Capítulo 16.

651 59 7
                                    

Le miro por un momento, sorprendida. Jean no suele ser muy expresivo ni bueno con las palabras...hasta ahora.

—Es lo más cursi que has dicho en tu vida, ¿verdad?

—Si. por lo mismo, esa frase no sale de ésta habitación. tengo una reputación que cuidar...-Me levanto de mi cama y le doy un fuerte pero amistoso golpe en el hombro mientras salgo de la habitación. suelta una risa algo ruidosa y posteriormente me sigue.

—¡Bueno...! Creo que me lo merezco.

Me giro una vez más hacia él, aún con ganas de molestarlo.

—Meri me contó que hablas mucho de mí...

Se detiene a medio camino en la escalera, sosteniéndose abruptamente de la baranda por casi resbalarse.

—¿¡Estás bien!?

—¡S-Si! ¡SI, ESTOY BIEN! Y claro que hablo de ti, ¿Como no podría hacerlo? con todos los problemas que causas.

Ruedo los ojos e ignoro el comentario.

Bajamos a la primera planta, y noto algo inusual, no hay nadie excepto Jean, Meri y yo.

—¿Donde están todas las personas?

—Bueno...-Se gira hacia sus espaldas y da un fuerte silbido. se abre la puerta de la derecha y de ella salen los conocidos y "amistades" que he hecho. todos gritan al unísono, alegremente.

—¡Feliz Cumpleaños!

—¿...Qué? -Me giro con Jean al no entender la situación. simplemente sonríe. después del suceso del collar, todos me miraban extraño e incluso me hacían el vacío. y en realidad no los culpo, pero eso me hacía sentir aún peor...¿Porqué entonces...?

—¿Sabes? Es increíble la forma en la que una niña con aires de superioridad y malicia nata pueda llenar de cucarachas y mentiras la cabeza de las personas. -Connor se acerca un poco más luego de decir ello, y Jean le complementa.

—Y estamos  hablando de Ámber Pedric, evidentemente.

Arqueo las cejas en confusión. Connor prosigue.

—Resulta que algunas personas vieron el momento exacto en el que la princesa Pedric entró a tu habitación a poner el collar que supuestamente le habías robado, pero no se atrevían a confesar porque eran sus propias amigas. ... al percatarse de la situación, Jean las animó a confesar.

Miro a Connor y Jean sucesivamente, sin poder creerlo aún.

—Eso quiere decir que...

—Exacto.<Jean me interrumpe.>Vas a tener que seguir soportando mi constante presencia a tu lado por los siguientes cien años. -Jean contesta y la gran multitud ríe en respuesta. No puede ser...ya se me están llenando los ojos de lágrimas, ésta vez de felicidad. Aspiro y dirijo mi mirada hacia arriba para evitar llorar. Demonios..no recuerdo ser tan sentimental. otra vez...Jean es el que arregla todo.

Los camareros de la academia comenzaron a posar comida sobre las mesas y una música suave comenzó a sonar. todos, exceptuando a Jean se levantaron y comenzaron a bailar. Connor y yo, por otro lado, seguíamos estáticos en medio del gran salón.

—...Olvidé decir, que mi madre se siente muy mal por haber hecho que despidieran a Jean y haberte hecho pasar ese mal trago, culpándote por algo que no habías hecho. así que me pidió expresamente que organizara una pequeña fiesta de 18 años para ti.

—No era necesario...conque se supiera la verdad me alcanzaba. -En ese momento, Connor extiende su mano a mi.

—¿Me concedes éste baile? 

—¡N-No puedo bailar así como estoy...! 

Bailar ese vals con unos vaqueros y una chaqueta a cuadros...genial. creo que no hay algo más lamentable.

—En mi opinión, te ves genial. "No necesitas un buen traje o un vestido caro para darte a relucir entre las personas, tu personalidad es la más preciosa joya". Eso me dijiste hace tiempo.

No puedo creerlo...aún lo recuerda. creo que hasta yo lo había olvidado...

Tomo su mano y me abrazo a él. justo detrás de Connor...están bailando Meri y Jean. es curioso...Jean siempre se negó a bailar conmigo en mis anteriores cumpleaños. aunque la escena de él bailando con Meri es tierna, no puedo evitar sentirme mal. ¿Porqué...?



La Academia Widenbourg.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt