Cuando las fotos de Álvarez en aspecto más que cariñoso con Irene Gonzalvo llegaron a sus manos, Pedro no se lo podía creer. Al fin tenía algo con lo que desenmascarar a ese paleto muerto de hambre venido arriba. Follarse a su jefa es algo que tarde o temprano iba a costarle la imagen pública, solo hacía falta alguien con los huevos suficientes para plantarle cara y Pedro ha sido esa persona. Hace algunos días que envió la información a varias revistas de cotilleos, y por fin hoy saldrá todo a la luz. La caída de Álvarez va a ser tan dulce como estrepitosa, es solo cuestión de tiempo. En cuanto todo salga a la luz la venganza habrá comenzado, esa alimaña está muerta.

Pedro sale de su casa con una sonrisa en el rostro, hace un día fantástico, incluso el frío invernal de Madrid, que normalmente suele molestarle a esas horas, le sabe hoy a brisa cálida mientras se dirige al kiosko para recoger los frutos de su esfuerzo. Se muere por ver a ese imbécil en las portadas, manoseando a la directora del programa dónde trabaja en un tórrido encuentro clandestino. Ya se imagina los titulares, saborea las mieles de la revancha como si acabase de ganar la más ardua delas guerras. Es consciente de que se ganará su odio eterno pero le da igual, ese hijo de puta ya ha hecho suficiente daño a muchas personas, es hora de que recoja las tempestades de los vientos que ha sembrado durante años.

Con el humor más animado que nunca, se detiene en el primer lugar que encuentra dónde venden todo tipo de prensa. Sin variar su semblante, le echa un vistazo a la zona dónde se colocan las revistas y entonces un escalofrío le recorre todo el cuerpo. Siente cómo el estómago se le oprime, creándole un enorme nudo en la garganta. Se ha quedado estupefacto, sin dar crédito a lo que está viendo. El castillo de naipes que estaba construyendo se ha destrozado en cuestión de segundos, haciéndolo incapaz de reaccionar.

No es la imagen de Álvarez con una mujer casada lo que puebla las portadas de todas las revistas del corazón, sino la suya.

Le han tendido una emboscada, y esta vez no podrá salir airoso tan fácilmente.






Aurora lleva desde ayer con el móvil desconectado, no le apetece saber nada de nadie. Pili ha ido a su casa varias veces, pero ella la ha echado sin miramientos, necesita aclararse las ideas. Ese cabronazo, sacándole el tema de Ion, menudo rastrero está hecho.

En realidad se siente un poco imbécil pensando esas cosas, Álvarez es experto en dar golpes bajos, no debería extrañarle que recurriese a algo tan ruin para defenderse, los bichos como él siempre juegan sucio. Aun así, la imagen de Ion se le aparece desde el día anterior como un fantasma atrapado en el mundo de los vivos, quitándole el sueño sin descanso. Han hecho falta muchas sesiones de terapia para lograr que la mirada perdida de aquel muchacho se desvanezca de su mente, que deje de causarle pesadillas, por eso le da tanta rabia que con solo un par de palabras vuelva con esa facilidad a ella, trasladándola a una época que juró enterrar en lo más profundo de su mente.

Le da un sorbo a la botella de ginebra, lo único que le queda es emborracharse. Cuando está bebida no se acuerda de las cosas malas, el pasado desaparece, dejándole solo una perspectiva del presente más inmediato. Vive cada momento como si fuese el último. Sonríe al pensar en eso, era una recomendación que Ion solía darle a todo el mundo. A veces se pregunta en qué momento ha pasado tanto tiempo, cuándo dejó de ser una adolescente para estar al borde del cuarto de siglo, en qué instante hubo ese salto temporal que la convirtió en una mujer que no sabe cómo cojones gestionar su vida. Ion siempre decía que uno no puede darle la espalda a su verdadera esencia, ¿pero cuál es la suya? ¿Ser carne para las cámaras desde el momento en que nació? ¿Tener una madre que solo la quiere para sacar dinero? ¿Elegir como el culo a sus amantes porque no tiene ningún filtro?

Giro de guionWhere stories live. Discover now