XXXVII

68.9K 6.3K 1.2K
                                    







XXXVII. Tulipanes.





Muevo mi pie impacientemente, el príncipe Sean me había mandado al despacho diciendo que en unos momentos me alcanzaría.

Habían pasado ya cinco días desde que Nash me llevó al laberinto, y por lo que me había dicho en el transcurso de estos días, hoy dejaría el castillo junto a la duquesa Sophia, al parecer ya habían hecho su punto frente al rey, y este se había creído que el heredero estaba interesado en ella y que eventualmente planeaban contraer matrimonio.

El Consejo había venido hace dos días, también habían quedado muy contentos con la elección del príncipe Sean, pues la unión de ellos significaría una fuerte alianza entre ambos reinos.

La puerta del despacho se abre, y por consecuencia me paro correctamente. El príncipe Sean no dice nada mientras cierra la puerta a su paso, camina hasta la estantería que contiene alcohol y procede a servirse un poco de whiskey.

Lo miro mordiéndome el interior de mi mejilla, él le da un largo trago a su bebida y después gira su cuello como si buscara tronarlo, hoy luce bastante estresado.

Cuando se gira remueve el saco de su traje, continuó mirándolo en silencio esperando paciente a que diga que es lo que quiere.

-Necesito que a partir de mañana no sólo le pongas la sustancia al desayuno del rey, quiero que se lo pongas en todas sus comidas. -Dice mientras camina hasta el escritorio para recargarse de este.

-¿Se le ofrece algo más, su alteza? -Pregunto a lo que él niega.

-Puedes retirarte. -Hago una reverencia y sin más salgo de su despacho.

El príncipe ya casi no me dirige la palabra a menos que sea estrictamente requerido, cuando voy a dejarle la comida a su alcoba, se encuentra en el baño, y cuando no lo está simplemente me ignora.

Ha estado manteniendo su distancia conmigo y siendo honestos yo no podría estar más feliz con la situación, deseaba que así se mantuviera hasta el último de mis días en el castillo.

Eran alrededor de las seis de la tarde, tenía entendido que Nash se marcharía como por las once de la noche, pensar que ya no lo vería más me entristecía, y más cuando me hubiese gustado pasar mi cumpleaños y que él todavía se encontrase aquí, aunque lo más probable era que ni siquiera se acordara.

Deshecho los pensamientos ridículos que pasan por mi mente, no debería sentirme así por Nash, no cuando en realidad no lo conozco del todo, aún hay cosas que no sé de él y no me creo lo bastante segura de querer saberlas.

-¿Thea? -Escucho que alguien habla detrás de mi.

Me detengo y me giro hacia la dueña de aquella voz, solo para encontrarme con una sonriente Sophia.

-Duquesa, ¿se le ofrece algo? -Pregunto con educación.

-Puedes tutearme Thea, no me gusta que me llamen de esa manera. -Habla con amabilidad a lo que yo doy una sonrisa forzada.

-Está bien, ¿qué se te ofrece? -Vuelvo a preguntar.

-Escucha, Nash es mi mejor amigo, y por lo tanto sé perfectamente lo qué pasa entre ustedes. -Hace una pausa, como si estuviese eligiendo sus siguientes palabras. -Hagas lo que hagas, no le rompas el corazón.

No sé que contestar ante eso, me quedo muda, ¿romperle el corazón a Nash?

-Si no sientes nada por él, simplemente no alimentes sus ilusiones y aléjate, ya bastantes problemas tiene como para agregarle otro. -Continúa hablando, sus ojos grises en ningún momento se apartan de los míos. -Sé que Sean está complicando las cosas, y con esto no quiero decir que te decidas por uno, lo conozco demasiado como para decir que no vas a solucionar nada con simpleza, solo... sólo ten cuidado, ¿de acuerdo?

Sophia era la última persona de la que esperaba recibir esas palabras, ni siquiera la conozco, pero al parecer ella ya sabe bastante de mi.

