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Odio estar enferma, siempre lo odié.

Tenía fiebre, estaba engripada, y me dolía mucho la cabeza

Pero todo dejó de molestar cuando entraste en mi pieza.

Leo, no hay chico que la faz de la tierra que haga lo que vos haces.

Me visitaste y trajiste chocolate y tomaste un té conmigo.

Teclas y cuerdasUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum