Girls,girls,girls don't love me;;KG

Cámara

             

Todo se fue al caño.

Hoy, 14 de marzo había sido rechazado por la chica que me gustaba desde que entré a esta escuela. No podía creerlo, había pasado de nuevo y no entendía nada, claro, hasta que después de seguir a la misma chica para preguntarle el porqué de su rechazo la encontré comiéndose con un chico mucho mayor, al parecer era su novio y estudiaba en la universidad, el chico era más alto que ella, con grandes músculos —Incluso mayores a los míos—después de haber presenciado tremendo golpe tanto hacia mi autoestima como a mi estado de Ánimo decidí irme del lugar. Normalmente pensaría en que "todo está bien" "no será así la próxima vez" pero sinceramente y a mucha honra tiraba todo eso a la mierda ahora, él mismo se había propuesto cambiar después de lo que pasara, que aquí entre nos, tenía una pequeña esperanza en que tal vez ella no sería como las anteriores; pero lastimosamente la vida lo golpeaba mostrándole la cruda realidad.

Y así como ya lo había decidido, cambiaría y probaría nuevas cosas que no se había dado la oportunidad de probar, por ello ahora, en la misma noche de lo sucedido se encontraba frente a según Google, uno de los bares gay "más famosos" de Corea del sur, Glam Lounge. Un bar en el que iban varios artistas, extranjeros, fashionistas bla, bla, bla, en resumidas cuentas, personas importantes con dos cosas en común, ser gays y tener ganas de divertirse; Y Sé que muchos dirán "¡¿Qué manera es esta de declararse gay enfrente de las personas?!" y yo con placer contestaré: "si soy gay por hoy, al menos seré un gay con buen gusto."

Dicho esto, entré como pude al club, era la hora pico y todo el mundo estaba prácticamente pegadas unas a otras, bebidos y sudados a morir. Decidí simplemente pasar de la gente que estaba en medio de la discoteca y ponerme en ambiente, en el transcurso había sido interceptado por dos chicos que a lenguas se podía decir que estaban hasta el culo de bebidos, lo único que pude entender de los que me decían eran cosas como "eres demasiado guapo" "¿no quieres acompañarnos a casa?" lo cual no era de extrañar y aclaro, —no es por alagarme a mí mismo— pero, hoy me había vestido para la ocasión, había hecho una video llamada con Jimin más temprano por lo mismo, gracias a sus sabios consejos me encontraba actualmente vistiendo con unas unos jean ajustados los cuales estaban rotos de las rodillas en conjunto con un blazer color vino con una blusa blanca sencilla la cual estaba un poco abierta del cuello para así mostrar el collar de perlas blanco que tenía puesto.

Al llegar a la zona del bar inmediatamente pedí alguna bebida embriagante, era la primera vez que tomaba estando solo y ya obtenida la mayoría de edad. Más temprano que tarde, llego la bebida a mis manos, a la cual induje rápidamente a mi cuerpo (gran error, por cierto) quemándome la garganta y mis papilas gustativas, en ese momento paso por mi cabeza lo que había sucedido más temprano, todos esos recuerdos venían a mí de forma lenta y dolorosa como si mi persona necesitara un recordatorio del gran fracaso que había sido. Encontrándome así en un estado de ebriedad que poco a poco iba aumentando mientras traía pensamientos negativos remontados a la primera vez que fui rechazado por una chica que me gustaba. Recordarlo hacía que sintiera aún más este, puesto que se sentía mucho peor que ese; Déjenme ponerlos en contexto, 14 años, mi primer amor, el peor rechazo que he experimentado hacía mi persona que de alguna forma me hizo tenerles fobia a las chicas, sin embargo, eso nunca me detuvo al momento de gustarme alguna, simplemente a su rechazo y a su mal trato como había sido mi primer amor.

Sin darme cuenta de lo sucedido, decidí irme a mi casa debido al estado emocional en el que me encontraba, no sé cómo se me había entrado la idea de que sería capaz de encontrar el amor justo después de haber sido rechazado. Me levanté de la silla alta en la que me encontraba y al momento de pararme y caminar unos cuantos metros solo podía ver como todo a mi alrededor daba vueltas, la fuerte música que se colaba por mis oídos se escuchaba cada vez más lejana y se disipaba al igual que mis rodillas que a mi caminar flanqueaban hasta el punto en el que caí al suelo y todo se volvió negro.