-Lo tendré. -Es lo único que me atrevo a contestar.

-Me tengo que ir Thea, realmente espero que vayas a estar bien. -Y con una última sonrisa se marcha, regresando por donde había venido.

La situación cada vez se complicaba más.






⚔️⚜️⚔️






Abro la puerta de mi habitación encontrándome a Nash recostado en mi cama, tal parece que ya se estaba acostumbrando a hacerlo.

Se pone de pie en cuanto cierro la puerta detrás de mi y me recibe con una cálida sonrisa.

-¿Ya casi te vas? -Pregunto acercándome a él.

-Desafortunadamente así es, si por mí fuera me quedaría aquí, o mejor aún, te llevaría conmigo. -Dice recordándome que no soy libre, y todo gracias al príncipe Shawn.

-Entonces, ¿te volveré a ver? -Cuestiono temiendo un poco de la respuesta.

-Cariño, a estas alturas me ofende que lo preguntes, eres la única razón para que yo vuelva a este castillo. -Sus labios atrapan los míos por apenas un segundo antes de volver a alejarse. -Sé que tu cumpleaños es en cinco días, y me apena decirte que no podré estar contigo, lo siento.-Se disculpa, y lo único en lo que puedo pensar es en el hecho de que recuerda mi cumpleaños.

-Descuida, yo entiendo. -Le digo acariciando su cabello. -Lo que si no puedo creer es que lo hayas recordado.

-Yo solo recuerdo lo que me importa, y tú, cariño, estás por encima de todo.

Quiero besarlo, realmente quiero hacerlo, sin embargo Nash se aleja un poco de mi, lo suficiente como para que pueda ver cómo del bolsillo izquierdo del saco de su traje, saca una pequeña cajita azul, del mismo color de sus ojos.

-Sé que aún no lo es pero no pienso perderme la oportunidad de ser el primero en decirlo; feliz cumpleaños, cariño.

Toma una de mis manos y coloca la cajita sobre esta, estoy emocionada, como una chiquilla de cinco años a punto de abrir uno de los regalos más esperados.

Observo la caja con detenimiento, notando que tiene un pequeño broche plateado a un lado, con cuidado la abro y me quedo sin aliento en cuanto veo su contenido.

Sobre un pequeño cojín color negro se encontraba un brazalete de oro, con una figura de un tulipán, semejante a los que se encontraban en el laberinto.

No me atrevo a tocarlo.

-Si no te gusta lo puedo cambiar. -Lo escucho decir probablemente porque no he dicho palabra alguna.

-Es perfecto. -Digo esta vez mirándolo a él. -Muchas gracias Nash, pero me temo que es más de lo que puedo aceptar. -Esta vez cierro la caja mientras hablo.

Extiendo el regalo hacia él y lo toma mientras niega. -No pienso aceptar un no por respuesta. -Vuelve a abrir la caja y toma entre sus dedos el fino brazalete. -Dame tu mano cariño. -Pide y lo hago sin querer volver a negarme.

Nash coloca el brazalete en mi muñeca, cuando se encuentra en su sitio se inclina y besa mi mano.

-Los tulipanes me recuerdan a ti.

Es lo que dice antes de besarme.




Dato curioso: ¿sabían que los tulipanes son muy apreciados en las Netherlands? Tienen su propio día, y si buscan la historia detrás de estos se encontrarán con algo quizá relevante a esta historia, o quizá no, igual se me hicieron perfectos.

Hola, hola. Nash se va a convertir en el sugar daddy de Thea xdxd. Sé que Shawn no ha salido mucho, pero ténganme paciencia, yo sé lo que les digo. Desde que apareció Nash en esta historia no he dejado de encontrarme comentarios respecto a un "trío", y quién sabe, quizá pasé uno, quizá no, ya veremos. Gracias por todo. Los amo. ⚡️
(Estoy actualizando diario, ámenme.)

K I N G  #1 Where stories live. Discover now