En el Medio Pt. II

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Olivia siempre aspiró a ser una persona desinteresada, quizá por eso le costó comprender que no era tan altruista como hubiese deseado. Cuando al fin pudo verlo, se sintió como si su propio reflejo la abofetease.

Viajó a Córdoba con la determinación de mudarse y estudiar la carrera que amaba, excusándose con que aquella era una de las mejores universidades y que Gianmarco necesitaba de su ayuda, para terminar admitiendo que fue hasta allí con la vana esperanza de que él la quisiera a su lado.

—Estúpida —farfullaba frente al espejo que le devolvía una imagen llorosa y deshecha—. Tonta, estúpida Olivia...

Llevaba enamorada de Gianmarco ¿cuánto? ¿Seis años? Y era la primera vez que se atrevía a admitirse que estaba librando una batalla perdida. El jamás mostró por ella siquiera una décima parte del interés que mostraba por otras chicas, incluso por aquellas que solo planeaba llevarse a la cama.

Lo toleró porque pensaba que aquello se debía a que Gianmarco no estaba listo para comprometerse sinceramente con alguien. Pensaba que, cuando lo estuviera, ella sería su primera opción.

Allí estaba la prueba de que se equivocaba: Habían pasado seis meses desde que discutió con él por su decisión de aceptar a Fátima en su vida. El muchacho dedicaba todo su tiempo libre a esa chica, olvidando que su mejor amiga estaba allí solo por él. Antes solían almorzar o cenar todos los días, se veían en algunas de las comidas obligatoriamente. Compartían una película, hablaban sobre sus proyectos o rutinas, y disfrutaban del solo hecho de tenerse. Desde que Fátima regresó, nada de eso era posible: Ella acaparaba todo su tiempo y su atención.

Olivia pensaba que era un capricho.

Se equivocaba.

Se encontraba llorando frente al espejo luego de haberse ilusionado con una sorpresiva visita de Gianmarco, en la cual él había terminado diciéndole que amaba a Fátima. Que esos seis meses con ella lo habían llevado a entenderlo. Que quería estar con ella y que quería que Olivia la conociera.

Quería que la conociera...

Nunca le presentó a una chica, y Olivia pensaba que era porque el día en que Gianmarco amara, la amaría a ella.

—¡Estúpida Olivia!

Se cubrió el rostro con ambas manos y dejó ir toda su angustia arrojada sobre el lavabo, preguntándose por qué hizo que sus padres pagaran por aquel departamento si ni siquiera fue honesta sobre sus intenciones. Quizá era lo que merecería por tener tanto miedo a luchar por lo que quería.

Quizá Gianmarco la hubiese querido a su lado si ella fuese más valiente y se animara a seguir sus sueños.

No era así.

Ahora, Gianmarco amaba a otra.

A ella no la amó nunca.

Abrió el grifo de agua fría y se lavó el rostro, echándose grandes cantidades de líquido helado en la piel que le ardía por las lágrimas y los llantos. Respiró hondo antes de secarse, intentando convencerse de que ella misma se lo había buscado. Le era más fácil enfrentar las situaciones si tomaba su parte de la responsabilidad.

Hija de la Muerte -Ganadora de los Wattys 2018-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora