- 00 -

149 33 2
                                    

~PRIMER PECADO~

Ya había pasado de la media noche, a pesar de la leve llovizna aún en las calles de este barrio seguía transcurrida cada uno metido en sus asuntos pero eso no me aseguraba que algún curioso me notara. Trate de cubrir un poco más mi rostro con la capucha de mi chaqueta nadie debía notar mi presencia si no todo mi plan se iría al diablo.

Mi respiración se agito al ver el viejo complejo de apartamentos del cual me había ido hacía ya cuatro años.

Camine hacia la parte trasera de aquel edificio llegando a las ya deterioradas escaleras de emergencia después de tantos años de vivir aquí ya sabía perfectamente cómo treparlas sin fallar en el intento, viejos recuerdos nostálgicos vinieron a mi memoria al recordar las cosas buenas que viví ser manchadas por solo una persona que me había arrebatado todo, lentamente subí hasta el cuarto piso de aquellos departamentos la ventana de la cocina estaba cerrada.

Aunque el vidrio estuviera sucio aun así se podía ver la tenue luz del televisor entrando por el marco de la puerta, él estaba ahí, seguramente ebrio como siempre eso era un punto a mi favor. Lentamente abrí la ventana pasando mis piernas para poder ingresar al departamento di unos pasos antes de que mi vista se adecuara a la oscuridad de la cocina me detuve en seco al sentir como mi cuerpo chocaba levemente con un montón de botellas de cervezas vacías acumulados en el piso. Mi corazón empezó a latir más rápido cuando unas cuantas cayeron haciéndose añicos en el piso debía esconderme di unos cuantos pasos hasta dar con la pequeña despensa que servía para los víveres la cual siempre estaba vacía. Abrí la puerta lentamente metiendo todo mi cuerpo en ese reducido espacio sin hacer más ruido del cual ya había ocasionado nada podía arruinar mi plan no ahora.

Pasaron unos segundos cuando escuche unos pasos, el viejo foco lleno toda la cocina de luz pude ver que había aumentado de peso, una barba incipiente cubría su rostro se notaba que los pocos años que pasaron le habían pasado factura por la mala vida que llevaba, estaba hecho un desastre mas del cual siempre fue. Contuve la respiración -aun no era el momento- me dije. Tras lanzar unas maldiciones abrió la nevera de la cual saco un sixpack de cervezas para volver a la sala dejándome en la oscuridad estaba a punto de salir cuando un grito me detuvo en seco.

-Sarah, maldita sea, Sarah un puto gato entró por la ventana ahora hay cristales rotos por toda la cocina, levanta tu sucio trasero y limpia ese desastre.

Mi corazón se oprimió al escuchar la mención de su nombre, se supone que ella se había marchado hace ya dos años, no debía estar aquí, mi plan estaba cayéndose a pedazos y no podía darme el lujo de irme y volver otro día, a estas alturas O'pae ya debería haber notado mi ausencia. "No cometas una estupidez, por que sea donde sea que te escondas te encontrare" su voz advirtiéndome sonó fuerte y clara en mi mente con un tono de molestia mezclado con preocupación genuina.

Pasaron treinta minutos de los cuales permanecí en esa maldita despensa mis piernas ya empezaban a entumecerse debido a la incómoda posición en la cual me encontraba treinta minutos en los cuales espere ver su rostro de nuevo, pero no había salido del cuarto tal vez todo lo que decían de el que había perdido la cabeza eran reales las drogas ya lo habían dañado, los únicos sonido que se escuchaban era del juego de fútbol que pasaban en la televisión y los fuertes ronquidos ocasionados por él.

Asomé mi cabeza por el marco de la puerta lo único que podía ver era la silueta del viejo sofá en la sala con sus brazos colgando a los costados. Camine a pasos lentos podía sentir el peso de la navaja que estaba en mi mano, no podía echarme atrás, años estuve esperando este momento para mi venganza, estaba de pie delante de él.

Mientras que un fuerte ronquido se asomaba por su boca saque mi arma de mi bolsillo, puede haber traído una pistola, pude haber disparado desde muy lejos para luego huir pero esto era más personal necesitaba saciar con mis propias manos esta sed de venganza.

Antes de que otro ronquido saliera, mi navaja viajo a su hombro lo cual hizo que se despertara con un grito estrepitoso de dolor, con mi otra mano antes de que intentara algo puse un cuchillo que había tomado de la cocina, su mirada cargada de miedo con una pizca de rabia se posaron en mi. -- susurro trato de gritar por ayuda pero se lo impedí poniendo presión en el cuchillo que se encontraba en su cuello.

-Hola, me extrañaste- dije con un tono de sarcasmo y la respiración un poco agitada.

Lo mire desafiante sus hombros se tensaron sabia que por su mente estaba ingeniándoselas para salir de aquí pero eso no pasaría tenía claro a que había venido, él lo sabía. Su rostro empezó a llenarse de lagrimas en susurros imploraba por su vida, algo que para mí era inútil estaba disfrutando del momento por fin después de tantos años lo tenía donde quería suplicando clemencia, mi confianza decayó un poco cuando trato de apartarme ocasionado un leve corte en su cuello sin pensarlo más arranque la navaja que aun permanecía en su hombro, clavándola con mas furia en su cuello no logro decir nada llevo sus manos hacia la herida le permití levantarse del sofá haciéndome a un lado dio unos cuantos pasos cuando cayó en seco al sucio piso, mi mente se había quedado en blanco me senté encima de su cuerpo inerte, la furia que había cosechado durante tanto tiempo estaba saliendo a flote la cuchilla de la navaja estaba destrozando su cuerpo.

No sé cuánto tiempo paso, podía sentir su espesa sangre cubrir mi rostro había hecho un desastre, volví en si al escuchar unos sollozos venir de otra dirección levante mi rostro y pude verla su cabello dorado en hondas desordenadas cubriendo su rostro lleno de lagrimas una que otra arruga se asomaba por su frente pero eso no le quitaba lo hermosa que es. Sonreí al verla después de tanto tiempo, sus ojos verdes estaban rojos, sus manos trataban de acallar sus sollozos. Estaba a punto de levantarme e ir a su lado pero me lo impidió.

- ¿Que fue...? ¿Pero qué hiciste? ¿Qué hiciste? eres un monstruo - dio vueltas en el lugar tratando de encontrar una solución o una salida no lo sabía, trate nueva mente de acercarme a ella, pero me lo impidió. -No te me acerques - su voz sonaba con miedo. Ahora un poco más cerca podía ver las marcas negras que se ocultaban debajo de sus ojos, las preguntas que siempre pasaban por mi mente al acordarme de ella surgieron en mi mente ¿Qué será lo que le quitara el sueño? ¿Habrá vuelto a las drogas? ¿Me habrá extrañado en algún momento durante estos cuatro años?

Aquella parte maliciosa que estaba inundada en odio respondió todas esas dudas a su favor, en susurros decía que ella también era culpable. Que también merecía el mismo castigo inconscientemente di unos pasos hacia ella apuntando la navaja llena de sangre en su dirección.

Todos mis pensamientos estaban bañados en rojo, no tenia control de lo que hacía, ni siquiera pude detenerme cuando entre lagrimas grito un lo siento solo podía sentir el dolor de mi mano por los roces con el filo de aquella arma, sentí como unas manos se posaban en mis hombros tratando de volverme a la realidad mire con horror, había ido tras ella solté la navaja, di unos pasos atrás mis manos llenas de sangre viajaron a mi cabeza que había hecho, ella no era parte de este plan, mis ojos viajaron a la figura que aun me sostenía de los hombros "Te encontré" sin abrir su boca, esas palabras se reprodujeron inconscientemente en mi cabeza O'pae quien me miraba con preocupación había venido tras de mí.

-No debiste venir, te dije que yo me encargaría, cómo pudiste ser tan imbécil - al escuchar las sirenas de las patrullas acercarse, perdí la poca tranquilidad que tenía mi respiración se había agitado estaba por entrar en un ataque de pánico que debía hacer ahora seguramente los ruidos alertaron a algún vecino que dio aviso a la policía O'pae debía salir de aquí si él se veía involucrado en esto con los antecedentes criminales que tenia seguramente lo meterían en la celda más oscura y tirarían la llave para que nunca pudiera salir, esto era mi culpa. Mis párpados pesaban no podía mantenerme en pie, mi respiración era agitada y sin más perdí la conciencia.

"Nunca implores por el perdón de tus pecados al diablo, nunca te escuchara".

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jun 16, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Las Lágrimas De LuciferWhere stories live. Discover now