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Abro los ojos, desorientada al no sentir la tibieza de las sábanas sobre mi cuerpo. Frunzo el ceño y me giro con el cuerpo deliciosamente adolorido para darme cuenta que Chris no está.

Me levanto como puedo y me dirijo al baño. ¿Dónde estará Chris?

Hago pis y me lavo la cara. Al mirarme en el espejo, veo a una chica distinta. Es el efecto que Chris tiene sobre mí: Ojos brillantes y sonrisa estúpida.

Me planteo bajar a buscarlo, pero quizá esté ocupado con algo del trabajo, así que decido regresar a la cama.

El olor a él está en todas partes. Me abrazo a su almohada, aspirando profundamente su delicioso olor.

¡Mierda! ¡Tía Anne!

Tal vez estuvo esperándome anoche. Debo dejar de ser tan desconsiderada. Es cierto, soy una adulta, pero aun siento que debo rendirle cuentas a mi tía que lo único que hace es preocuparse por mí.

Me inclino sobre la mesilla, recordando que ahí dejé el celular anoche y encuentro una nota con mi nombre debajo de el. La tomo y me siento sobre la cama para leerla.

Ellie,

Sé que aún diciéndote las cosas de éste modo tan cobarde no podré evitar hacerte sufrir, créeme que daría todo lo que tengo por evitártelo.

Las amenazas y las llamadas nos han perjudicado a ambos y ésta vez, no puedo arrastrarte conmigo. He llegado a una conclusión: No soy bueno para ti. Causarte dolor es como si me cortaran una extremidad. La culpa que siento desde éste momento en el que te veo dormida con el cabello revuelto, no cesará hasta que estés de nuevo en mis brazos, sí es que aun me quieres de vuelta. Espero que sea así, porque honestamente, no imagino mi vida sin ti. Te has vuelto tan indispensable como el mismo aire.

Descubrí la belleza del amor al escuchar tu risa, mientras te concentrabas en realizar alguna tarea o incluso, cuando me hacías perder el control de mis emociones haciéndome quererte solo para mí.

Puede que suene algo posesivo, pero es la verdad.

Me enseñaste a creer en el amor y a partir de ahora, no desearía estar con alguien que no fueras tú, pero esto es más grande que los dos.

He decidido apartarme para mantenerte a salvo. Quiero que pienses en eso, tu seguridad para mí es lo más importante y si estar contigo te pone en peligro, estoy dispuesto a sacrificarlo sólo para verte a salvo.

Te amo Eleanor Hamilton, lamento no habértelo dicho en tu cara, pero créeme cuando te digo que a estas alturas del partido, creo que siempre te amaré.

Perdóname.

C.

Un grito de dolor se escapa de mis labios mientras las lágrimas corren furiosas por mi rostro. Chris me ha abandonado. En su propia casa.

Me levanto como puedo y abro la puerta de su clóset solo para encontrarlo vacío. Ni un rastro de su ropa. No hay nada de él.

Grito con furia ¿Cómo se atreve a abandonarme? ¿A abandonarnos? No soy tan débil como él cree. No quiso quedarse a luchar por lo nuestro.

Sí, tiene razón, es un cobarde por haberme abandonado de ésta manera tan ruin.

Mi pecho empieza a arder mientras lloro sin consuelo. Me quito la camiseta y me enfundo el vestido. Busco con rabia una bolsa y guardo la playera dentro y otra que encuentro en uno de los cajones. Tomo mi bolso y meto la carta dentro de ella. Me seco las lágrimas, desesperada por tranquilizarme. Doy unas cuantas respiraciones y con celular en mano, salgo furiosa de la habitación. No hay nada que me ate a ella.

Bajo las escaleras y encuentro la casa impecable. Al llegar, encuentro a una señora que supongo es la ama de llaves y le pregunto por Chris. Me responde que sólo tiene órdenes de limpiar la casa y que no tiene idea de cuando regresa el señor Bennett. También me menciona que hay alguien afuera esperando por mí. Le doy las gracias y responde con una sonrisa comprensiva.

Salgo fuera y veo a Joseph esperando por mí. Mis lágrimas empañan la vista mientras corro hacia él y lo abrazo, sollozando una vez más.

—Tranquila, todo estará bien —dice el hombre mientras acaricia mi cabello. Me separo de él.

—Lo lamento —murmuro con la voz entrecortada. Joseph sonríe de una forma tan paternal que no puedo evitar que más lágrimas se derramen por mi rostro. Me abre la puerta y me ayuda a entrar. Cierra la puerta y se dirige a su lugar frente al volante. Cuando cierra la puerta, enciende el coche y emprendemos camino.

Miro por la ventana con tristeza preguntándome a donde se habrá ido. ¿Acaso supo algo de la persona de las llamadas y no quiso decirme?

La pregunta que más abunda en mi mente es: ¿Por qué?

¿Por qué no confió en mi lo suficiente? ¿Por qué decidió huir como un maldito cobarde?

No es propio de él, lo conozco demasiado como para creerlo.

Pero a estas alturas, no puedo creer en nada. Mi corazón se va rompiendo cada vez más mientras me alejo de su casa. Mi vida no será la misma sin él, pero lo conseguiré. Tengo que salir adelante.

Llegamos a casa y bajo del coche en silencio. Entro a la casa y agradezco no encontrarme con nadie en mi camino.

¿Olvidarlo?, ¿seguir adelante?

¿A quién quiero engañar? No puedo vivir sin él. Sólo me queda la pequeña esperanza de que tal vez regrese.

Releo su carta una vez más con lágrimas recorriendo mi rostro sin control.

Si Chris regresa, estaré aquí esperándole. Si decidió que lo mejor para ambos es separarnos, lo acepto.

Christopher Bennett es mío y mi corazón le pertenece.

Te Pertenezco (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora