—¿Y estas quienes son?— dijo una chica de cabello negro y largo con ojos café mirándonos mal.

Se notaba de a kilómetros las cientos de operaciones que tenia con solo ¡17 años!

—Que te importa— dije de mala manera.

—No les hables mal a mi novia— me advirtió Hunter.

Solté una carcajada.

—¿Y tu quien eres para decirme que hacer o no?— respondí.

—Cat, Cat, Cat. Cálmate, tranquiliza eres más linda— dijo Matt rodeando su brazo por mi cintura.

—Matt...— dijo James amenazadoramente.

Matt levando sus brazos en señal de inocencia.

—¿Saben qué?— dije— No funcionó con mimadas y mujeriegos.

Agarré mi bolso que estaba en el suelo y tome suavemente a Meg y a Liam de las muñecas y los llevé a la mesa que teníamos antes.

—¿Quien se cree esa engreídos para hablarme así?— dije refiriéndome a la novia de Hunter.

—Se llama Kim, es la líder de las porristas y de su grupo de plásticas. Créeme, eres de la pocas personas que no le teme.

—Pero es linda— dijo Liam mirándola.

Meg y yo lo fulminamos con la mirada.

—Perdonen— se disculpó.

*

Después de un largo día de instinto por fin tocó la campana, había invitado a Meg y Liam a mi casa pero la primera no puedo venir ya que tenia que ir al gimnasio, y Liam esta aquí, justo a mi lado. Saliendo del salón.

—A "los simios"— dijo Liam imitando la forma en la que yo los llamaba— no les agradara la idea de que vaya a su casa.

—También es mi casa y yo hago lo que quiero, no te preocupes por ellos.

—De acuerdo.

Bajamos las escaleras para llegar a la salida del instituto. Nos topamos con los simios, quienes venían hacia mi.

—Ven Cat, vamos— dijo Matt mientras me tomo de la muñeca e intento llevarme hacia el auto.

—No, voy con Liam caminando— rodé a Liam por el cuello con mi brazo— Se quedará unas horas en casa.

—Claro que no— dijo James interviniendo— no se quedará.

—Liam viene— me cruce de brazos frente a mi hermano.

—El no es bueno para ti— dijo James lo suficientemente bajo como para que Liam no oyera.

—Deja de mentir, el me trató muchísimo mejor de lo que me trataron tus amiguitos así que el viene— agarré a Liam del brazo y comenzamos a caminar hacia mi casa.

El camino con Liam fue más corto de lo que esperaba, el estar riendo y entretenida hizo que el tiempo se pasara volando.

Llegamos a casa y toque la puerta, necesito una copia de la llave. Pero mientras tanto tengo que conformarme con que me abran los simios.

Viviendo con playboysOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz