¡Déjame ayudarte! (U.D.S#3) (#PGP2019)

Capítulo 39. Logan

No detengo el impulso de besarla esta vez, me acerco a ella sosteniendo su nuca para acercarla a mí. Sus labios crean el primer contacto con los míos, un jadeo que escapa de mi garganta y se ahoga en su boca. Busco esa suavidad que hace que mi piel se convierta en un terreno rocoso, esa en la que necesito seguir sintiendo como moldeo sus labios y ella les da forma a su manera.

Alessia se encarga de hacerlo perfecto, toma aire para que no tener que volver a separarse. No quiero que vuelva a despegarse de mí, no ahora. Necesito al igual que ella tener su boca sobre la mía. Me importa una mierda si sus padres vienen ahora mismo y nos ven en el salón de su casa.

Me importa bien poco si me gritan y me odian por estar corrompiendo la mente de su hija, la cual comienza a recostarse sobre mí y me causa estragos en el cuerpo. Lo único de lo que soy consciente es de la forma en la que sus labios me hacen perder la cabeza y en cómo no sé donde poner las manos para poder sentirla en todos los sentidos.

En la forma en la que me da ese subidón que me ayuda a enfrentar el mundo.

— Mis padres van a venir dentro de poco — susurra Alessia con la respiración desequilibrada. Dos inspiraciones, una exhalación. Asiento echando la cabeza atrás y poniendo mi brazo encima de mis ojos.

Trato de calmarme como un milagro del universo, siento cada partícula de su cuerpo pegado al mío. Por mi bien, obligo a mi cabeza a pensar algo horrible, a hacer el recuento de cada cosa que he hecho hoy omitiendo las escenas en las que los jugosos y dulces labios de Alessia están sobre los míos.

Mierda.

— Hoy he estado hablando con Stacy — susurra Alessia, levanto la cabeza olvidándome de todo. Puede que ella sepa qué me está sucediendo y trate de hacerme no recordar. Quito esa idea de mi cabeza cuando me percato de su cabeza ligeramente más agachada y sus manos volviendo a pellizcar los bordes de sus uñas.

Hago recuento de todas las clases que tenemos juntos, recuerdo haber salido de clase y querer preguntarle algo. Me golpeo mentalmente al recordar que ella me había descolocado cuando al salir del instituto ha cogido mi mano y me ha preguntado si le acompañaba a casa, que la teníamos para nosotros solos y que por una vez quería hacer lo que realmente deseaba.

Me había vuelto loco al saber que yo era lo que deseaba.

— ¿Por eso no has ido a clase? — interrogo sintiendo un puñal clavándose en el pecho. Debería haber dejado la locura a un lado y preguntarle por eso.

Asiente con la cabeza. Mi mano se mueve hasta cubrir la suya, sus dedos terminarán sangrando si sigue así. Entrelazo mis dedos con los suyos esbozando una sonrisa ladeada cuando clava su atención en mí. Por fin no se guarda las cosas para sí, me está contando lo que ha pasado en su día y la emoción hace estallar mi corazón.

— Sus padres se van a divorciar — anuncia, hago una mueca ladeando la cabeza —. Me la he encontrado en el baño llorando y me he quedado con ella. No quiere seguir en casa, es un estúpido manicomio cada vez que sus padres llegan a casa y empiezan a discutir — traga saliva, reconozco por como su mano tiembla entre la mía que no termina ahí lo que tiene que contarme —. Me ha dicho que lo siente — exhala.

— ¿Que lo siente por qué? — pregunto irónico —. Son tantas cosas que no sé ni por cual quiere disculparse — escupo, me arrepiento cuando veo esa mirada de tristeza en sus ojos.

Sé cuando un tema te toca la fibra, cuando pincha en tu cabeza deseando que te acuerdes de ella y que no te olvides ni aunque quieras. Por más que Alessia haya estado agobiada y estresada por cada vez que Stacy aparecía, por más que se enfadó con ella, y conmigo, cuando estuvimos besándonos en el pasillo, por más que, al menos antes de todo esto, ella la odiara. Sé que ella jamás puede ver a alguien pasarlo mal y que, por más que le haya caído mal, el perdón supone todo para ella.