Antes de navidad

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En los últimos días QP se sentía realmente decepcionado, no requería de recabar información de lo que veía, aunque inicialmente siempre le parecía curioso lo que veía luego notaba no era nada relevante. ¿Qué Tezuka Kunimitsu era cercano a la familia y fiel la cultura japonesa? Eso es conocido y todo el equipo alemán lo sabía, aunque estos desconocían el alcance de esa sencilla primera frase, para todos los conocidos la familia del de lentes eran sus padres y abuelos, cuando en la actualidad había que incluir a los dos miembros nuevos, su pareja e hijo. ¿Tezuka Kunimitsu no es fan de las redes sociales, tecnología y los medios de comunicación, al punto de ignorarlo todo? Oh si eso fue lo segundo que descubrió, no sólo su computadora y su celular estaban a completo acceso de cualquiera en la casa sino que no había nada relevante e importante en ellos, era como si realmente el no usara su celular más que para alguna que otra llamada ocasional a sus familiares cuando estaba en el exterior o alguno de sus amigos.

Desistió de intentar recabar información, lo único que haría en su estadía sería evitar malos entendidos con Fuji, para su juicio Tezuka era demasiado inocente, un libro abierto por decirlo de alguna manera y para que eso fuera así había dos razones: realmente estaba siendo infiel y ocultaba todo su accionar o era completamente inocente de esa acusación. Lo único que no comprendía, que si le llamaba la atención, era el dichoso anotador, con el pasar de los días si había visto al de lentes escribir en un pequeño cuadernillo pero este no se mostraba a nadie, incluso se lo llevaba a con el cuándo salía a correr lo que le ocasiona una gran pregunta ¿Por qué un anotador? El celular y la computadora eran de libre acceso, con ellos podía comunicarse con libertad con quien quisiera pero no estaban bloqueados, pero ¿Un anotador? ¿Qué podía escribir que fuera tan importante?

Lo primero que supuso del pequeño cuadernillo era que en este se guardaba información de los entrenamientos o avances, algo así como un diario de rutinas, pero Fuji hasta le había alcanzando un cuaderno al que también tenía acceso, donde Tezuka escribía eso e incluso lo comparaba con años anteriores. Lo segundo que pensó fuera que simplemente era un anotador donde escribía cosas que se le ocurrían o lo que quería hacer para planificarlo, pero no tenía certezas de ello. De lo que estaba seguro de ese cuadernillo era que efectivamente el de lentes lo escribía en alemán y que lo hacía cuando pensaba que nadie lo veía.

Para poder hacerse con el comenzó primero un trabajo de vigilancia para tener noción de en qué momento el dichoso cuaderno estaba solo. Tezuka se levantaba a las seis AM, salía a correr y regresaba una hora después dispuesto a levantar a Fuji y Kunihiro. A la hora del desayuno toda la familia estaba junta en la mesa, incluso Kunimitsu se encargaba de intentar que su pequeño hijo comiera solo, aunque era un trabajo difícil. Después del desayuno podía pasar cualquier cosa, la familia acomodaba la casa o incluso Fuji y Ayana preparaban el almuerzo, el anciano Tezuka se encargaba de sus pequeñas plantas, el padre del de lentes siempre estaba ocupado haciendo algún arreglo en casa que se requería algún conocimiento mecánico o su propia fuerza, y Kunimitsu se la pasaba intentando expandir el vocabulario de su primogénito. El almuerzo también lo pasaban juntos, a veces había horarios de siesta, otras veces veían televisión, pero cercano a las cinco de la tarde un bando de tres conformado por Kunimitsu, Syusuke y Kunihiro salía de la casa para ir a algún espectáculo de luces o algún centro comercial para comprar algo, él iba con ellos. Regresaban entradas la noche, a veces cenaban en familia y otras en algún local de la calle, cerca de la hora de dormir todos se daban un baño, el primero en bañarse siempre era el infante para acostarlo a dormir, los últimos siempre eran sus padres. En todo momento el cuadernillo jamás dejaba las manos de su dueño o podía ser visto en algún lugar solo, como el celular o la computadora.

En ese instante había decidido dejar de insistir, en algún momento, por descuido, el de lentes dejaría de lado el dichoso cuaderno, por lo que solo esperaría paciente. En ese instante ya habían almorzado, la pequeña familia de tres estaba en la sala, Kunihiro dormía en su corralito y Fuji estaba abrazado al de lentes viendo una película que hasta el reconocía era muy triste.

El Regreso a CasaWhere stories live. Discover now