Capitulo veintiocho

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  Ahí estaré

Me bajé del auto, con lo que había comprado y mi estetoscopio (que nunca sacó del auto) en mano y caminé hacia la puerta. No me dio ni tiempo de tocar la puerta cuando ya Antoine la había abierto.

Antoine tenía a Mia en brazos, quien estaba en pijamas y tenía su cabecita recostada en su hombro y noté como seguía llorando. Su cabello se encontraba mojado, por lo que asumí que ya se había tomado la ducha.

El ojiazul suspiro al verme —Bea —dijo mi nombre

Sonreí sin mostrar mis dientes —Hola —salude —¿Se le bajó la fiebre? —pregunte

El se hizo a un lado, indicandome que podía pasar y cerró la puerta detrás de mí mientras hablaba —creo que si, ya no se siente tan caliente —dijo mientras ponía su mano en la frente de la pequeña

Saqué el termómetro que acababa de comprar de su cajita y le pedí a Mia que alzara su bracito, para ponerlo bajo su axila.

—Este termómetro te lo dejare aca, para que puedas monitorear la temperatura —explique mientras esperaba a que el termómetro hiciera un sonido, indicando que ya había tomado la temperatura.

36.7 ªC, marcaba

—¿Tiene fiebre aun? —pregunto preocupado

Yo negué —Al parecer ya no, igual se la vamos a tomar cada cierto tiempo —indique. El asintió y me miró sin saber qué hacer —Vamos a su habitación —dije y subimos las escaleras

Una vez en la habitación, le indique a Antoine que dejara a Mia en la cama, sentada. Ponía notar como sus ojos se encontraban llorosos, su nariz estaba roja y note como se le cerraban los ojos, de lo cansada que estaba.

—Cuéntame, corazón. ¿te duele algo? —le pregunté a Mia, mientras me ponía el estetoscopio en los oídos y le escuchaba los pulmones

Escuche un sollozo y ella asintió, sin embargo, no supo decirme dónde

—uhm, a ver...¿te duele aquí? —señale su pancita, a lo que ella negó. Hice el mismo proceso señalando su cabecita, a lo que ella asintió en esta ocasión —Vale, vamos a tomar una medicina super rica para que se te quite el dolor, ¿si? —pregunte, a lo que ella hizo una mueca al escuchar medicina, pero no dijo nada

—¿Qué tiene? —pregunto Antoine, casi mordiéndose las uñas

Lo mire tranquila, tratando de transmitirle la tranquilidad —Si no me equivoco, solo es un resfriado. Sus pulmones se escuchan bien, su corazoncito también. ¿Siguió vomitando? —pregunte, a lo que el nego —¿Que había comido? —volví a preguntar

—Pizza —dijo y no se sintió muy orgulloso de su respuesta —como note que se sentía mal, pensé que la pizza le ayudaria a sentirse mejor, usualmente funciona

—Usualmente durante el resfriado, son pocas las comidas que los niños pasan. Por eso preferimos darles una sopa, no es tan pesado y lo digieren bastante bien —explique

papa —llamo Mia al ojiazul, a lo que el se acerco y la tomó en sus brazos

—Vamos a darle el medicamento que traje, funciona tanto para el dolor como para la fiebre, asi que asi evitamos que le den ambas cosas —dije sacando el jarabe que había comprado —es de sabor de fresas, así que debe estar bueno

Tome la dosis recomendada en el envase que trae el jarabe y se lo di a Antoine, pensando que Mia lo recibiría fácilmente.

—Vamos, princesa. Es para que te sientas mejor —dijo Anto al ver que Mia rechazaba el medicamento. Luego de sus palabras, la ojiazul aceptó el medicamento y sonrió un poco al sentir el sabor de fresas

TAKEN → Antoine Griezmann ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora