, como si hubiese dicho algo malo. Al volver su frialdad doy un pequeño paso atrás, para dejar espacio entre nosotros ante el cambio de humor tan repentino.

— ¿Qué es eso? - pregunta mirando mi colgante el cual está transmitiendo luz.

— Oh, un regalo de mi madre - digo dándole la menor importáncia posible.

Harry asiente como modo de respuesta si estar del todo convencido, se da la vuelta y empieza caminar sin siquiera despedirse. Observo cómo cruza la calle dirigiéndose a su casa. Una vez él entra yo entro a la mía también, cierro la puerta y al girarme me encuentro con mi madre cruzada de brazos. Por su expresión deduzco que no está enfadada pero tampoco contenta. Dejo las llaves en el plato del recibidor y espero a que diga algo.

— Mañana justo cuando vuelva de trabajar hablaremos acerca de este joven.

— ¿Lo dices en serio Susan?

— No discutas, una vez sepas todo me entenderás. Buenas noches Hope - seguido de esto vuelve a dirigirse a su cuarto.

Volteo los ojos y suelto un cargado suspiro. ¿Qué hay de mal con esta mujer? Antes de subir escaleras arriba para dirigirme a mi cuarto mi móvil vibra indicando que he recibido un mensaje.

Mañana paso a por ti sobre las diez. Estaría bien salir a desayunar. 

Harry 

Y sin ni siquiera preguntarme cómo había conseguido mi número sonrío inconscientemente.


Dark Side |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora