La Cura

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Lo primero que vio Orión al recuperar su vista fue el admirable brillo oriental de Helios, eliminando aquella pesada oscuridad que ennegrecieron sus ojos de gigante cazador. Helios no pidió nada a cambio y siguió como siempre con su única tarea de iluminar el día, dejando partir al gigante y al joven parado en sus hombros, un criado del dios Hefesto enviado a enseñarle el camino hacia el Sol.

El gran Orión estaba aliviado por la desaparición de su ceguera, pues como gigante impaciente que era, le molestaba que le tuvieran que decir por donde pisar y por donde no. Pero como pudo ver el joven acompañante, el alivio de Orión iba siendo reemplazado por preocupación e incertidumbre. Después de agradecer la ayuda de Hefesto y del criado guía, se dirigió a la isla de Quios, hogar del rey Enopión y responsable de su ceguera.

Llegó a la isla de Quios, asustó a los lugareños y mató a sus bestias con una alegría irresponsable, feliz por la reanudación de la cacería que tanto amaba. Llegó al palacio del rey y se anunció con la cabeza en alto:

—¡Enopión! ¡Pequeño cobarde! ¡Sal y enfréntame!

Y el rey, con la misma barba gris y calvicie que tenía la última vez que se vieron, se asomó por su terraza y dio la orden a sus soldados de acabar con el intruso. Los soldados, con lanzas y espadas que le parecían de juguete al gigante, fueron lanzados por los aires como moscas. Harto de juegos, el gigante escaló el palacio, yendo directo hacía la terraza del impasible gobernante.

Orión tenía al anciano entre sus dedos, preparado para tirarlo desde ahí mismo, hasta que una conocida voz gritó:

— ¡Suelta a mi padre, monstruo! – un grito proveniente de una joven chica, con lágrimas corriendo por sus mejillas y con una daga agarrada fuertemente, contrastando valor, miedo y odio. — Primero querías llevarme a mí, y ahora quieres alejarme de mi pobre padre. ¡Lárgate de una vez! —dijo ella, con voz ahogada entre lágrimas amargas.

Mientras el rey le aseguraba a la hija que tenía todo bajo control, el gigante recordó con claridad aquel día en el que quedó ciego. 

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Hola, gracias por leer este primer capítulo (más bien prólogo) de la primera historia que publico en Wattpad. Empezó como una historia corta que luego fui desarrollando más a fondo para practicar mi forma de narrar y "subir de nivel" como escritor. Por eso mismo, me gustaría que dejaran sus comentarios sobre cómo va la historia y en qué podría mejorar para otros proyectos. 

Muchas gracias.

La Caída de Orión (#TheDomains2018)Where stories live. Discover now