CAPITULO TRES.

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Es miércoles y es todo un tormento. El estrés me come viva. Salgo con una velocidad realmente alta hacia la oficina del director para entregar unas encuestas y peticiones de la sociedad de alumnos para el baile de fin de curso. Otro año se va. El verano no tarda en llegar.

Después de haber dejado las peticiones salgo de la oficina del director y no hay nadie más en la universidad, un silencio inunda los pasillos.

Salgo por la puerta trasera hacía el estacionamiento del plantel, mis tacones suenan contra el concreto, una brisa me invade haciendo que mi cabello se alborote y desordene

Introduzco las llaves al auto gris, uno de mis grandes tesoros y el cual me había regalado mi padre por mi cumpleaños. Subo al auto, enciendo el motor, ajusto los espejos, me retoco un poco los labios con brillo labial rosa y pongo en marcha el auto.

Aumento la velocidad al ver el reloj, si no llego pronto a mi destino, perderé el anticipo de los adornos para el baile de fin de año que es en dos semanas. No sé cómo el tiempo pasa demasiado rápido, recuerdo como si fuera ayer cuando entre a la universidad, ya transcurrieron tres años.

Llego a la distribuidora Candy Party. Estaciono mi auto y entro al local.

[...]

2 malditas horas me hizo esperar esa pelirroja al no tener personal suficiente para atender a toda la gente que llagaba a comprar.

Arranco el auto enojada, para al fin dirigirme a mi apartamento.

Vivo sola, y es que mis padres están en California por el trabajo de mi padre al cual le ofrecieron un puesto en una reciente investigación sobre el cáncer y su cura. Él es médico cirujano y mi madre se tituló en pedagogía, pero está más metida en ser ama de casa.

¿Qué hago en Londres? es muy sencillo, nací y crecí aquí en Londres, así que cuando mi padre dio la noticia de mudarnos a California, no pude dejar que eso pasara, no me iba a alejar de mi sueño de ir a esta universidad, ha sido mi sueño desde que era niña.

Y fue lo que se me ocurrió, quedarme aquí y que mi padre me comprara un apartamento. George, mi padre, acepto mi idea y pues ahora ya casi se cumplen dos años de que no los veo, hablo varias veces con ellos por teléfono pero no es lo mismo. Lo bueno es que este verano les daré una sorpresa, lo visitare hasta California.

De lo enojada que estaba, tome el camino equivocado y creo que me perdí. Solo se veían árboles y un camino que parecía nunca acabar.

Me detengo, para buscar la ubicación en mi teléfono, pero para mi suerte no tengo señal. Desesperada por no encontrar el camino, sigo conduciendo hasta que la aguja de la gasolina marca "vacío".

Tiene ser una broma. Justo el fin de semana llene el tanque.

Avanzo varios kilómetros más y el coche se detiene, dejando ver como una capa gruesa de humo sale del motor.

Las diez con cinco de la noche muestra la pantalla del teléfono. La oscuridad se va haciendo más fuerte y no me queda más remedio que salir del auto y caminar hasta llegar a alguna gasolinera o algo parecido.

Vuelvo a encender mi teléfono, pero al parecer se le había acabado la batería. Empiezo a andar hacia el camino y a solo unos cuantos metros unas gotas empezaban a caer del cielo. Está lloviendo.

Continuo caminando bajo la lluvia tratando de taparme con mi bolso, pero era inútil, ya estoy tan mojada que no dudo que me de gripe. Un coche se estaciona a mi lado, trae las luces prendidas y pude notar que no era cualquier carro, es un Audi R8 deportivo negro de último modelo, las luces se apagaron para volver a la penumbra de la noche. Una sombra, lo bastante clara para saber que es de un hombre, se baja del automóvil y segundos después esta detrás de mí.

— ¿Necesitas ayuda, preciosa? — Una voz me susurra al oído haciendo que mi corazón se paralice enseguida.






Al Borde Del Peligro [H.S.]Where stories live. Discover now