En el Medio Pt. II

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Olivia se encogió en su silla. No se sentía nada cómoda y, de pronto, quería correr a su departamento para llamar a sus padres y pedirles que fuesen a buscarla. Acababa de entender que no tendría opción más que marcharse así no hubiese querido.

Finalmente, los ojos de Gianmarco la encontraron y su sonrisa se acentuó, llena de entusiasmo.

—¡Allí está! —exclamó señalándola con un ademán teatral.

Fátima también la contempló y su sonrisa se desvaneció.

Solo por educación, Olivia se puso de pie y los saludó a ambos. Le dio un beso en la mejilla a Fátima, aunque todas sus células gritaban para que se apartara. Debía recordarse respetar la decisión de Gianmarco, era su deber como amiga.

—Fany, Oli —las presentó Gianmarco. Las miradas que se estaban dirigiendo no podían ser más hostiles, pero él no parecía notarlo. —¿Qué estás tomando, Oli? Te pido otro, yo pago hoy.

Olivia no tuvo tiempo de replicar antes de que él llamara al camarero. En realidad, no tenía planeado quedarse mucho tiempo allí. La llamada a sus padres se sentía como algo cada vez más urgente.

Fátima se sentó frente a ella sin dejar de calcularla en silencio. Sus ojos cafés se sentían como dagas paralizándola en el lugar. Quería pedirle que dejara de hacerlo, pero terminaría por enviarla al demonio si siquiera le dirigía la palabra.

—¿Qué vas a tomar, Fany? —preguntó Gianmarco.

—Una cerveza —respondió ella sin apartar la mirada de Olivia.

—¡Mi chica! —suspiró él antes de plantarle un beso en la mejilla y marcharse para ver por qué el camarero tardaba tanto.

Olivia sostuvo la mirada de Fátima presionando las mandíbulas. No se dejaría amedrentar, había ido dispuesta a conocer la chica que ella fue durante esos seis meses, la que logró enamorar a Gianmarco. De pronto, pensaba que nunca dejó de ser la zorra que le rompió el corazón desde un comienzo.

El muchacho regresó con una sonrisa, se sentó junto a Fátima y la abrazó por los hombros. Finalmente, Olivia apartó la mirada, pues la vista quemaba.

—Noah y Bahiana planean hacer una fiesta de fin de año —les comentó Gianmarco sin perder su entusiasmo—, no podemos perdérnoslo, la escuché decir que se gastaría toda la herencia en bebidas. —A Fátima se le escapó una risa baja. Olivia se encogió un poco más en el lugar, acaparando la atención de su amigo. —Vas a venir, Oli, ¿no?

Olivia se encogió de hombros sin definirse. Miró a Fátima velozmente y su rostro se le hizo familiar. Nunca la había visto antes de aquel día, pero algo en su cuerpo le advertía que la conocía y que debería estar preocupada.

—Supongo —susurró finalmente.

—¡Va a ser increíble! —aseguró Gianmarco. Se volvió hacia su novia con una sonrisa de oreja a oreja. —¿Lista para que Bahiana destroce tu idea de lo que una fiesta es?

—¿Acaso no es lo que está haciendo desde el día en que la conocí? —replicó ella divertida.

Olivia sentía que su estómago se encogía y se retorcía, provocándole náuseas.

—Va a ser incluso mejor —le prometió él—, sus fiestas son conocidas en toda la Universidad, ¿sabías? —Se dirigió a Olivia al decir eso.

El camarero regresó con las bebidas y las colocó frente a ellos. Olivia tomó la suya, pero solo colocó la bombilla entre sus labios: Ni siquiera tenía fuerzas para tomar. Su cuerpo y su cabeza gritaban, conocía a esa chica y no le gustaba para nada.

Hija de la Muerte -Ganadora de los Wattys 2018-Where stories live. Discover now