¿Final?

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Una semana entera había pasado de navidad, tan pronto cuando se dieron cuenta ya era 31 de diciembre. La casa estaba decorada al más estilo tradicional japonés, con cada adorno y amuleto colocado, la limpieza de fin de año se había realizado, durante días anteriores Tezuka y Fuji fueron al Bonen-kai que los ex miembros del club de Seigaku organizaron.

El Bonen-kai, como marcaba la tradición, era una fiesta para despedir el año y se hacía en diferentes ámbitos, separando amigos y trabajo. En si, por trabajo, ninguno tenía compromiso, pero por amistad si, y un Bonen-kai era  la excusa para ponerse el dia con los viejos amigos, beber y divertirse al estilo Seigaku. Tezuka y Oishi se pusieron al día sobre sus planes a futuro, Inui recabar información "importante" sin saber para que, Momoshiro y Kaidoh bebían en una especie de competencia, y no faltaron los que mostraban orgullosos fotos de sus hijos, como Fuji y Eiji, aunque para sorpresa de todos Ryoma mostraba una única foto que tenia de su sobrino, un bebé de pocos meses que cuidaba hasta que su hermano apareciera a hacerse cargo.

Lo único que faltaban eran los ritos de fin de año, Kunimitsu quería comer soba toshikoshi, ir a un templo y comprar amuletos, incluso tenía una larga lista de amuletos que comprar que llevaría en sus viajes: Omamori, un gato que invita a entrar, un daruma y también buscar omikuji, y finalmente quería cumplir con los primeros del año, cosa planificada meticulosamente.

— QP ¿Cuándo sale tu vuelo? — preguntó el de lentes mirando su plan mientras desayunaba sin dar importancia.

— Mañana por la noche.

— ¿Cuántas horas puedes estar despierto?

— ¿A qué va tu pregunta?

— Mi familia y yo tenemos un ritual, cenamos siempre fuera de casa, vamos al templo a escuchar las 108 campanadas y luego nos separaremos, iré con Syusuke y Kunihiro al monte Takao para ver el primer amanecer.

— ¿Quieres que los acompañe?

— Solo hasta el templo, mi ritual con Syusuke siempre ha sido ver el primer amanecer del año, juntos.

—Supongo no tengo nada mejor que hacer.

El castaño entró contento a la sala mostrando su sonrisa resplandeciente, como si le hubieran dicho la mejor noticia del mundo y eso era. Sin premeditar se colgó de la espalda del de lentes, el cual hizo todo su esfuerzo para evitar caerse y que ambos se golpearan ante el empujón de parte de su pareja.

— ¿Qué paso? — preguntaron los dos excompañeros del equipo alemán a la vez.

— Hable con mi entrenador, dice que está muy feliz que quiera volver al deporte...seremos enemigos.

— No te la voy a hacer fácil porque seamos pareja, si nos toca jugar uno contra el otro no me contendré.

— Lo mismo digo.

— ¿Y qué harán con el no planificado? – interrumpió QP mirando su taza de café.

— ¿Por qué te esfuerzas en llamarlo así? No es un no planificado — le reto el castaño al alemán.

— Dejen de engañarse ustedes mismo, tienen veinte años, nadie a los veinte desea empezar una familia — señaló a ambos de manera de acusarlo. — Es curioso que en un año uno bajó de categoría de manera catastrófica y el otro se vio obligado a dejar el tenis.

— No me vi obligado, yo deje porque así lo quise y planeo regresar.

— UPA — interrumpió Kunihiro que se trepo a una silla exigiendo atención de sus padres. Estaba vestido con un equipo deportivo de color celeste y en el cuello de la campera estaba la insignia con el número uno en dorado. El de lentes lo llevó a sus brazos ante su exigencia y mientras abrazo a su padre inmediatamente miro a QP para sacarle la lengua.

El Regreso a CasaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon