• Ichi •

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– ¡Comiencen!

Sin perder ni un segundo las ilusiones fueron arrojadas, deformando la realidad y sumergiendo en presión mental a los que estaban dentro de la habitación

Ninguno de los dos ilusionistas se movieron de su lugar. Mukuro permaneció en aparente calma, a sus pies se arremolinaba la suave niebla color lila, montones de plantas cobraron vida alrededor de la habitación, las puntas floreciendo con flores de loto rosas. Viper convocó un par de ilusiones sobre unas lanzas y cuchillos, siendo lanzados hacia el más joven

Mukuro no se inmutó por las amenazantes puntas afiladas, dejando que lo atraviesen, convirtiéndose en niebla al golpearlo. Las vides tomaron a viper por detrás, atrapandola efectivamente

El niño sintió un fuerte pinchaso en su pantorrilla, un afilado cuchillo de plata incrustados firmemente en el lugar. Su cuerpo se deshizo en niebla dejando confundida al Arcobaleno

– ¿Cómo? – dijo casi inconscientemente Viper

– Si tienes una ilusión contrarrestada por otra ilusión, eso quiere decir que tú has dejado el control de tu percepción – se burló, atando firmemente las vides alrededor suyo

– Maldito... Me las pagarás – murmuró. La pequeña rana arriba de su capucha era en realidad una ilusión de una serpiente quien tomó la forma de un infinito mordiéndose las cola. La serpiente brilló, desprendió una ola de poder con la cual se liberó aparentemente, sin embargo la ilusión fue contrarrestada rápidamente, pues Viper ya se encontraba bajo la percepción de Mukuro

– ¿Cómo he podido perder...? – susurró en shock

– La única razón por la que has perdido es porque yo he sido tu oponente – se rió entre dientes, dándole la espalda, eso sí, no sin un par de vides vigilando su espalda para evitar ataques por detrás

– Excelente – felicitó el décimo

– Creo que ya hemos encontrado guardián de la niebla, décimo – Gokudera le dió una palmadita en el hombro a su jefe, una muestra de confianza entre ambos

– Muy bien, acompáñame a mi oficina para informarte sobre tu deber como mi guardián y lo que se hará a partir de ahora – ambos, Tsunayoshi y Mukuro caminaron hacia su oficina, Gokudera se despidió rápidamente debido a que tenía trabajo pendiente, y Viper dejó la mansión Vongola ya que su papel como adversario había terminado

– Esa fue una excelente muestra de fortaleza mental, Mukuro – elogió el décimo al tiempo que dos sirvientas abrían las puertas de su oficina y él hacía una selal de agradecimiento y otra para que se retiren

– Me honra escuchar eso – respondió el niño secamente

Una vez dentro de la oficina, el aire se volvió más formal

– A partir de hoy vivirás en la mansión Vongola con nosotros. Te presentaré al resto de los guardianes esta noche en la cena, que es a las nueve, en seis horas horas, por lo que tienes tiempo para ir por tus pertenencias y volver a tiempo para la cena. Si no tienes nada importante, como un recuerdo, no es necesario ir, puesto que en tu habitación están la mayor parte de las cosas necesarias para vivir, exceptuando la ropa – abrió un cajón de su escritorio sacando una caja negra con bordes dorados. La abrió y sacó un objeto pequeño de ella – Este es el anillo Vongola de la niebla y un poderoso conductor de llamas de la última voluntad

Mukuro tomó el anillo torpemente, colocándolo en su dedo del medio de su mano izquierda. El anillo se ajustó automáticamente a su medida. Lo miró sorprendido por un par de segundos más antes de mirar arriba nuevamente donde estaba la cara divertida de Tsunayoshi, riéndose a sus costillas el bastardo

Aún no te perdono (2769)Where stories live. Discover now