Narra Chat.
Aun no estaba del todo seguro por el Plan B de Plagg pero, ¿que puedo perder?
Una vez que termine la sesión de fotos, volví a casa y me transforme. Salí por la ventana y me dirigí a la casa de Marinette.El atardecer comenzaba cuando la encuentre, sentada en el balcón con un cuaderno y un lápiz más no lo usaba, tal vez tenia problemas para inspirarse.
Ahí hice mi entrada.
– ¡Bonsoir, madam!– la salude desde el techo.
– ¡¿EH!?– dio un pequeño salto por el susto y cayó su lápiz al suelo, creo que fue mala idea asustarla– ¡¿Chat noir!?
– Disculpa, no tenia intención de asustarte– me ubique en la baranda del balcón para verla de frente.
– ¡Ah no!... No te preocupes, de todos modos no estaba haciendo nada– acomodó un mechón de su cabello detrás de la oreja– y ¿que hace el gran súper héroe de París en mi balcón?
– Pasaba por aquí y me tope con bella flor y quise hacerle una visita.
Guiñe mi ojo pero ella rió sutilmente.
– Jajajaja gato loco.
– Ok me atrapaste– alce mis hombros bromeando– la verdad te quise visitar para saber como estabas, digo... después del incidente con el akuma.
Su sonrisa desvaneció.
– Ah eso, amm estoy bien... no tengo nada– desvío la mirada.
– Tu mirada me dice otra cosa– siguió en la misma posición y continúe– mira, ¿Marinette, no?– asintió– no te conozco mucho pero a metros se ve que eres una chica muy alegre y positiva, ¿que te ocurrió?
– Es... una larga y... triste historia.
– ¿Quieres desahogarte?– la mire haciéndole ver mi interés por su problema y también me miró.
– ¿De verdad quieres oírlo?
– Mari, te lo digo porque no me gusta verte así.
Vi un poco de sorpresa en su rostro, tal vez porque le dije Mari o por el hecho de que sabe que me preocupa. Siendo cualquiera de los dos, del improviso la tome en brazos y la cargue.
– ¿Em... q-que haces?
– ¿Alguna vez has visto el atardecer desde la torre Eiffel?
– Amm este no, jamas.
– Entonces sera un bello lugar para charlar. Sujetate fuerte.
Me abrazo por el cuello aun insegura. Comencé el camino directo a la Torre Eiffel, el cielo se pintaba de bellos colores anaranjados y purpura creando un panorama tranquilo, a Marinette le encantará. Ya estando en la punta, la baje con cuidado.
– Listo, llegamos– volteó mirando el paisaje alrededor, el sol se comenzó ocultar justo detrás de las casas mostrando un brillo espectacular, es justo aquí donde se puede disfrutar el espectáculo.
– ¡Wow, que belleza!– dijo posicionándose a la baranda y yo me senté ahí.
– Pues, te lo agradezco.
– ¡No tú, el atardecer!
– ¿Dices que este gato no te aparece lindo... o apuesto?– hice puchero con ojitos enternecedores.
Ella rió.
– Loquillo, mejor mira el paisaje.
Reí con ella y miramos al frente, pero decidí hablar después de unos minutos.
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El corazón que no vi - ||Marichat||
RomanceMuchas veces te enamoras, el corazón simplemente va y no lo puedes mandar. Nada puedes hacer. Aquella chica enmascarada robó mi corazón. Ella era la razón por la cual sigo, aun teniendo una vida miserable. Su valentía. Determinación. Su belleza. Tod...